Titanes Caracol: Jeison Aristizábal, el hombre que superó la “discapacidad”

Nació en Aguablanca, Cali, y fue diagnosticado con parálisis cerebral. Aunque los médicos dijeron que solo serviría para embetunar zapatos, hoy lidera la Fundación Asodisvalle, que ayuda a 613 niños con discapacidad.

Juliana Gil Gutiérrez - @juliigil
24 de noviembre de 2017 - 12:31 a. m.
Jeison Aristizábal lidera la Fundación Asodisvalle, que ayuda a 613 niños con discapacidad. / Caracol Televisión
Jeison Aristizábal lidera la Fundación Asodisvalle, que ayuda a 613 niños con discapacidad. / Caracol Televisión

Perseverancia. Esa es la palabra que define al caleño Jeison Aristizábal. Fue diagnosticado con parálisis cerebral a los pocos meses de vida. Parecía ser un embarazo normal, el nacimiento sería atendido por parteras, pero su cerebro tardó unos segundos en recibir oxígeno y ahí comenzó la discapacidad que lo ha acompañado durante 32 años, pero que no hizo que dejara de soñar.  (Puede leer: "Titanes Caracol" ya abrió sus inscripciones)

Un médico les dijo a sus padres que solo iba a servir para embetunar zapatos. Su invitación: comprarle una butaca y sentarlo en su casa. No hicieron caso. Lo matricularon a un colegio para niños y niñas sin discapacidades físicas y, aunque fue difícil al comienzo porque le hacían bullying y no le entendían bien cuando hablaba, aprobó todos los años hasta graduarse.

Jeison Aristizábal descubrió que en su tierra – Aguablanca, Cali – había muchos niños y niñas que habían nacido con su mismo diagnóstico, a los que sus padres dejaban encerrados en sus habitaciones, incluso amarrados, porque no tenían la facilidad de sacarlos a la calle. Fue así como conoció el caso de un menor de ocho años que jamás había salido de su casa, una infancia encerrada porque no tenían una silla de ruedas para movilizarlo y no podía caminar. Ese día se propuso conseguirle una silla de ruedas y por primera vez el niño pudo conocer qué había detrás de la puerta de su hogar.

Un menor llevo a otro y a otro, hombres y mujeres de diferentes edades, pero con la misma realidad: una discapacidad que no los dejaba ser niños. Esa silla de ruedas para un menor de ocho años fue el motivo por el que creó la fundación Asodisvalle.

Además, veía que a muchos les negaban medicamentos, cirugías y terapias. Sentía que tenía que hacer algo más y empezó a estudiar Derecho en la Universidad Santiago de Cali. Fueron cerca de ocho años asistiendo a clases, se tardó más de lo normal porque tenía que alternar sus cursos con las labores de la fundación que crecía cada vez más: comenzó en la sala de la casa de sus papás, se tomó el comedor, el garaje y terminó teniendo su propia sede.

Aristizábal asegura que lo más difícil de tener una institución dedicada a ayudar a las personas discapacitadas es la falta de recursos económicos y de apoyo por parte del gobierno. Pero para él no ha habido límites. Sus padres siempre lo apoyaron, los amigos también aportaban un granito de arena y entre donaciones y trabajo arduo ha conseguido apoyar las terapias de cientos de vallecaucanos. (Le puede interesar: Titanes Caracol: una esperanza en el barrio más peligroso de Medellín)

Muchos llegan sin hablar o caminar. Recuerda el caso de una niña de tres años que no sabía moverse por su cuenta, con el dinero de la fundación consiguió hacerle equinoterapia (tratamiento con caballos), un día fue a visitarla para hacer seguimiento del proceso y ella corrió a sus brazos. Corrió, cuando meses atrás no sabía caminar.  (Puede leer: Titanes Caracol: un barco hospital en medio del Pacífico)

Ese tipo de historias son las que lo motivan a perseverar en su trabajo. Así como perseveró en su vida, retando los pronósticos médicos y los estereotipos de la sociedad que ni siquiera lo proyectaban estudiando una carrera.

En 2015 participó en Titanes Caracol en la categoría de Salud y Bienestar, en esa época atendía a 480 niños de Aguablanca. Meses después fue galardonado con el premio Héroes CNN por brindar apoyo educativo y médico a niños con discapacidad. Ahora sigue con su trabajo que impacta a 613 menores y con la convicción de darles una mejor vida a los niños y niñas que nacen con discapacidades.  (Le puede interesar: Titanes Caracol: una oportunidad después de la guerra)

Por Juliana Gil Gutiérrez - @juliigil

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