Una telenovela entrañable

Según Dago García, vicepresidente de producción y contenido de Caracol Televisión, con “La nocturna, los sueños nunca duermen” se está recuperando el ADN de la novela nacional, porque se trata de una historia sobre el colombiano de a pie.

Martha Beltrán
03 de diciembre de 2017 - 05:00 p. m.
Caracol Televisión
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Una lección de vida, una historia bien contada, que demostró que el mundo no sólo tiene grandes problemas y que de lo elemental resultan cosas interesantes. Estos son los ingredientes que hicieron de esta producción la más querida por los colombianos. Una producción hecha por amor y con pasión que enamoró y disparó el rating.

Aunque los colombianos conocieron la vida y los milagros de los estudiantes de la Fundación Universitaria Graham a partir de mayo de 2017, las historias de estos aprendices de la vida comenzaron a gestarse en la mente de la libretista Ana María Parra desde hace 10 años. “Siempre se llamó La nocturna, pero inicialmente giraba en torno a personas que estaban terminando el bachillerato”. A la escritora siempre la impactó la vida de esas personas que se esforzaban por responder en dos áreas de sus vidas, ejemplo que vio en su propia familia. Amelia fue uno de los personajes que nació desde esa época. “Era el motor, la madre que luchaba por hacer realidad sus sueños”. Los demás, Fáber, doña Pilar, Germán, Muriel, Íngrid, Alejandro, Rosaura, Mario y Esther tuvieron su génesis con el tiempo, una vez aprobado el proyecto, y lo hizo de la mano de Diego Vivanco, su compañero de fórmula en los libretos, con quien trabajó durante los 100 capítulos de la producción.

Su éxito indudablemente radica en lo cercano que fue cada personaje y cada relato para los televidentes. “Tiene que ver con una historia que la gente sintió muy real, con la que se identificó”, señala Parra. Cada uno de ellos era un universo, y decir que uno u otro era el favorito del público resultó ser imposible. “Cada uno era el preferido de alguien”, dice su orgullosa madre, quien tampoco puede decidirse por ninguno de ellos, pero que alcanzó a vivir de cerca las emociones que generó la telenovela. Mucha gente le preguntaba qué pasaría con Fáber o con Germancito, y le pedían que ni se le ocurriera matar a doña Pilar.

Germán Porras, quien junto a Andrés Marroquín dirigió la producción, enmarca su éxito, y el que la gente todavía llore y extrañe a La nocturna en tres elementos: “El primero es haber encontrado excelentes libretos, coherentes, con una historia esperanzadora, que en medio de la situación del país hiciera que la gente tuviera alivio”. El segundo tuvo que ver con el trabajo de casting, en el que estuvieron Porras, Marroquín y el productor general, Juan Carlos Villamizar. Fue un acierto encontrar actores que entendieran para dónde iban sus personajes. “Fue una selección muy rigurosa, y los ensayos fueron bastante fuertes. Invitamos a los actores a que entraran en la piel de estos personajes, y el resultado fue perfecto. Entendieron cada conflicto”.

Ellos, los actores, día a día interiorizaron, amaron, criticaron y permitieron que este trabajo les enseñara más, de la vida y del oficio de actuar. “Fue un elenco muy entregado, profesional, que lo dio todo por el bienestar del proyecto. Las escenas no se hacían porque tocaba, sino con amor. En los momentos de llanto no sólo derramábamos lágrimas los actores, sino todo el mundo en el estudio”, recuerda Yuri Vargas, quien interpretó a Íngrid en la telenovela. Ella encarna lo que generó La nocturna en el público, y que también sus compañeros vivieron. “Me pedían que hablara como Íngrid, que perdonara a Fáber, que por qué no quería tener guambiticos. Siempre digo que soñar no es gratis, y este personaje lo reafirmó, hay que soñar el triple, y ha dejado huella en las mujeres, que siempre deben luchar por lo que quieren. El set de grabación siempre fue un gran salón de clases, y cada uno, en su papel, estaba realmente estudiando.

Este elenco se quiere tanto, que, como anécdota, creó un chat, y aunque las grabaciones terminaron hace mucho tiempo, este todavía existe, y es vehículo para que sigan manteniendo un vínculo más allá de la labor profesional.

Factor determinante de este triunfo fue la sinergia entre el talento, los equipos técnico y de producción y el apoyo del canal. “Este producto es entrañable para todos, llegamos al corazón de la gente”, dice Porras, a la vez que recuerda las palabras de Dago García, vicepresidente de producción y contenido del Canal Caracol. “Con La nocturna se está recuperando el ADN de la telenovela colombiana, son historias que contar del colombiano de a pie”.

Se habla de una segunda parte. “La gente escribe pidiéndola, y del tema se ha hablado con la escritora y con el productor. Por supuesto, requiere mucha investigación, porque a partir de la facultad de administración de empresas se entregan enseñanzas para la vida”, dice Germán Porras.

¿Volveremos a ver a los estudiantes de la Graham? Existe la posibilidad de una segunda parte, después de todo, como dice su título, los sueños nunca duermen.

Por Martha Beltrán

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