“Cali es la ciudad de la danza y del movimiento”: Isabel Cristina Restrepo

¿Qué presenta la Bienal de Danza 2019?

Este evento se efectúa desde 2013 y realiza un trabajo muy serio de indagación sobre lo que sucede en el mundo de la danza a nivel mundial, así logra una programación de calidad. Este año volteamos la mirada a lo que está pasando en el contexto regional de la danza, miramos a América Latina y por ello, dentro de ese Focus Lat, tenemos dos invitados especiales: Chile y Brasil, cada una con dos grandes compañías. (Puede leer también: Duván Arizala: “Conocí el mundo cuando comencé a bailar”).

¿Cómo es la recepción de la gente frente a este evento? ¿Hay que educar al caleño?

Yo no creo que haya que educarlo con relación a la danza, porque el caleño es movimiento. Si hay una sociedad en la que todos se expresan a través del lenguaje del cuerpo, es la caleña y yo creo que eso es lo que le da sentido a que la Bienal se desarrolle en esta ciudad. Cali es la ciudad de la danza y del movimiento. Es claro que la salsa es un marcador muy fuerte en la identidad del caleño, pero él se expresa moviéndose; hay como un lenguaje del cuerpo y una sensualidad. Sin embargo, si se mira lo que ha pasado en la historia cultural de la ciudad, en Cali surge la primera compañía de ballet (Incolballet). Esa es solo una muestra de lo que se vive en la ciudad, con muchos festivales en torno a la danza.

Además del encuentro cultural y dancístico, ¿qué más ofrece la Bienal para la gente?

Mostramos resultados enmarcados dentro de un evento que se realiza cada dos años. Durante el año en el que no hay Bienal hacemos un trabajo con escuelas, compañías o colectivos de baile de la ciudad en los géneros de folclore, salsa y danzas urbanas, para que puedan estar en esa plataforma que permite visibilizarlos. Al ser un evento de carácter nacional, se entregan dos becas de creación, por $100 millones y $50 millones cada una, para que compañías de larga trayectoria y las más jóvenes reciban recursos para cubrir dichos procesos.

¿Qué le hace falta a la Bienal de Danza?

Es un verdadero reto hacer este evento en Cali. Tenemos 39 compañías, entre nacionales e internacionales, que se presentan en el lapso de una semana. La ciudad tiene una infraestructura muy poco adecuada para poder desarrollarlas: dos teatros que tenemos copados y un teatro que anteriormente era de cine y no estaba pensado para las artes escénicas. Entonces todo esto implica realizar unas inversiones importantes. Por ello no es fácil hacer producción, incluso para las presentaciones en espacios públicos y que son gratuitas.

¿Cuál ha sido la conexión internacional con la Bienal?

El posicionamiento de la Bienal es mucho más fuerte, incluso en el exterior que en el contexto nacional. Yo he tenido la posibilidad de estar en escenarios internacionales y tengo dos casos concretos: en Buenos Aires (Argentina) y en Tenerife (España). Es impresionante ver cómo compañías de un nivel muy alto quieren venir a la Bienal de Danza.

¿A dónde quiere llegar la Bienal?

La Bienal de Danza se ha proyectado a diez años. Este programa se pensó mucho antes de salir, se planteó en cinco versiones con cuatro ejes importantes y al finalizar la década se evalúa y decide si se continúa o si se deben replantear los ejes. La Bienal tiene muy claro que debe ser una plataforma que visibilice los procesos de la danza en contextos nacionales e internacionales.

Cuarta Bienal Internacional de Danza de Cali

Artistas de Canadá, Senegal, Chile, Brasil, España, Francia, Serbia, Japón y Colombia se presentan en un evento que reúne propuestas coreográficas de diversos géneros, formatos y disciplinas.

La selección internacional está conformada por once compañías, nueve de las cuales debutan en el país. El programa está conformado por el ballet del Teatro Nacional de Belgrado, de Serbia; la Compañía Olivier Dubois y Accrorap, de Francia; Kaori Ito, de Japón y Suiza; Marie Chouinard, de Canadá, y la coreógrafa africana Germaine Acogny, maestra de danza contemporánea, quien realiza una residencia en Nuquí, Chocó, con el colectivo Jóvenes Creadores. También están presentes cuatro compañías de Chile y Brasil, que exhiben el panorama de la danza contemporánea en Latinoamérica.

La cuota colombiana la conforman 27 compañías nacionales provenientes de diversas regiones del país, y Medellín es la ciudad invitada de honor.

¿Qué presenta la Bienal de Danza 2019?

Este evento se efectúa desde 2013 y realiza un trabajo muy serio de indagación sobre lo que sucede en el mundo de la danza a nivel mundial, así logra una programación de calidad. Este año volteamos la mirada a lo que está pasando en el contexto regional de la danza, miramos a América Latina y por ello, dentro de ese Focus Lat, tenemos dos invitados especiales: Chile y Brasil, cada una con dos grandes compañías. (Puede leer también: Duván Arizala: “Conocí el mundo cuando comencé a bailar”).

¿Cómo es la recepción de la gente frente a este evento? ¿Hay que educar al caleño?

Yo no creo que haya que educarlo con relación a la danza, porque el caleño es movimiento. Si hay una sociedad en la que todos se expresan a través del lenguaje del cuerpo, es la caleña y yo creo que eso es lo que le da sentido a que la Bienal se desarrolle en esta ciudad. Cali es la ciudad de la danza y del movimiento. Es claro que la salsa es un marcador muy fuerte en la identidad del caleño, pero él se expresa moviéndose; hay como un lenguaje del cuerpo y una sensualidad. Sin embargo, si se mira lo que ha pasado en la historia cultural de la ciudad, en Cali surge la primera compañía de ballet (Incolballet). Esa es solo una muestra de lo que se vive en la ciudad, con muchos festivales en torno a la danza.

Además del encuentro cultural y dancístico, ¿qué más ofrece la Bienal para la gente?

Mostramos resultados enmarcados dentro de un evento que se realiza cada dos años. Durante el año en el que no hay Bienal hacemos un trabajo con escuelas, compañías o colectivos de baile de la ciudad en los géneros de folclore, salsa y danzas urbanas, para que puedan estar en esa plataforma que permite visibilizarlos. Al ser un evento de carácter nacional, se entregan dos becas de creación, por $100 millones y $50 millones cada una, para que compañías de larga trayectoria y las más jóvenes reciban recursos para cubrir dichos procesos.

¿Qué le hace falta a la Bienal de Danza?

Es un verdadero reto hacer este evento en Cali. Tenemos 39 compañías, entre nacionales e internacionales, que se presentan en el lapso de una semana. La ciudad tiene una infraestructura muy poco adecuada para poder desarrollarlas: dos teatros que tenemos copados y un teatro que anteriormente era de cine y no estaba pensado para las artes escénicas. Entonces todo esto implica realizar unas inversiones importantes. Por ello no es fácil hacer producción, incluso para las presentaciones en espacios públicos y que son gratuitas.

¿Cuál ha sido la conexión internacional con la Bienal?

El posicionamiento de la Bienal es mucho más fuerte, incluso en el exterior que en el contexto nacional. Yo he tenido la posibilidad de estar en escenarios internacionales y tengo dos casos concretos: en Buenos Aires (Argentina) y en Tenerife (España). Es impresionante ver cómo compañías de un nivel muy alto quieren venir a la Bienal de Danza.

¿A dónde quiere llegar la Bienal?

La Bienal de Danza se ha proyectado a diez años. Este programa se pensó mucho antes de salir, se planteó en cinco versiones con cuatro ejes importantes y al finalizar la década se evalúa y decide si se continúa o si se deben replantear los ejes. La Bienal tiene muy claro que debe ser una plataforma que visibilice los procesos de la danza en contextos nacionales e internacionales.

Cuarta Bienal Internacional de Danza de Cali

Artistas de Canadá, Senegal, Chile, Brasil, España, Francia, Serbia, Japón y Colombia se presentan en un evento que reúne propuestas coreográficas de diversos géneros, formatos y disciplinas.

La selección internacional está conformada por once compañías, nueve de las cuales debutan en el país. El programa está conformado por el ballet del Teatro Nacional de Belgrado, de Serbia; la Compañía Olivier Dubois y Accrorap, de Francia; Kaori Ito, de Japón y Suiza; Marie Chouinard, de Canadá, y la coreógrafa africana Germaine Acogny, maestra de danza contemporánea, quien realiza una residencia en Nuquí, Chocó, con el colectivo Jóvenes Creadores. También están presentes cuatro compañías de Chile y Brasil, que exhiben el panorama de la danza contemporánea en Latinoamérica.

La cuota colombiana la conforman 27 compañías nacionales provenientes de diversas regiones del país, y Medellín es la ciudad invitada de honor.