Carlos Vives: 'Sé que mi música es sencilla, es comercial'

Carlos Vives pontifica sobre el patrón bogotano con la misma convicción con la que ejemplifica ritmos con la boca. Mientras habla, hace sonidos, y toca batería, guitarra y piano en el aire para decir que su nuevo trabajo discográfico, Corazón profundo, es un viaje tranquilo por la nostalgia de lo que fue, la certeza de lo que es y la esperanza de lo que será.

En la radio ya son éxitos los temas Volví a nacer y Como le gusta a tu cuerpo, pero Vives cree que cualquiera de las composiciones nuevas puede reflejar su momento actual y su espíritu libre. Antes del debut nacional, reflexionó sobre su proceso creativo.

¿Cuál fue el primer paso para la creación de su disco ‘Corazón profundo’?

Llevaba esperando varios años para volver a grabar un disco y recibí la noticia de que Sony Music quería un álbum rápido. Al comienzo me afané y empecé a buscar canciones que había hecho años atrás y encontré otras que le escribí a Adriana Lucía. Le dije a la compañía que tenía 14 temas listos. Luego, sin embargo, llegué a la conclusión de que debía partir de ceros.

En la determinación del nombre ‘Corazón profundo’ tuvo mucho que ver Claudia Elena Vásquez. ¿Cómo es esa historia?

Claro. Claudia estuvo de acuerdo conmigo en que debía comenzar de la nada y una mañana me dijo: “Cuando hagas el próximo disco, debes buscar en lo más profundo de tu corazón”, y me encantó la idea. Por eso se llama así.

¿Su proceso de elaboración de las letras ha cambiado mucho?

Iván Benavides me encerraba en Santandercito a escribir, y yo sufrí mucho porque debía hacer La tierra del olvido. Era terrible y me costaba mucho. Yo no creía en nada de eso, lo criticaba todo. Con el nuevo disco no pasó lo mismo. Siempre estuve muy tranquilo. Con Corazón profundo encontré muy rápido mi patrón.

¿Fue distinto hacer discos desde la independencia que grabarlos bajo un sello multinacional como Sony?

No, no me tocó ceder en nada. Mi camino siempre ha sido nuevo y no había gente preparada para renovarnos en la tradición. Hoy hay más especialistas dentro de la escuela. Nadie de la disquera se atrevió a decirme nada. He tenido muy claro desde el comienzo que mi música es sencilla, es comercial. En La Provincia estuvieron Richard Blair y Eduardo de Narváez, como representante del patrón bogotano. Ellos se fueron a Sidestepper, mientras que La Provincia se mantuvo en la búsqueda de lo que yo quería.

 ¿Qué es lo que usted llama el “patrón bogotano”?

Así llamo a ese sonido característico nuestro, porque fueron los bogotanos quienes nos mostraron que el Caribe podía tener una nueva forma. Esa es nuestra escuela, y Andrés Castro, mi guitarrista líder, es alumno directo de Teto Ocampo. Sigo firme con el patrón bogotano.

En ‘La Perla’, uno de los temas de este disco, usted habla de ‘Santa’. ¿Esa es la manera como se refiere a su ciudad?

Yo digo que Santa Marta es realmente una santa por habernos aguantado a los samarios. Es una ciudad muy sufrida. Fue la primera en ser fundada y ha tenido muchas dificultades. El padre jesuita Antonio Julián escribió el libro en 1750 Perla de América, provincia de Santa Marta, en el que habla del abandono de los españoles para esa ciudad por la piratería de la región. Esa historia me inspiró.

Así como está el homenaje a Santa Marta, también hay uno a Cartagena en la canción ‘La fantástica’. ¿Por qué ese tributo a la champeta?

Las primeras gaitas que aparecen en Clásicos de la Provincia son de Antonio Arnedo, pero él tenía compromisos en el exterior y me presentó a Mayté Montero para hacer La tierra del olvido. Yo estaba rodeado de patrón bogotano en ese entonces y ella trajo la champeta con Pa’ Mayté. Para este disco quería más champetas y logré incluir dos, una de ellas es La fantástica.

¿El Carlos Vives de ‘Corazón profundo’ está reconciliado con aquel galán de telenovelas y con el cantante de baladas pop que fue?

Ese pelado no me deja nunca. Toda la búsqueda de esos años se refleja en este álbum. Sospechar que podía encontrar un sonido nuevo, actual, sin necesidad de ser colombiano, fue un deseo de ese joven que fui y sigo siendo. Este álbum son todas las ganas de esa época mezcladas con la experiencia que tengo ahora.

Carlos Vives pontifica sobre el patrón bogotano con la misma convicción con la que ejemplifica ritmos con la boca. Mientras habla, hace sonidos, y toca batería, guitarra y piano en el aire para decir que su nuevo trabajo discográfico, Corazón profundo, es un viaje tranquilo por la nostalgia de lo que fue, la certeza de lo que es y la esperanza de lo que será.

En la radio ya son éxitos los temas Volví a nacer y Como le gusta a tu cuerpo, pero Vives cree que cualquiera de las composiciones nuevas puede reflejar su momento actual y su espíritu libre. Antes del debut nacional, reflexionó sobre su proceso creativo.

¿Cuál fue el primer paso para la creación de su disco ‘Corazón profundo’?

Llevaba esperando varios años para volver a grabar un disco y recibí la noticia de que Sony Music quería un álbum rápido. Al comienzo me afané y empecé a buscar canciones que había hecho años atrás y encontré otras que le escribí a Adriana Lucía. Le dije a la compañía que tenía 14 temas listos. Luego, sin embargo, llegué a la conclusión de que debía partir de ceros.

En la determinación del nombre ‘Corazón profundo’ tuvo mucho que ver Claudia Elena Vásquez. ¿Cómo es esa historia?

Claro. Claudia estuvo de acuerdo conmigo en que debía comenzar de la nada y una mañana me dijo: “Cuando hagas el próximo disco, debes buscar en lo más profundo de tu corazón”, y me encantó la idea. Por eso se llama así.

¿Su proceso de elaboración de las letras ha cambiado mucho?

Iván Benavides me encerraba en Santandercito a escribir, y yo sufrí mucho porque debía hacer La tierra del olvido. Era terrible y me costaba mucho. Yo no creía en nada de eso, lo criticaba todo. Con el nuevo disco no pasó lo mismo. Siempre estuve muy tranquilo. Con Corazón profundo encontré muy rápido mi patrón.

¿Fue distinto hacer discos desde la independencia que grabarlos bajo un sello multinacional como Sony?

No, no me tocó ceder en nada. Mi camino siempre ha sido nuevo y no había gente preparada para renovarnos en la tradición. Hoy hay más especialistas dentro de la escuela. Nadie de la disquera se atrevió a decirme nada. He tenido muy claro desde el comienzo que mi música es sencilla, es comercial. En La Provincia estuvieron Richard Blair y Eduardo de Narváez, como representante del patrón bogotano. Ellos se fueron a Sidestepper, mientras que La Provincia se mantuvo en la búsqueda de lo que yo quería.

 ¿Qué es lo que usted llama el “patrón bogotano”?

Así llamo a ese sonido característico nuestro, porque fueron los bogotanos quienes nos mostraron que el Caribe podía tener una nueva forma. Esa es nuestra escuela, y Andrés Castro, mi guitarrista líder, es alumno directo de Teto Ocampo. Sigo firme con el patrón bogotano.

En ‘La Perla’, uno de los temas de este disco, usted habla de ‘Santa’. ¿Esa es la manera como se refiere a su ciudad?

Yo digo que Santa Marta es realmente una santa por habernos aguantado a los samarios. Es una ciudad muy sufrida. Fue la primera en ser fundada y ha tenido muchas dificultades. El padre jesuita Antonio Julián escribió el libro en 1750 Perla de América, provincia de Santa Marta, en el que habla del abandono de los españoles para esa ciudad por la piratería de la región. Esa historia me inspiró.

Así como está el homenaje a Santa Marta, también hay uno a Cartagena en la canción ‘La fantástica’. ¿Por qué ese tributo a la champeta?

Las primeras gaitas que aparecen en Clásicos de la Provincia son de Antonio Arnedo, pero él tenía compromisos en el exterior y me presentó a Mayté Montero para hacer La tierra del olvido. Yo estaba rodeado de patrón bogotano en ese entonces y ella trajo la champeta con Pa’ Mayté. Para este disco quería más champetas y logré incluir dos, una de ellas es La fantástica.

¿El Carlos Vives de ‘Corazón profundo’ está reconciliado con aquel galán de telenovelas y con el cantante de baladas pop que fue?

Ese pelado no me deja nunca. Toda la búsqueda de esos años se refleja en este álbum. Sospechar que podía encontrar un sonido nuevo, actual, sin necesidad de ser colombiano, fue un deseo de ese joven que fui y sigo siendo. Este álbum son todas las ganas de esa época mezcladas con la experiencia que tengo ahora.