Chocó, al ritmo de la paz

El Chocó demostró, con el concierto dado por la Orquesta Sinfónica Libre de Quibdó, en diciembre del año pasado, que la música corre por sus venas. Ese 12 de diciembre, 180 niños y jóvenes de Quibdó e Itsmina, en el departamento del Chocó, se presentaron ante un público de más de 1.000 personas. Después de ese, realizaron otros tres conciertos interpretando composiciones de Bach y Tedeum con formatos locales que incluyen alabaos, tamboras y currulaos.

Gracias al apoyo de la Alcaldía Municipal de Quibdó, el Ministerio de Cultura, el programa Música para la Reconciliación del Departamento para la Prosperidad Social, la Fundación Nacional Batuta y Findeter, la Orquesta Sinfónica Libre de Quibdó ha constituido un modelo de formación musical fundamentado en el potencial artístico del Pacífico colombiano y la incorporación de formatos de la música tradicional. “Este es un formato libre en el que se pueden hacer montajes para que cobre importancia la música del Pacífico”, dijo Paulo Sánchez, líder de industrias creativas y culturales de Findeter.

El proyecto surgió como la materialización de un sueño de la alcaldesa de Quibdó, Zulia María Mena García. Ella, junto con un grupo de pedagogos y músicos habían desarrollado procesos musicales con niños, niñas y jóvenes de la región en el marco del programa Déjate tocar por la Música, liderado por Batuta desde hace 10 años.

Bajo la actual administración, el programa cambió su nombre a Música para la Reconciliación y actualmente se desarrolla en dos centros musicales del municipio de Quibdó. Los beneficiarios de esta iniciativa son 200 niños. Cien hacen parte de la orquesta y otros cien del coro. Y hoy, esos niños, son vehículos de paz y no blancos de guerra, pues como lo dijo la alcaldesa Mena en el evento de apertura de la Sinfónica “la orquesta quiere arrebatarles a la violencia y a la miseria la mayor cantidad posible de niños y niñas”. Por eso, serán muchos más niños y niñas los transformadores de su entorno a través de la música.

La orquesta es, además, una plataforma que brinda a los niños y jóvenes chocoanos un espacio para el desarrollo de competencias y habilidades musicales y sociales. La característica del proyecto consiste en que está enraizado en el acervo cultural del Pacífico colombiano y contribuye a la solución de los problemas de la región.

Los integrantes a este proyecto se convierten en multiplicadores de paz y de arte. Los niños y jóvenes, en su mayoría quibdoseños, viven en condiciones vulnerables, y la música representa ahora una manera de crecer como personas. “A la orquesta la rodean elementos insolsayables porque es conformada por una población mayoritariamente afro, es un formato libre, único en Colombia, con ritmos y formatos de la región, está en Quibdó y beneficia a niños de municipios cercanos, y cuenta con elementos atractivos en términos simbólicos, artísticos y etnográficos”, aseguró Sánchez de Findeter.

Las metas para este año le apuntan a crear un macroproyecto de infraestructura adecuada para la práctica musical sinfónico-coral. Findeter tiene dentro de sus propósitos el desarrollo de un plan piloto dentro de Quibdó que sirva de ejemplo y se replique en otras poblaciones del territorio colombiano.

La financiera realizó la donación instrumental necesaria para darle continuidad al proceso. Los instrumentos de viento y una parte de los instrumentos de percusión alcanzaron la suma de 130 millones de pesos que buscan mantener la sostenibilidad financiera e institucional de la orquesta.

Por ahora, la orquesta retomó sus ensayos luego de un mes de descanso. La proyección es viajar a Holanda y Alemania y ampliar el repertorio de canciones, fortaleciendo las que ya tenían. Seguirán trabajando como una apuesta hacia la paz porque como remató Paulo Sánchez: “son estos gestos los que van a aportar sólidamente al posconflicto”.

Si usted quiere saber algo más o apoyar nuestro proyecto, contáctenos en el correo: pasanchez@findeter.gov.co

El Chocó demostró, con el concierto dado por la Orquesta Sinfónica Libre de Quibdó, en diciembre del año pasado, que la música corre por sus venas. Ese 12 de diciembre, 180 niños y jóvenes de Quibdó e Itsmina, en el departamento del Chocó, se presentaron ante un público de más de 1.000 personas. Después de ese, realizaron otros tres conciertos interpretando composiciones de Bach y Tedeum con formatos locales que incluyen alabaos, tamboras y currulaos.

Gracias al apoyo de la Alcaldía Municipal de Quibdó, el Ministerio de Cultura, el programa Música para la Reconciliación del Departamento para la Prosperidad Social, la Fundación Nacional Batuta y Findeter, la Orquesta Sinfónica Libre de Quibdó ha constituido un modelo de formación musical fundamentado en el potencial artístico del Pacífico colombiano y la incorporación de formatos de la música tradicional. “Este es un formato libre en el que se pueden hacer montajes para que cobre importancia la música del Pacífico”, dijo Paulo Sánchez, líder de industrias creativas y culturales de Findeter.

El proyecto surgió como la materialización de un sueño de la alcaldesa de Quibdó, Zulia María Mena García. Ella, junto con un grupo de pedagogos y músicos habían desarrollado procesos musicales con niños, niñas y jóvenes de la región en el marco del programa Déjate tocar por la Música, liderado por Batuta desde hace 10 años.

Bajo la actual administración, el programa cambió su nombre a Música para la Reconciliación y actualmente se desarrolla en dos centros musicales del municipio de Quibdó. Los beneficiarios de esta iniciativa son 200 niños. Cien hacen parte de la orquesta y otros cien del coro. Y hoy, esos niños, son vehículos de paz y no blancos de guerra, pues como lo dijo la alcaldesa Mena en el evento de apertura de la Sinfónica “la orquesta quiere arrebatarles a la violencia y a la miseria la mayor cantidad posible de niños y niñas”. Por eso, serán muchos más niños y niñas los transformadores de su entorno a través de la música.

La orquesta es, además, una plataforma que brinda a los niños y jóvenes chocoanos un espacio para el desarrollo de competencias y habilidades musicales y sociales. La característica del proyecto consiste en que está enraizado en el acervo cultural del Pacífico colombiano y contribuye a la solución de los problemas de la región.

Los integrantes a este proyecto se convierten en multiplicadores de paz y de arte. Los niños y jóvenes, en su mayoría quibdoseños, viven en condiciones vulnerables, y la música representa ahora una manera de crecer como personas. “A la orquesta la rodean elementos insolsayables porque es conformada por una población mayoritariamente afro, es un formato libre, único en Colombia, con ritmos y formatos de la región, está en Quibdó y beneficia a niños de municipios cercanos, y cuenta con elementos atractivos en términos simbólicos, artísticos y etnográficos”, aseguró Sánchez de Findeter.

Las metas para este año le apuntan a crear un macroproyecto de infraestructura adecuada para la práctica musical sinfónico-coral. Findeter tiene dentro de sus propósitos el desarrollo de un plan piloto dentro de Quibdó que sirva de ejemplo y se replique en otras poblaciones del territorio colombiano.

La financiera realizó la donación instrumental necesaria para darle continuidad al proceso. Los instrumentos de viento y una parte de los instrumentos de percusión alcanzaron la suma de 130 millones de pesos que buscan mantener la sostenibilidad financiera e institucional de la orquesta.

Por ahora, la orquesta retomó sus ensayos luego de un mes de descanso. La proyección es viajar a Holanda y Alemania y ampliar el repertorio de canciones, fortaleciendo las que ya tenían. Seguirán trabajando como una apuesta hacia la paz porque como remató Paulo Sánchez: “son estos gestos los que van a aportar sólidamente al posconflicto”.

Si usted quiere saber algo más o apoyar nuestro proyecto, contáctenos en el correo: pasanchez@findeter.gov.co