Dicen que el que es caballero repite. Y eso, precisamente, es lo que está haciendo el cantante Walter Silva, quien por segundo año consecutivo está nominado al Grammy Latino en la categoría Tradicional a Mejor Álbum Folclórico.
Esta vez compite con la producción Ya no le Camino Más, mientras que el año anterior estuvo nominado con 20 Éxitos, una recopilación de lo mejor de su música.
Para Silva, su mayor rival en la gala que se realizará el próximo 5 de noviembre en Las Vegas, Estados Unidos, es la cantautora argentina Mercedes Sosa, y al contrario de lo que muchos pensarían sobre la injusticia de competir en una categoría tan abierta, para el colombiano "es un honor haber llevado al joropo al nivel de cualquier música tradicional".
Y es que el joropo entró a competir en los Grammy Latino desde el año pasado con los colombianos Walter Silva y con Orlando ‘Cholo' Valderrama, quien se llevó la estatuilla.
Hoy en día, Silva goza del reconocimiento nacional y mundial gracias a las dos nominaciones al Grammy, lo cierto es que este artista cuenta con la popularidad del sector llanero desde hace varios años.
Claro está, el camino no siempre fue fácil. Silva recuerda que desde pequeño tuvo inclinación musical, pero que entre sus planes no estaba ser cantante profesional sino comunicador social. Sin embargo, la vida lo llevó por ambos destinos.
Entre los años 93 y 98, Walter fue conquistado por el mundo musical al que no quería pertenecer por miedo a caer en los excesos, pero entre la publicación de un disco y otro, a comienzo de este milenio sus producciones estaban entre las más apetecidas en Casanare y Meta.
Y así, con el paso de los años, este cantante fue perfeccionando su estilo entre los géneros Pasajes y Golpes, hasta el punto en que su disquera, Vibra Music, lo postuló al Grammy Latino en 2008 y 2009.
A sus 36 años, Silva alista su Liquiliqui, el traje llanero elegante, y su sombrero para viajar la primera semana de noviembre a la ceremonia de Las Vegas.
Mientras llega ese momento, paciente y humildemente responde las respuestas de los medios nacionales que gracias a esta nominación le han abierto espacio.
Pero, lejos de convertirse en un artista al que la fama y el éxito se le sube a la cabeza, Silva sigue pasando sus días en Pore (Casanare), su ciudad natal, al igual que en Yopal, Villavicencio y Bogotá.