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Cuando las monjas le cantan a Dios

En los conventos femeninos, como La Merced y Santa Clara, la Semana Santa se ha vivido a través de los cantos celestiales ejecutados por las religiosas que allí conviven.

Estefanía Ortiz Rodríguez - Señal Memoria
08 de abril de 2023 - 02:49 p. m.
En el período Barroco, las monjas de clausura entonaban las melodías que disfrutaban los feligreses en las celebraciones religiosas.  / Getty Images
En el período Barroco, las monjas de clausura entonaban las melodías que disfrutaban los feligreses en las celebraciones religiosas. / Getty Images
Foto: Getty Images - Jan Pitman
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En el período Barroco, las monjas de clausura entonaban las melodías que los feligreses escuchaban en las celebraciones religiosas. Así, la música fue una práctica cotidiana y su forma de vivir las ceremonias religiosas, como la Semana Santa. En este artículo exploraremos la significación y las experiencias que las monjas de clausura creaban interpretando sus canciones.

En aquella época la vida religiosa femenina posicionó a las mujeres como sujetos de poder mediante las diferentes prácticas que ejercían en los conventos. En la Nueva Granada, las mujeres de élite debían elegir entre la vida religiosa y la matrimonial. Las que ingresaban como monjas y unían su vida a Cristo tenían acceso a conocimientos, que les brindaban autonomía y las desligaban de la vida familiar, impuesta por su posición de madre y esposa en una sociedad patriarcal.

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Al igual que ocurría en todo el Imperio hispánico, los monasterios femeninos eran de clausura, lo que quiere decir que las monjas no podían abandonar sus conventos, salvo contadas excepciones. Aunque la vida habitual de las monjas se centraba en recitar sus oraciones y no salir de los conventos, también incluía actividades como la enseñanza musical, una práctica importante que les permitía desempeñar diversos roles como compositoras, receptoras e intérpretes. Asimismo, era una forma de participación en las celebraciones religiosas realizadas en las iglesias conventuales, cuya arquitectura las hacía majestuosas.

Por ejemplo, un programa de Inravisión y Señal Colombia realizó una visita comentada por la Alcaldía Mayor y la Subdirección de Bogotá, enfatizando en los lugares representativos para la historia bogotana, como la iglesia de Santa Clara, convertida en museo desde 1985.

Así, los cantos celestiales de las monjas adornaban las ceremonias religiosas. Las hermanas ensayaban diariamente guiadas por la vicaria del coro o maestros de canto que dirigían e instruían las melodías que se escucharían en el coro alto de la iglesia. Por ejemplo, en conventos como Santa Clara, en Santa Fe, o La Merced, en Cali, los cantos ceremoniales para Semana Santa se practicaban un año antes. Los ensayos, así como la puesta en escena se hacían desde el coro alto, un lugar cubierto con una celosía que funcionaba como una pared que separaba a la feligresía de las monjas.

Para comprender la experiencia de los feligreses, el programa La voz de los claustros, de Inravisión, realizó una descripción de las celosías y el coro alto del Museo Santa Clara donde las monjas entonaban sus cantos celestiales. Allí, se exponen la arquitectura y el significado de los espacios para la comunidad religiosa.

Aunque las monjas estuvieran separadas de los parroquianos por las celosías, los cantos les daban una posición de poder. Gracias a ellos, la sociedad las reconocía no solamente por sus oraciones, sino por las hermosas melodías que entonan en las ceremonias de Semana Santa. Asimismo, los cultos en los conventos adquirieron nuevas significaciones para las monjas, que entusiasmadas esperaban la llegada de los festejos religiosos para entonar los cantos que practicaban a diario.

Así, las melodías que se transmitían dieron significado a los espacios conventuales, por ejemplo, las monjas dedicaron importantes recursos a la ornamentación de estos espacios. En el magacín Descubriendo, de Señal Colombia, hicieron una visita al Museo Santa Clara, único inmueble en pie del extinto convento de la comunidad franciscana femenina en Bogotá. Allí, el maestro Eduardo Serrano explicó la relevancia ornamental del coro alto, destacando la pintura del embovedado, donde se halla una gran diversidad de animales que eran parte del bestiario colonial, que, procurando parecerse a los bestiarios medievales, le otorgaba a cada animal un valor religioso, pero con la diferencia de usar animales propios de América, como el mono y el colibrí, entre otros.

El arte deslumbrante de los coros altos resalta la importancia que las prácticas musicales tenían para los conventos. Estos espacios se habían convertido en lugares de enunciación donde las monjas expresaban sus emociones por medio de melodías. En las ceremonias de Semana Santa se vivía el dolor por la muerte de Cristo y la alegría de la resurrección. Estas emociones se reflejaban en los cantos que las monjas entonaban durante la ceremonia.

De esta forma, los conventos habían dejado de ser solo muros de encierro, y el silencio que privilegiaba la vida de clausura se había transformado en un evento musical que creaba nuevas experiencias para las monjas. Asimismo, los cantos se habían convertido en el vínculo que entablaban las religiosas con los feligreses y la unión que había entre ellas.

Para las monjas, las ceremonias religiosas eran espacios de encuentro con nuevas formas de vivir su espiritualidad y entender los conventos. Además, la práctica musical significó el lazo que unía a la comunidad y las entonaba en la misma sinfonía. Por ejemplo, la serie Colombia monumental, de Señal Colombia, realizó una emisión dirigida por el arquitecto restaurador José Luis Giraldo, que cuenta algunos sucesos históricos del convento. Allí aparece una fotografía de la comunidad religiosa de La Merced en Cali, evidenciando el sentimiento y la unión que significa la música para la comunidad religiosa.

Finalmente, los coros celestiales fueron la forma en que las monjas desempeñaron otros roles y prácticas alejadas de la cotidianidad de la oración. Asimismo, se resalta cómo la música en ceremonias religiosas fue una forma de expresar los sentimientos y entablar unión entre la comunidad. Así, los cantos celestiales se convirtieron en formas de vivir las celebraciones religiosas.

*Señal Memoria es la marca de RTVC a cargo de la estrategia de salvaguarda y rescate del patrimonio audiovisual colombiano.

Por Estefanía Ortiz Rodríguez - Señal Memoria

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