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El 12 de abril se presentaron por primera vez en la Plaza de Bolívar de Bogotá en el concierto PazRock. ¿Cuál es el balance?
Yo diría que ha sido el concierto más simbólico. El concierto que más nos ha gustado en los 35 o más años de carrera musical que llevamos. Fue muy bonito. Fue un lugar especial para decir lo que queríamos decir, de forma reflexiva y muy tranquila. Fue el concierto de la vida en la historia de La Peste.
Una canción que haya sido especial esa noche...
“Voten por mí”. Esa canción es un reflejo político de Colombia. De todas las promesas que han hecho y no termina pasando nada. Todos llegan con el mismo discurso y prometen solucionar las cosas, y cuando vemos hay miseria, muertes, hambre. Todo el tema de la descomposición social del país es muy fuerte.
Entonces “Vote por mí” simbolizaba todo eso. Y en el concierto en la Plaza de Bolívar la gente se conectó mucho y entendió muy claro lo que queríamos decir. Y es que el país lo construimos los ciudadanos, no a quien monten o a quien los monten en el poder.
¿Qué lectura hace del momento político de Colombia?
La lectura es que finalmente la gente joven fue la que eligió lo que en estos momentos está administrando el país. También hemos pedido mucho eso, que si lo que se ha elegido no funciona, sean los mismos jóvenes los que se encarguen de rechazarlo. De manifestarse.
Esta generación está con los pantalones más amarrados y si ven la necesidad, pues tienen el poder de decir: vamos con esto o no sigamos con lo mismo. A ver qué pasa.
Ahora hay un nuevo proceso, hay que ver qué pasa, si no funciona, seamos nosotros mismos y todos los jóvenes, los que reaccionemos y no dejemos que las cosas las sigan manipulando de la manera en la que históricamente las han manipulado.
Vea la entrevista a Dilson Díaz para Claro Oscuro de El Espectador:
Se cumplieron 25 años del concierto en el que La Pestilencia fue telonero de Metallica en el Parque Simón Bolívar. ¿Qué recuerdo tiene de ese concierto?
Los recuerdos son muy bonitos todos. Por ejemplo, ver dos días antes cómo la gente instaló sus carpas en el Parque Simón Bolívar mientras hacía la fila.
El escenario era impresionante. Metallica trajo algunas cosas adicionales que instalaron en la tarima y al ver los corredores hacia los lados y yo no lo podía creer. Yo pensé que me iba a limitar a un espacio, pero me autorizaron para correr por toda la tarima. El management de Metallica me dijo: hágale y la consola es toda suya, el volumen que quiera.
Recuerdo que el concierto lo organizaron dos socios. Uno de ellos me dice: Metallica no ha llegado, apenas están aterrizando. Entreténgalos. Tiene más tiempo para tocar.
Teníamos como un set de ocho o diez canciones por tocar, pero, pues dijimos, démosle. Sigamos. Entonces fue muy bonito seguir tocando más tiempo en el escenario.
Recuerdo que Fanny Mickey se subió al escenario para tranquilizar a la gente que estaba ansiosa por ver a Metallica, pero la gente no entendió. Yo le dije, señora, tranquila, yo los tranquilizo.
Y así fue. Seguimos tocando y la gente se portó muy bien. A los minutos llegaron.
¿Fue un concierto amenazado?
El concierto en esa época, no sé qué tan oficial fue, pero estuvo amenazado. Metallica llegó directo del aeropuerto, cada uno en carro blindado, literal. Se bajaron de los carros y los dejaban en la escalera para subirse a la tarima. O sea, ellos no fueron a camerinos, nada. Llegaron de una, calentaron cuerdas un momentico y tocaron. Cuando terminaron se bajaron, nos saludamos y chao.
Morir en la tarima de Metallica
A nosotros también nos llegaron unos correos. Que por tocar con ellos nos íbamos a arrodillar ante el imperio yanqui y que nos íbamos a convertir en objetivo militar. Y pues yo me reí de eso.
Yo dije bueno, pues si nos quieren matar, pues que nos maten en la tarima, para eso estamos creando música y pues como se dice ‘murió en su ley’, si es que eso es lo que va a pasa.
Yo creo que también de pronto puede haber sido alguien tratando de intimidar. Porque igual eso generó celos y cosas. En esa época era impensable tocar con Metallica.
Entre Black Sabbath y Pablo Escobar
Black Sabbath es la banda de mi vida. En esa época había una emisora, se llamaba La Voz de la Música en Medellín y llega el DJ y dice: ‘Enseguida vamos a lanzar el disco nuevo de Black Sabbath’. Yo, con casetera y todo el rollo, grabé “Am I Going Insane (Radio)” del álbum Sabotaje.
Y yo alcanzo a grabar dos canciones. También sonó “Symptom Of The Universe”. Entonces como que eso me abrió a la locura. O sea, a partir de ahí como que sentí que esa música era mi corriente.
Yo nací y crecí en Medellín, en el barrio Campo Valdéz, donde Pablo Escobar reclutó muchísimos jóvenes. Veía amigos de barrio, con los que oíamos rock al poco tiempo, con una moto y ya en un trabajo específico o haciendo X, Y, Z.
Y yo decía, uy no, yo no quiero eso. Yo siempre estuve con la música, no por esconderme, sino porque era lo que me gustaba. Me gustó siempre cantar, terminé gritando, pero bueno…
Ser migrante en Los Ángeles. ¿Cómo ha sido ese proceso?
Nosotros llegamos como banda a tocar allá en un tour y a grabar el álbum Balística. O sea, no llegamos como en ese plan de desespero y el guerreo, llegamos con papeles, llegamos con todo normal y duramos como un año así.
Cuando volvimos a Colombia nos enfrentamos a la realidad. Rápidamente, nos dimos cuenta de que aquí no iba a pasar nada diferente a lo que ya habíamos hecho. Nos devolvimos para Los Ángeles ya en plan de quedarnos. Y en el primer mes grabamos la “Corte del Pueblo”, que es el video más visto en la historia de La Peste.
Empezamos a entender cómo era vivir en Los Ángeles y nos empezó a gustar, sin perder el horizonte. Los Ángeles es una ciudad demasiado rockera. En una noche, no sé, puede haber 300 o 400 conciertos de rock, o sea, es impresionante. Y en esa época más, entonces esa era la ciudad donde teníamos que estar.
¿Cómo es su vida familiar?
La vida en pareja ha sido muy tranquila. Es una relación bonita y aparte de eso de mucho apoyo entendiendo las carreras de cada uno. Yo músico, ella diseñadora de modas, entonces como que de alguna manera se complementan.
No había planes de tener hijos. Como todo joven que se casa, ¿hijos para qué? Y llegó Martina y nos trajo felicidad. Ya en el momento en que llegó nos dio ataque de risa nerviosa.
Y ya de ahí en adelante es lo más hermoso que le puede pasar a cualquier persona. Tener un hijo es todo. Es entender un poco más a otra velocidad del mundo, diría yo.
¿Para qué el punk?
Yo siento que el punk es el que siempre nos abre los ojos en lo que estamos viviendo. Y al tenerlos abiertos es empezar a entender lo que se ve. ¿Y qué se ve? Se ven muchas cosas que duelen, pero también se ven cosas bonitas, donde es el momento de darle amor a un hijo.
Y cuando no hay rock. ¿Qué escucha?
Yo nací en una casa donde se escuchó mucho bolero. Me gusta mucho Daniel Santos, Rolando la serie, me encanta Rolando la serie, Orlando Contreras. Me lo sé todos porque mi mamá y mis tíos a diario ponían eso y los fines de semana la botellita aguardiente no faltaba.
Conozco bastante de salsa vieja, porque en la casa también pasamos por ahí, por la salsa. Me gusta, obviamente, Héctor Lavoe Pues, pero también me gusta mucho Raphy Leavitt. Ese man es brutal. Me acuerda mucho de Medellín. Henry Fiol, también me acuerda mucho a Medellín de toda esa época, de los partidos de fútbol y todo ese rollo. Me acuerdo muchísimo de dese Medellín fuerte.
Un poco más a la niñez, Sandro, que me impactó muchísimo. Ese era mi Jim Morrison de la época, entonces no conocía a Jim Morrison, sino a Sandro.
Y ahora, pues claro, con mi hija, que escucha rock y conoce bastante, a veces se hace DJ set en la casa y ponen rock, pero también le gusta el pop. Entonces me sé Katy Perry y los álbumes completos, Harry Styles tengo dos canciones que me parecen muy bonitas, muy bien hechas. Y no importa, puedo decirlo. Si me van a decir casposo, bien bacano.
¿Qué lo hace llorar?
Lloro por todo. Me quiebro fácil, pero temas de niñez. Cuando hay tanto tema de injusticia y veo cosas que no le deberían pasar a un menor, eso me quiebra. Eso me pone mal.
¿Qué lo hace sentir orgulloso de ser colombiano?
Soy orgulloso Colombia, pese a todas las atrocidades colombianas, porque la gente es linda. Es que no somos todos los que tenemos ese país así. Son pocos. Y cada que llego me contagio de la energía y de la amabilidad de la gente.
Tengo una canción que habla de eso precisamente. ¿A qué hora nacieron ustedes, señores bestiales? Lo que digo ahí es como si Colombia tiene gente tan bonita… de dónde salen esas personas tan desfiguradas que tienen el país así.
Lo nuevo de La Pestilencia
Tenemos canción nueva. Se llama Criminal Cool y planeamos sacar álbum a finales de año. Debido al o lo que pasó en el concierto (PazRock) y a esa energía tan bonita y brutal, quiero sacar ese concierto en vinilo y en CD. Ahí el país habló con nosotros. Fue muy bonito.