El “Epitafio de Sícilo”: nuestra primera canción

Este texto es el respaldo impreso a “Master Class”, el nuevo podcast de HJCK Radio y El Espectador, que podrán escuchar en el portal digital del diario.

Camila Builes
04 de febrero de 2020 - 10:00 p. m.
 / Ilustración: Éder Leandro Rodríguez
/ Ilustración: Éder Leandro Rodríguez

En 1904 William Ramsay recibió el Premio Nobel de Química por su trabajo en la identificación de distintos gases nobles. Ramsay se convirtió en uno de los químicos más importantes del siglo pasado: sus descubrimientos aportaron nuevos elementos a la tabla periódica, como el helio y el argón, y sus investigaciones en la radiactividad consolidaron todo un nuevo campo de estudio.

Sin embargo, lo que me importa de Ramsay no es su destacado trabajo en la química, sino su pasatiempo favorito. Desde muy joven, el escocés recorría distintos desiertos de Europa y Asia en búsqueda de yacimientos arqueológicos. Él tenía un afán especial: encontrar en alguna área de Asia Menor una evidencia física que le permitiera refutar el relato bíblico de Lucas. Habiendo estudiado en las famosas escuelas históricas de Alemania a mediados del siglo XIX, aprendió que el Nuevo Testamento era un tratado religioso escrito a mediados de 200 d. C., y no un documento histórico escrito en el primer siglo. Estaba convencido de esa enseñanza. Pero quería pruebas.

Entonces, en 1883, decidió viajar a Éfeso, una de las 12 ciudades jónicas a orillas del mar Egeo, en Turquía. Ese año hizo numerosas exploraciones, hasta que un día se encontró un cilindro de mármol con inscripciones griegas. Cuando tradujeron el mensaje tallado en la roca se dieron cuenta de varias cosas: que databa del siglo I y que era una canción. La canción completa más antigua descubierta hasta ahora. Ramsay, quien 20 años después ganaría el Premio Nobel de Química por descubrir elementos, había también descubierto el génesis de la composición musical.

¿El tema de dicha letra era un canto de guerra? ¿Acaso esas letras eran una alabanza a los dioses o a los emperadores? No. William Ramsay encontró enterrada bajo catatumbas jónicas la primera canción de amor. Unas palabras que ascendían desde el centro de la tierra hasta traspasar el desierto en orgullosas espirales, haciendo cabriolas estridentes, punteadas por cálidas modulaciones de llanto que eran como el latir de un corazón:

Mientras vivas, brilla, / no sufras por nada en absoluto. / La vida dura poco, / y el tiempo exige su tributo. 

Es una de las estrofas de la canción que escribió Sícilo a su esposa Euterpe después de su muerte. El amor viaja en todo lo que toca el espíritu y la muerte es el principio de la creación, aunque pensemos lo contrario. 

Soy una imagen de piedra. / Sícilo me pone aquí, / donde soy por siempre, / señal de eterno recuerdo.

El Epitafio de Sícilo, como nombraron la pieza, es un templo del corazón. Esa roca es el pecho de un hombre que ha perdido a su amada. Se escribe para saber dónde está y una canta para saber dónde queda el corazón. El corazón de Sícilo, como el de Euterpe, se convirtió en mármol.

El epitafio fue conservado en un museo de Esmirna hasta que se perdió durante el holocausto de Asia Menor, entre 1919 y 1922, tras la destrucción de la ciudad. “Una ciudad en ruinas entierra un corazón enamorado”.

Años más tarde, en ese mismo lugar donde las ruinas fueron casa, encontraron la base con la última línea del texto borrada, en poder de una mujer del pueblo que la usaba para apoyar una maceta. Ningún destino habría sido más apropiado que ese: unas flores sobre un canto de despedida.

Esta no es la historia de un nobel de química. Tampoco de un descubrimiento arqueológico. A esas letras, que se juntaron y formaron un pregón contra la muerte, solo les queda la textura del tiempo, que es la de la eternidad. Todas esas palabras no hablan de Sícilo y Euterpe, sino de la intemperie, el pánico, la fragilidad, el fin y el principio de todo, el profundo malestar y el amor por la vida.

¿Quiere escuchar el “Epitafio de Sícilo”, interpretado en griego por un hombre y una mujer? ¿Quiere conocer cómo el sonido se convirtió en música? Bienvenidos a “Master Class”, espacio donde hablaremos de música y de historia, pero sobre todo del tiempo. Este texto es un acompañante al nuevo podcast de HJCK Radio y El Espectador que podrán escuchar en www.elespectador.com.

Por Camila Builes

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