Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

El legado de la Sonora Matancera: hijo de la diáspora y el éxito internacional

Desde su partida definitiva de Cuba en 1959, y por lo menos hasta 2001, cuando murió su director, Rogelio Martínez, el grupo llevó por toda Latinoamérica la música cubana desde el exilio.

Hugo Santiago Caro y Juliana Velasco Amado / @JulianaVelascoA

13 de enero de 2024 - 06:00 p. m.
Se cumplen 100 años de fundación de una agrupación decana de la música cubana. Celia Cruz, Daniel Santos, Bienvenido Granda, entre otros, hicieron parte de esa historia. /Ilustración por Jonathan Bejarano
Foto: Ilustración por Jonathan Bejarano
PUBLICIDAD

El 12 de enero de 1924, en la casa del tresero matancero Valentín Cané y Pérez nació la Tuna Liberal, una agrupación que se reinventó en el Conjunto Sonora Matancera hasta terminar siendo la Sonora Matancera. Este conjunto cubano dejó su huella musical por toda América y cumple un centenar de años acompañando a generaciones de apasionados por la música antillana.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

Le recomendamos: ¡Cien de la Sonora Matancera!: “Grande y trascendente”, dice la autora Rosa Marquetti

El impacto del decano de los conjuntos de América en los países de la región se consolidó durante las décadas de los 40 y 50 gracias la difusión radial de sus éxitos y a sus presentaciones en vivo, una época considerada la época de oro de la Sonora. El amor matancero en Colombia tiene su punto de partida por esos días, con sus primeros conciertos iniciando el 10 de febrero de 1955 en Barranquilla para visitar Cartagena, Cali, Medellín y Bogotá durante los días posteriores, fechas a las que sus seguidores respondieron con asistencia masiva haciendo un clic que continúa 100 años después. El genio que sentó las bases de la orquesta que conquistó América fue Rogelio Martínez, quien estuvo al frente de la Sonora entre 1948 y 2001. Según la investigadora cubana Rosa Marquetti, “Rogelio Martínez tiene una serie de valores que siempre me gusta destacar: fue, a mi juicio, más que un músico inspirado o virtuoso, un excelente calibrador de la riqueza musical o interpretativa y, sobre todo, del escenario comercial donde se movía, o hacia donde quería mover a su conjunto. Era un director, un productor, pero también un empresario sagaz en toda regla”.

Ciertamente, una de las más acertadas decisiones del director fue la escogencia de sus cantantes. Por esa formación musical pasaron personajes reconocidos internacionalmente, como Daniel Santos o Myrta Silva, quienes dieron un nuevo estatus a la agrupación. Sin embargo, este tipo de cantantes con éxito previo fueron excepción, porque la regla que se impuso fue la de intérpretes con gran talento que, gracias a la Sonora Matancera, alcanzaron el reconocimiento que les impulsó a aventurarse en solitario. Indica Marquetti sobre este tema: “Hábilmente, y con criterio de expansión comercial, Rogelio incorporó a cantantes de diferentes nacionalidades -República Dominicana, Haití, Puerto Rico, Colombia, Argentina, Venezuela, México y Uruguay-, tanto en grabaciones como en actuaciones eventuales, y los moldeó según la sonoridad de la Sonora Matancera”.

Read more!

Justamente el extenso repertorio de voces y nacionalidades de la agrupación el que conquista oídos en todo el continente con personajes tan destacados como Celia Cruz, Bienvenido Granda, Celio González, Leo Marini, Carlos Argentino Torres, Toña la Negra, Carmen Delia Dipiní, Bobby Capó, Yayo el Indio, Alberto Beltrán y Víctor Piñero, por reseñar algunos nombres. A la variedad de personajes escogidos para las voces se sumó un repertorio tan extenso como heterogéneo, incluyendo composiciones de todas las latitudes, lo que contribuyó a cautivar a los escuchas en un extenso territorio.

Junto a las decisiones artísticas tomadas por su director, otro factor que impulsó el éxito del grupo fue su relación discográfica con el sello Seeco, propiedad del estadounidense Sidney Siegel Parlayed, durante más de 10 años. Dicha relación ayudó a la distribución masiva de las grabaciones de la Sonora Matancera y trajo para la agrupación contratos internacionales que le dieron presencia física constante en diferentes territorios, incluido Estados Unidos. El autor barranquillero José Portaccio Fontalvo reseña en su libro Ochenta años de la Sonora Matancera, que así como mientras en el mercado latino de Estados Unidos el conjunto se popularizaba por sus discos, en Colombia también la música de la Sonora llegó por ondas radiales, pues dice que la señal de Radio Progreso, una de las cadenas que más transmitieron la música del conjunto a partir de 1930, sentencia también Portaccio, se llegaba a escuchar en ciudades como Cartagena y Barranquilla.

Read more!

Eso fue fundamental para la etapa que la agrupación inició una vez se dio su salida definitiva de Cuba el 15 de junio de 1960, pues con el reconocimiento adquirido los años previos del trabajo más arduo estaba listo para dar sus frutos fuera de la isla.

“En realidad la línea de apoyo de músicos y disqueras a la bisoña Revolución comenzó casi desde el mismo 1 de enero de 1959, y es cuando menos superficial adjudicar filiaciones políticas de relevancia a esos músicos en un momento tan temprano de los cambios en Cuba. La vida ha demostrado que cualquier mirada desde el presente debe tomar en cuenta el contexto de aquellos días.”

Celia en Cuba (1925-1962), de Rosa Marquetti

Por muchos años ha sido objeto de debate el hecho de que la Sonora Matancera, así como cientos de cantantes y agrupaciones cubanos, le cantaran al triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro en 1959, derrocando al gobierno de Fulgencio Batista, para luego dejar la isla de forma definitiva. Para Marquetti, es “cruel, mediáticamente oportunista e inexacto, y hasta falso desde el punto de vista histórico, absolutizar en las valoraciones de estos hechos obviando contextos y posteriores desarrollos de la línea política del gobierno de Fidel Castro y las decisiones personales que tomaron muchos artistas de irse al exilio o quedarse en Cuba, para bien o para mal”. Uno de los casos más criticados fue el de Celia Cruz, quien tras cantar Guajiro, llegó tu día se convirtió en un símbolo de los cubanos en el exilio. Lo cierto es que el exilio fue un parteaguas en la historia de la Sonora Matancera. No solo dejaba de escribir su historia en la isla que les había dado su identidad, sino que también les lanzó a capitalizar la fama en todo el continente que habían sembrado en 36 años. Su sonido no varió tras cortar las raíces echadas en La Habana.

En palabras de Marquetti, una vez fuera de Cuba, estaban en una “zona de confort, que incluía tener la llave del éxito seguro, lo que hizo que, al parecer, descartara la posibilidad de renovarse de una manera más agresiva o a tono con los tiempos que llegaban”. Este es un fenómeno que pervive todavía. El son de la Sonora Matancera sobrevivió la llegada de la salsa como género comercial, la salsa romántica y demás ritmos antillanos que han venido poniéndose de moda. En paralelo, dentro de Cuba, los que decidieron quedarse tras la revolución y los que vinieron después como Juan Formell, Adalberto Álvarez, Chucho Valdés, José Luis Cortés y más recientemente Alexander Abreu y Alain Pérez, vivieron la llegada del filin, el songo, la timba y la evolución del son. Por ellos es que, como dice Marquetti, el son no se fue e Cuba y evolucionó “porque la creación parte no solo del conocimiento musical, sino también de la inserción del músico en la vida social y cómo la percibe, cómo la vive o recibe su influencia, para después convertirla en una obra de creación, en constante escrutinio popular, de lo que necesariamente parte su renovación”.

“Cuba es algo más que una localización geográfica: Cuba es algo que cargamos a dondequiera que vamos, es un fardo felizmente rebosante de todo aquello en lo que nos reconocemos, de todo lo que es para nosotros identidad y sentido de pertenencia. Y eso va con nosotros siempre. Los jóvenes de las generaciones que crecimos sin Celia Cruz y sin La Sonora Matancera, descubrieron su música y sus extraordinarios valores culturales en la diáspora, viviendo la lejanía y abrazándolos como un sonido descubierto para su espiritualidad y su alegría, y que nunca debió ser secuestrado por la política”,

Rosa Marquetti

Muchos de ellos, sin tener que enfrentarse a “las políticas de censura y cancelación implementadas en mi país desde la misma década de los 60 hacia aquellos artistas e intelectuales que decidieron vivir y trabajar en otro país y no involucrarse, o rechazar el llamado proceso revolucionario”, complementa Marquetti. Estas nuevas músicas hacen parte de la identidad de los cubanos nacidos después de 1959, por lo que para muchos de ellos la Sonora Matancera es un vago o inadvertido recuerdo. En otras palabras, prevalece gracias a la labor de coleccionistas e investigadores como Marquetti.

No ad for you

Sin embargo, también afirma que Cuba es más que la isla, “es algo que cargamos a dondequiera que vamos”, por lo que muchos como ella, que viven fuera del país y han conocido la música de la Sonora en el exilio, han encontrado en ella un conector con esa identidad cubana. La autora concluye resaltando que la labor de aficionados y coleccionistas del Caribe y Latinoamérica es crucial para que ese legado sea recordado 100 años después. “La música es algo vivo, que, por serlo, es posible apresar en un soporte sonoro. El movimiento de colectivos de fanáticos, coleccionistas y estudiosos en Colombia ha contribuido y sigue contribuyendo, como nadie, a preservar ese legado sonoro del ‘Decano de los conjuntos cubanos’”, concluye.

*Hugo Caro es parte de la redacción de El Espectador desde 2022 y Juliana Velasco es abogada, editora, gestora cultural y melómana.

Lea más del mundo del Entretenimiento 📀🎞️🎤.

Por Hugo Santiago Caro

Periodista de la sección Mundo de El Espectador. Actualmente cubre temas internacionales, con especial atención a derechos humanos, migración y política exterior.@HugoCaroJhcaro@elespectador.com

Por Juliana Velasco Amado / @JulianaVelascoA

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.