Silvana Estrada creció entre contrabajos, cellos, violas y violines. Pero ninguno de esos instrumentos la han conquistado tanto como el cuatro venezolano, instrumento con el que canta como si se tratase de una quinta extremidad. En el escenario, cuenta con otro instrumento acústico: la guitarra. Estos dos elementos, acompañados con la batería a cargo de Alex Lozano y el piano de Roberto Verástegui, completan el combo perfecto para los shows de “Marchita” (2022), concepto con el que volvió tras cinco años sin pisar una tarima colombiana.
“El público ha cambiado muchísimo, sobre todo el recibimiento. Los dos shows que hice en el 2019 fueron pequeñitos y muy lindos, pero eran eso, unos shows muy pequeñitos”, recuerda la compositora veracruzana en entrevista para El Espectador. “Ahora fue completamente una sorpresa. Hicimos cuatro noches en el Teatro Mayor, es un montón de gente. Sienta un precedente porque nos costó un poco bookear, era como ‘bueno, pero Silvana hace mucho no viene, en una de esas no va a llenar, mejor le damos este teatro’ y nosotros ‘bueno, a lo mejor una fecha o dos’ y ellos ‘no, con una a ver si la llena’ y de repente pum, tres fechas”.
Y es que, desde la primera vez que visitó el país, ha transcurrido mucho en su vida. En el 2022 ganó el Premio Gammy Latino a mejor artista nuevo por su segundo álbum de estudio, ese mismo año lanzó “Abrazo”, su segundo EP, y se enfrentó a la pérdida con la muerte de Andrés y Jorge Tirado, dos de sus grandes amigos que aún recuerda en su repertorio cada vez que presenta “Se Me Ocurre” y “Brindo”. Esto último, no afectó sus ganas de seguir cantando y a mediados del 2024 anunció que estaría de nuevo en Bogotá y Medellín.
En la capital, la elección del lugar fue clara, el concierto debía hacerse en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. “Yo creo que el show de Marchita por cómo se pensó se disfruta mucho más en un teatro. Soy yo con un cuatro venezolano y sobre eso hay todo un mundo de sonidos, desde la percusión, la batería, las voces, los sintetizadores, el piano, el Rhodes… entonces para mí es muy importante que todo suene lo más limpio y directo posible. Además, yo creo que hay algo de la intimidad que dan los teatros que es muy especial porque entiendo que mi show para la gente representa mucha sanación, es muy terapéutico, entonces sí quiero que la gente esté muy cómoda, que el sonido sea lindo, tener control de las luces, que sean cálidas, que haya ese sentimiento en el que estemos todos cerquita, mucho más conectado con la madera. Es muy fuerte porque llegué al Teatro Mayor y es todo madera, es divino, precioso. Estoy contenta con esa decisión”.
Entonces regresó y cantó durante cuatro noches diferentes setlist. Algunos tuvieron la oportunidad de escuchar “Detesto En Mí”, otros “Milagro Y Desastre” y quienes asistieron la penúltima noche, los que agotaron las primeras entradas liberadas, escucharon la conmovedora “Si Me Matan”. No obstante, hubo un factor invariable en todos los conciertos y fue su gratitud con el público, en especial con los últimos tres, ya que esperaron el show durante dos meses más, pues sus recitales fueron pospuestos a causa de una gripa que afectó sus cuerdas vocales.
“Muchísimas gracias por esperarme, por su amor, paciencia y todos sus mensajes para que me mejorara. La verdad que muchas veces en mi recuperación me hicieron llorar porque no podría creer que fueran tan increíbles y tan generosas y generosos”, confesó en el intermedio del concierto del 21 de octubre.
Ahora, su próxima parada es su natal México, donde presentará un formato diferente que titula “Ofrenda” y que se celebrará el próximo 30 y 31 de octubre en Quintana Roo y el 2 y 3 de noviembre en Veracruz y Ciudad de México. Para la intérprete, esta serie de eventos son especiales porque responden a una necesidad mexicana: celebrar a los muertos. Es importante, según sus tradiciones, honrar la muerte a través de la vida, crear comunión y comunicación con las almas de los seres queridos, por eso, la premisa es volver el escenario un altar y las canciones una ofrenda.
El repertorio está compuesto por canciones de su autoría, pero también de otros compositores, la elección depende de las peticiones de los presentes. “Es un show que espero en algún momento poder llevarlo a más países porque en México tenemos mucha suerte por tener un día así, tenemos una relación con la muerte fuertísima y creo que el Día de Muertos es como una válvula de escape para todo ese dolor y que más que un dolor, se vuelve una celebración, una fiesta que se relaciona con mi trabajo porque yo soy alguien que siempre intenta buscar la belleza dentro de las heridas, del dolor, del duelo, de las cosas duras, de los sentimientos más oscuros”.
Mientras llegan sus próximas fechas, quienes la han visto en vivo alguna vez, como es el caso de los fanáticos colombianos que la escucharon esta ocasión, podrán volver a sus memorias y recordar la voz que sale desde el pecho de Silvana Estrada, porque si hay algo reparador en ella, es su capacidad de volver las palabras luz. Ella misma lo explica. “Es como el acto de encender una velita en un cementerio, siento que eso describe bastante lo que yo hago. Encender una velita en la parte más dura y oscura del sentimiento”.