Eydie Gorme aprovechó su dominio del español para evolucionar en la música. Mucho antes de ser artista y cuando todavía la llamaban por su nombre real, Edith Garmezano, trabajó como intérprete sin tener claro todavía que esa experiencia le significaría la consolidación en un mercado ajeno. Luego, durante la época universitaria, se ganó el sustento como traductora simultánea, y toda esta experiencia en la denominada lengua de Cervantes la motivó a aceptar la invitación para grabar una serie de trabajos discográficos al lado de trío romántico Los Panchos, integrado por Alfredo Bojalil Gil (El Güero), José de Jesús Navarro Moreno (Chucho Navarro) y Herminio Avilés Negrón (Hernando Avilés).
Las sesiones, que se conocieron bajo los títulos ‘Amor’ (1964), ‘Más Amor’ o ‘Cuatro Vidas’ (1965) y ‘Canciones Navideñas’ (1966), resultaron muy fluidas y la artista estadounidense se relacionó con facilidad con el reconocido trío conformado por dos mexicanos y un puertorriqueño. La razón fundamental para que se realizara de manera ágil esta serie de registro se remonta a su origen. Los padres de Eydie Gorme fueron inmigrantes sefarditas con ancestros hispanos y turcos, por lo que los idiomas que se hablaban dentro del entorno familiar eran el inglés y el español. Gracias a su elocuencia, en ambas lenguas, siempre se destacó y desde muy niña fue protagonista en las franjas infantiles y juveniles de algunos de los más populares programas de radio.
Antes de darse a conocer como solista, Eydie Gorme actuaba como cantante a sueldo en orquestas como las de Tommy Tucker, Don Brown, y por supuesto, la de Glenn Miller, quien la guió para ampliar su abanico musical incluyendo además de baladas, canciones propias del folk, piezas cercanas al swing y otras manifestaciones sonoras como el soul y el jazz. Con la experiencia como protagonista dentro de espectáculos orquestales, esta artista comenzó a pensar en un cambio rotundo en su estilo y gracias a personajes como Tex Beneke, Andy Williams y Steve Lawrence, quien fue su pareja desde 1957, diseñó shows personales en los que se incluían comentarios ingeniosos sobre su vida íntima.
A comienzos de la década del 60, Eydie Gorme y Steve Lawrence crearon un recital memorable, el ‘Steve and Eydie’, en el que la pareja cantaba piezas tradicionales norteamericanas y, entre una canción y otra, ponía en evidencia algunos desacuerdos maritales. Tanto el tono jocoso como la calidad interpretativa fueron aplaudidas por la crítica especializada, que denominó la propuesta como una divertida pieza musical y actoral. Con premios en los bolsillos y con un público fiel que los seguía hasta cualquier rincón del planeta, la pareja se hizo sólida y su amor se mantuvo intacto hasta la muerte de Gorme, el sábado 10 de agosto en Las Vegas, a los 84 años.
“Eydie ha sido mi socia en el escenario y en la vida por más de 55 años. Me enamoré de ella al momento en que la vi, e incluso aún más, la primera vez que la escuché cantar. Aunque mi pérdida personal es inimaginable, el mundo ha perdido a una de las grandes vocalistas pop de todos los tiempos”, manifestó Steve Lawrence en un comunicado.
La voz potente de Eydie Gorme es fácilmente reconocible por su ligero acento extranjero al cantar en español. Por eso se le llamaba ‘La Neoyorkina’ y como legado quedan más de treinta elepés, algunos de ellos convertidos al formato del cd, y varias canciones sueltas, incluso una en la que, al lado del puertorriqueño Danny Rivera, canta ‘Para decir adiós’, original de José Feliciano.