FEP: vitrina del talento nacional

Para los artistas locales, espacios como el Estéreo Picnic, que se realizó el pasado fin de semana, se configuran como una oportunidad de ganar reconocimiento y cultivar nuevos públicos dentro y fuera del país.

esteban dávila náder
29 de marzo de 2018 - 05:20 p. m.
Daniel Álvarez - Shock
Daniel Álvarez - Shock

Pasa todos los años. Los organizadores del Estéreo Picnic publican, después de semanas de expectativa, el cartel con los nombres de los artistas que se subirán a las tarimas del festival y casi de inmediato comienzan los comentarios sobre la cuota nacional del listado. Para unos, son las mismas bandas que se presentan en cuánto evento se hace en Colombia; para otros, se trata de un line-up lleno de desconocidos que no vale la pena conocer.

Se trata de un debate típico de las redes sociales y que no sólo se da con el Picnic. También le pasa al Jamming Festival, e incluso se presentó cuando Lollapalooza trató hacerse un lugar en el circuito musical del país.

Alejandro Casallas, promotor del Jamming, explica que parte de ese descontento se debe a que el público colombiano está acostumbrado a ver a los artistas nacionales en eventos como Rock al Parque, donde el ingreso es gratuito. En los eventos privados, usualmente costosos, el cuento es diferente “la audiencia desafortunadamente no apoya lo local, me pasó en las primeras ediciones del festival”.

Sin embargo, los promotores nacionales no desisten a la hora de incluir artistas nacionales en sus carteles, por varias razones. Para comenzar, es una forma de dinamizar la industria nacional y promover la cultura, pues como dice Philippe Siegenthaller, Director de Booking del Festival, “es muy importante que traduzcamos lo que pasa en la escena colombiana a un escenario como el FEP”, para demostrar que en el país se hacen productos de calidad.

Esto se traduce en que dichos eventos se convierten en vitrinas del producto local. “Las bandas desde las pequeñas hasta las grandes tienen la oportunidad de finalmente acaparar la atención durante prácticamente seis meses, desde que salen en un cartel hasta que se presentan en el Estéreo Picnic. Básicamente están promoviendo su música”, continúa Siegenthaller.

Su comentario lo confirman personajes como el productor y empresario musical Julio Correal quien explica que “esto definitivamente impulsa el talento nacional, porque el artista tiene una carta de presentación en cualquier festival del mundo”, refiriéndose al carácter internacional que ha ganado el FEP al hacer parte del circuito latinoamericano junto a Lollapalooza y Vive Latino.

Y parecen no equivocarse. Después de todo, bandas como Bomba Estéreo (que se presentó en la primera edición del Picnic), Ácido Pantera (anteriormente conocidos como La Tostadora) o Telebit, han crecido junto con el Festival y ganado, cada uno a su medida, el reconocimiento suficiente para viajar a otros festivales alrededor del mundo.

Se trata, además, de una vitrina de doble vía, pues hay que recordar que la mayoría del público del FEP es y seguirá siendo colombiano. Para ellos, el valor de un line up rico en propuestas nacionales, dicen los expertos, es triple, pues van a ver qué tienen artistas como Kali Uchis, que la llevan a cantar con Gorillaz, o Diamante Eléctrico, que puede darse el lujo de invitar a Billy Gibbons, de ZZ Top, a tocar con ellos; también vuelven a disfrutar a su banda nacional preferida, y encima tienen la oportunidad de conocer a su nuevo cantante colombiano favorito, ese que no conocen.

Esto, afirmó el pasado domingo el vocero del Festival, ha llevado a que cada vez sean menos los comentarios criticando el line-up local. “Creo que ha crecido notoriamente la aceptación y consumo de bandas nacionales. Vimos los tres días realmente muchísima gente siguiendo la presentación de las bandas nacionales y es algo que llena el alma”.

Los artistas sienten lo mismo. “Darse cuenta que la afluencia de público es gigante, que lo que está pasando cada vez está creciendo más y que está funcionando para todas las bandas, nos deja muy muy contentos”, concluyó Daniel Acosta, cantante de Telebit, tras bajarse del escenario.

Diego Sierra, integrante de Ácido Pantera, agrega que “pese a que tocamos temprano en la tarima más pequeña, tuvimos una acogida impresionante. Al final del show yo veía una carpa totalmente llena y era un sentimiento de felicidad increíble de ver gente apoyando y bailando música colombiana”. Otras agrupaciones igualmente talentosas, como Onda Trópica y Mnkybsnss vieron situaciones similares más entrada la noche y en el escenario principal.

Sin duda, el Estéreo Picnic y básicamente cualquier evento musical privado vive de los artistas internacionales, son ellos los que pagan la boleta y todos los promotores lo saben y lo aceptan. No obstante, es reconfortante que cada la aceptación del producto local entre el público festivalero. Quizá algún día veamos a estas bandas no al final del cartel, ni de segundos, sino encabezándolo.

Por esteban dávila náder

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