Festival de Ibagué: la clave de la música andina colombiana

El Festival Nacional de la Música Colombiana, que llegará a su edición número 33 en la capital tolimense, tendrá invitados como el dueto Lina y Julián, Maía y Los Rolling Ruanas. La homenajeada será la cantautora María Isabel Saavedra.

JUAN CARLOS PIEDRAHÍTA B.
16 de marzo de 2019 - 02:00 a. m.
Los hermanos Lina y Julián Valencia Bonilla fueron los ganadores del primer concurso Príncipe de la Canción en 1995.  / Mauricio Alvarado
Los hermanos Lina y Julián Valencia Bonilla fueron los ganadores del primer concurso Príncipe de la Canción en 1995. / Mauricio Alvarado

Marzo es el mes emblemático de la música andina colombiana. La razón fundamental está encabezada por dos apellidos que la historia se ha encargado de unir casi que por inercia: Garzón y Collazos. Estos dos personajes, Darío Garzón Charry y Eduardo Collazos Varón, enlazaron sus talentos para la interpretación de las manifestaciones del interior del país en 1938 y su carrera como colectivo se extendió hasta 1977.

A mediados de la década del 50 el dueto de voces, guitarra y tiple grabó para el sello Sonolux canciones como Negrita, de Luis Dueñas Perilla; Pueblito viejo, de José A. Morales; Espumas, de Jorge Villamil, y Soy colombiano, de Rafael Godoy, y a partir de este registro comandaron el movimiento cultural que intentó por todos los medios evitar que tanto el folclor del Caribe como del Pacífico aniquilaran por completo estilos como el bambuco, el pasillo y la guabina.

La repercusión del trabajo elaborado por Garzón y Collazos fue tan significativa, que el 21 de marzo de 1987, justo un año después del deceso del maestro Darío Garzón Charry, se creó en Ibagué el Festival Nacional de la Música Colombiana. La capital del departamento de Tolima siempre fue el eje temático para el dueto y de allí tenía la posibilidad de aumentar el radio de acción hacia Huila, Valle, Boyacá, el Eje Cafetero y Santander. Por eso el evento echó raíces allí y después de 33 ediciones continúa evolucionando sin perder su esencia.

Desde entonces muchas agrupaciones han visto consolidar sus sueños en este evento, en cuya edición correspondiente a 2019 tendrá como gran homenajeada a María Isabel Saavedra. Ella será el centro de esta celebración musical que se realizará en la capital tolimense desde el 18 de marzo hasta el 25 del mismo mes.

En su tránsito por la música María Isabel Saavedra, mejor conocida simplemente con su apellido, ha tenido dos procesos importantes. El primero comprendió su periplo desde las letras más sencillas hasta las canciones más complejas, mientras que el segundo contempló un regreso hacia la condición simple de la música. Ella se despojó de las formas complicadas y se enfrentó al genuino deseo de expresarse para ser comprendida.

De ahí que su oficio sea, precisamente, componer canciones, gestar atmósferas para que otras voces o la de ella misma, cuenten historias y se aproximen a los sentimientos humanos a través de la música, que en el caso de Saavedra supera el marco de las manifestaciones del interior del país. Ella con su pluma y su corazón ha gestado boleros, baladas y piezas de otros géneros.

Una de las agrupaciones que ha sentido la influencia tanto del Festival Nacional de la Música Colombiana de Ibagué como de la obra creativa de Saavedra es el dueto Lina y Julián, que resultó como el primer ganador del concurso Príncipe de la Canción, en 1995.

“Cuando nosotros llegamos al festival lo hicimos por mi padre, porque llevábamos cinco años de actividad en Cali, pero nunca habíamos participado en ningún concurso y allí nos encontramos con duetos tradicionales de mucho nivel. Para nosotros este evento ha sido fundamental y tratamos de no perdernos ninguna edición”, cuenta Lina Valencia Bonilla, integrante del dúo Lina y Julián.

“Lo que intentamos hacer durante nuestra presentación en 1995, y cada vez que podemos asistir, es enviar las sonoridades del interior del país un poco más al futuro. Creo que los duetos tradicionales tienen gran nivel, pero nuestra función era incorporarle a esa música una armonía moderna y nuestro trabajo siempre ha sido muy aplaudido y ha tenido una recepción maravillosa”, complementa Julián Valencia, hermano de Lina.

Durante los dos primeros años, las actividades programadas dentro de la propuesta artística del Festival Nacional de Música Colombiana se cumplieron en el Cementerio San Bonifacio. El desfile musical de duetos, tríos, cuartetos y corales, con una masiva participación de representantes departamentales, superaba el estimado de 100 músicos, quienes se ubicaban alrededor de las tumbas de Garzón y Collazos para rendirle tributo al dúo.

En 1990 el evento se hizo extensivo a la Concha Acústica “Garzón y Collazos” y se incorporó la denominada “Tradicional Noche Tolimense”, en la que se creó el Concurso de Duetos, que definitivamente le dio al certamen el tinte nacional que tanto esperaba. Este festival es el momento para disfrutar de una tradición folclórica, y por eso en 2003 fue declarado Patrimonio Cultural y Artístico de la Nación.

En su edición número 33, además de contar con la presencia de la homenajeada Saavedra, la diversidad musical será protagonista con la participación de invitados como Maía, Los Gaiteros de San Jacinto, la cubana Raquel Zozaya y Los Rolling Ruanas.

Ibagué se prepara para sintonizarse con el sonido andino colombiana y para demostrar que sigue siendo la “Capital musical del país”.

Por JUAN CARLOS PIEDRAHÍTA B.

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