Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá 2019: se celebra la "Gratitud"

Comenzó la cuarta edición del Festival con la participación de más de 700 artistas nacional y extranjeros. El tema principal durante este 2019 es "Gratitud: La música como ofrenda".

Marianna Piotowska*
17 de septiembre de 2019 - 11:15 a. m.
Las agrupaciones infantiles y juveniles también son protagonistas del Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá 2019.  / Cortesía
Las agrupaciones infantiles y juveniles también son protagonistas del Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá 2019. / Cortesía

En 2019, el Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá llega fiel y firmemente a su octava edición con una misión muy especial: reunirnos durante cuatro semanas a través de la música, en torno a la Gratitud: La música como ofrenda.

Sabemos bien que el Festival, a diferencia de muchos certámenes musicales en el mundo, no se centra anualmente en una temática musical, en un periodo de la historia  de la música o en un compositor específico, sino que, desde su nacimiento, ha buscado promover valores como los que necesita un país como Colombia: unión, reconciliación, paz, perdón, misericordia, fraternidad, armonía y este año, gratitud.

Pero… ¿y  por qué Gratitud? Porque después de ocho años de estar luchando por abrir un espacio cultural en Bogotá que permitiera a miles de personas conocer la espiritualidad del mundo a través de sus músicas sagradas, después de convertir un festival que comenzó con cuatro días a ser el encuentro sonoro más largo del continente, de pasar de 2.000 asistentes en la primera edición a 640.000 en la última, de haber logrado tantas alianzas para traer agrupaciones de Rusia, Chipre, Sudáfrica, Japón, India, España, Chile, y otros 35 países, es momento de sentirse inmensamente agradecido y así como el amor, la gratitud no sólo hay que sentirla sino demostrarla.

Tenemos muchas razones para perder la fe y la esperanza en este mundo. Somos mundanos, temporales, pobres de espíritu, pero la gratitud nos permite ver el lado positivo de toda persona y circunstancia, la gratitud, nos permite ser testigos de la existencia de Dios, o lo Divino, en nuestras vidas.

La gratitud es el antídoto para el sufrimiento. Y la música, especialmente la música sacra, nos da la capacidad de entrar en contacto con lo Divino, tanto dentro como fuera de nosotros.

El mundo va a mil por hora, el tiempo es “el nuevo oro” que pocos lo tienen y pocos lo disfrutan. La era digital conecta a las personas, pero también las aísla. Construimos amigos, masas y comunidades virtuales, pero poco contacto físico y espiritual tenemos con los que amamos y con nosotros mismos.

Y eso es lo que ofrece el Festival Internacional de Música Sacra: La oportunidad de dedicarnos calidad de tiempo, compartir en persona, de tejer redes, de conocer otras historias, otras personas, otras realidades, otras visiones, otras espiritualidades, otras artes. Y presentar la música como ofrenda, nos otorga la posibilidad de colocar señales de agradecimiento y de amor a nuestro alrededor. Donde hay música bella, hay bellos sentimientos.

Qué mejor mensajeros que los artistas a través de su arte. Los artistas que crean e interpretan música sacra, música sagrada, se inspiran en Dios, en el amor divino, y ¿qué puede haber más cercano a la perfección que esa fuente de inspiración?

Ellos tratan de captar y de transmitirnos lo sublime, lo armónico, lo perfecto. Y si a la música los artistas le añaden el toque secreto de la gratitud, la música se convierte en alabanza, en ofrenda, y nos recuerdan que debemos aprender a ver la vida como un regalo y agradecer el simple hecho de estar vivos.

Este año el Festival presenta 50 eventos, todos relacionados con la música y con el arte sacro. De los 50 eventos sólo tres serán con boletería, de resto todos abiertos al público.

Conciertos diarios de martes a domingo durante cuatro semanas, conciertos para niños, charlas previas a los conciertos, clases magistrales para estudiantes de música, visitas guiadas por el centro histórico para conocer el maravilloso patrimonio de arte sacro que tenemos en nuestras emblemáticas iglesias, un sorteo para un viaje para dos personas al Festival de música barroca en Chiquitos, Bolivia, y dos exposiciones en el Centro Comercial Andino: una sobre los archivos musicales de la Catedral de Bogotá y otra de lugares sagrados en el mundo del fotógrafo colombiano Jorge Gamboa.  

Tendremos una programación de lujo con más de 700 artistas de reconocimiento internacional de 15 países, quienes nos presentarán lo mejor de la música sacra, sagradas, religiosas, meditativas, contemplativas, de diferentes estilos, épocas y religiones. Una oportunidad imperdible para conocer la historia del mundo a través de la música.

Que esta edición del Festival Internacional de Música Sacra sea un espacio para  curar el alma, para forjar vínculos, para reducir el dolor, la ansiedad, para alegrar nuestros corazones y para agradecer a través de la música. Nos vemos en el Festival y que la música nos siga uniendo.

* Directora del Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá.

Por Marianna Piotowska*

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