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El sábado 24 de abril, la Orquesta Filarmónica de Medellín presenta “La música cuenta historias”, un concierto con obras de Richard Strauss y Bedřich Smetana, dos grandes exponentes del periodo romántico. Una invitación a descubrir que las composiciones musicales cuentan grandes historias.
“La música cuenta historias” se presenta en alianza con Comfama, con el apoyo del Ministerio de Cultura y la Alcaldía de Medellín, y el patrocinio de Sura, Bancolombia y EPM.
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Smetana nació en República Checa en 1824 y Strauss en Múnich en 1864. Ambos pertenecieron al periodo romántico, caracterizado por un estilo musical imaginativo y novelesco, y se sentían completamente atraídos por el género de “poema sinfónico”, de carácter poético literario, cuya finalidad es despertar emociones o contar historias mediante la música. Generalmente está escrito para orquesta, aunque puede ser para piano o formaciones de cámara.
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El programa
La audiencia podrá disfrutar el Cuarteto de cuerda N° 1 “De mi vida” de Smetana en compañía de la agrupación Nuevo Modular, integrado por músicos de Filarmed, con la participación del violinista Carlos Parra, la violinista Clara Rojas, el violista David Merchan y el chelista Pavel Rusev.
Además se presentarán Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel, Op. 28 de Strauss (arreglo para cinco instrumentos de Franz Hasenöhrl) y contará con la interpretación del cornista Gabriel Betancur, la clarinetista Laura Payome, el fagotista Óscar García, el violinista Manuel López y el contrabajista Ilko Rusev.
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Smetana se inspira en el dolor
En el verano de 1874, la salud de Smetana comenzó a deteriorarse bajo el ataque de la sífilis, y a finales de octubre estaba completamente sordo. Se vio obligado a dejar su puesto de director principal del Teatro Provisional de Praga y a trasladarse de país para vivir con su hija casada, con el apoyo de una pensión exigua y a menudo retrasada.
Aun en la angustia y el dolor, Smetana continuó componiendo, recurriendo a menudo a la música de cámara para una intensa reflexión personal. Esta experiencia lo llevó a crear el Cuarteto “De mi vida”, en 1876.
Fue su confesión íntima, un trabajo que describe el curso de su vida, mediante cuatro instrumentos que hablan entre sí. La obra se inspiró en diversos episodios de la vida del compositor, así lo sugiere el subtítulo “De mi vida”. Sus características notables incluyen un solo de viola prominente en el comienzo del primer movimiento, y una nota armónica “alto y sostenido” en el primer violín en el último movimiento, que representa el zumbido en sus oídos que presagiaba la sordera de Smetana.
Strauss cuenta una historia traviesa
Till Eulenspiegel es una figura del folclore medieval alemán, un travieso y mordaz personaje que alborota y denuncia a una hipócrita sociedad con la que no se identifica, un loco muy cuerdo que se burla de todo, seguramente porque no puede cambiar nada. Origen de numerosas obras literarias y musicales, él inspiró el más breve de los poemas sinfónicos de Strauss, compuesto según explicó el mismo autor “con la intención de poder divertir bien por una vez en una sala de conciertos”.
Los dos temas que representan a Till son interpretados por el corno y el clarinete. El tema del corno es una melodía cantarina que alcanza un clímax y finaliza con tres notas largas y fuertes, cada vez más graves. El tema del clarinete es astuto y zalamero, lo cual sugiere a un embaucador haciendo lo que mejor sabe hacer.
En la obra, Strauss expresa un apego muy personal; así como el intento de reflejar las cualidades heroicas con las que se sentía identificado, con una gran carga dramática y un sentido irónico con el que veía su propia vida.