Tenía 13 años cuando la música pop, punk y emo empezó a entrar en mi vida. Era una niña rebelde con un contexto difícil que se refugiaba en letras de canciones tristes. No entendía la letra porque era en inglés, pero me invadía la melodía. Una de las primeras canciones que escuché por una compañera del colegio fue “Perfect”, de Simple Plan, la tenía descargada en ese Sony Ericsson de tapa, el W300 que en ese momento estaba de moda, y hubo algo en esa canción que hizo clic.
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Resultó que “Perfect”, lanzada en el 2002, llegó a mí en 2008. En ese momento en mi casa teníamos un computador de escritorio color blanco y el internet que se conectaba con el teléfono y sonaba horrible. Llegué a mi casa y abrí LimeWire, una plataforma que se utilizaba mucho en ese entonces para descargar música, y busqué todas las canciones de Simple Plan. No me gustaba Ares, por los virus, y porque a veces descargaba canciones que no sonaban bien.
Luego abrí YouTube para buscar la letra de “Perfect” en esos videos que la gente creaba para dedicar la canción “y EzKrIbIaN aZi”. Todavía hay muchísimos, ¡qué buena época! Busqué la traducción de la letra y me di cuenta de que decía todo lo que sentía en ese momento, era una adolescente incomprendida con papás recién divorciados que no se sentía suficiente. Mis papás me criticaban por mi forma de vestir, porque amaba las calaveras en todas partes, porque me aplicaba delineador y parecía un mapache, y porque escuchaba Tokio Hotel y My Chemical Romance todo el día.
“Nunca voy a ser suficiente para ti”, “lo siento, no puedo ser perfecto”, “¿crecí de acuerdo al plan?”, “¿crees que estoy perdiendo el tiempo?”, “solo quiero hacerte sentir orgulloso”. Cuando leí esas frases se me aguaron los ojos porque “Perfect” decía todo lo que en su momento yo no pude expresar con palabras. Y tenía solo 13 años. Luego vinieron otras canciones icónicas para mi generación (todos los que nacimos del 90 al 96) como “Welcome to my Life”, “Your Love is a Lie”, “Crazy”, todas de la misma banda que muchos pensamos nunca poder ver frente a frente: Simple Plan. Es incluso surreal que, casi una década y media después de descargar esas canciones en el computador y escucharlas a todo volumen con los parlantes que se conectaban a la CPU, voy a escucharlas en vivo. Todo un sueño adolescente.
Luego conocí a The Used gracias a una versión de “Under Pressure” que hicieron junto a My Chemical Romance. No les presté mucha atención, pero lo único que tenía claro era que me gustaba más este cover que la canción original de Queen con David Bowie. Es una opinión “funable”, como dice la generación de ahora, pero esos eran mis gustos en ese entonces, así que estaba bien para mí. En ese momento, junto a mi grupo de amigos, estábamos obsesionados con toda esta música que, aunque ya llevaba un tiempo al aire, no habíamos escuchado. Descargábamos las canciones en nuestros celulares con media giga de espacio y luego, en el descanso, nos reuníamos para escuchar nuestros hallazgos y enviarlos por el infrarrojo.
Éramos mi cabello hacia el lado izquierdo, mi mechón perfecto, mis patillas y mi “piña” solos contra el mundo. En mi repertorio entraron otras bandas muy famosas en la época como Linkin Park, Green Day, AFI, Fall Out Boy y otra que también estará en Glory Dayz además de Simple Plan y The Used: Asking Alexandria. Para ese momento ser emo estaba de moda, y el hardcore screamo metalcore estaba en furor. Comencé a escuchar Asking por una canción de su álbum Stand Up And Scream llamada “A Single Moment of Sincerity”, que me gustaba porque no gritaban tanto, sinceramente prefería a Alesana, pero sin duda Asking estuvo por bastante tiempo dentro de mi lista de descargas en LimeWire.
Estaba enamorada de Denis Shaforostov, su vocalista. En esa época a las emo girls nos gustaban los hombres así como él, con su cabello largo, sus tatuajes, perforaciones y expansiones. El tema con todas estas bandas fue que el movimiento tomó fuerza no solo por la música, sino también por la estética. Nosotros los emo éramos lo equivalente a un aestetic o coquette en estos tiempos y, de hecho, tanto hombres como mujeres teníamos estilos parecidos. Pantalones muy entubados, el cabello largo y alisado, mucho delineador, calaveras y todas esas cosas que los casi treintañeros y treintañeros recordamos perfectamente.
Además de Shaforostov, recuerdo que estaba casi obsesionada con Alex Gaskarth, el vocalista de una banda que también estará en Glory Dayz, que además fue una de las más exitosas. Hablo de All Time Low y canciones emblemáticas de su carrera como “Weightless”, “Dear Maria, Count Me In” y “Monsters”, entre otras que también marcaron esa época que hace parte de nosotros. Lo lindo de tener un espacio como este para devolvernos a esos años es entender que estas bandas y esta música forjaron nuestra personalidad, nos hicieron quienes somos ahora y nos acompañaron en la etapa más conflictiva (para la mayoría).
No hay que dejar a un lado la cuota colombiana de la noche con Lutter y Todo Niño Paga, una banda que casi nunca escuché pero que entró a ser parte de esa ola rockera de principios de los 2000 junto a Don Tetto, D-formes y Citoyens.
Y aunque la estética no haya prevalecido del todo, la música sí lo hizo y muchas de estas bandas siguieron trabajando en sus proyectos. Simple Plan continuó en 2014 con su álbum Taking One for the Team, que los acercó de nuevo a su sonido original con canciones como “Farewell”, “I Refuse” y “Everything Sucks”. Para ese entonces, empezaron a incorporar sonidos más neopunk y su música comenzó a llegar a los oídos de las nuevas generaciones.
Luego de enfrentarse a la salida del bajista y corista David Desrosiers, en 2017, debido a una fuerte depresión, la banda logró estabilizarse y seguir tocando en varios eventos. Su álbum más reciente Harder Than it Looks se lanzó en 2022 y ahora están de gira por Latinoamérica. Además, tienen una fundación en la que atienden a personas con depresión, problemas de adicción, pobreza y tendencia al suicidio.
Hubo un momento en el que la industria comenzó a cambiar, y muchas de las bandas que habían sido exitosas entre 2009 y 2013 tuvieron que replantearse su sonido, aunque no estuvieran de acuerdo. Fue el caso de All Time Low con su álbum Dirty Work, que ellos mismos consideraron como “alejado de su estilo”. La banda había comenzado a trabajar con Interscope Records y ese álbum fue el primero que sacaron con ellos, pero tiempo después decidieron volver a Hopeless Records porque pensaron que estaban perdiendo la esencia. Luego del tropiezo, la banda continuó trabajando y en 2020 lanzaron Wake Up, Sunshine, su octavo álbum de estudio y el último que han lanzado hasta ahora.
Para Asking Alexandria y The Used no fue diferente. Ninguna de las dos bandas paró de crear, aunque la primera tuvo que enfrentar la salida de su vocalista Danny Worsnop, que decidió irse para enfocarse en su nueva banda We Are Harlot. Su retiro fue problemático, pues en ese momento Asking Alexandria estaba de gira, pero tiempo después anunciaron que su nuevo vocalista sería Denis Stoff. Worsnop regresó al grupo poco más de un año después de haberse retirado.
Por su parte, The Used celebró sus 15 años de carrera en 2016 con una gira por Estados Unidos y su álbum The Canyon. Después vinieron otros dos discos: Heartwork y Toxic Positivity, ambos manteniendo a la banda vigente dos décadas después.
Hoy seremos adolescentes de nuevo, ya muchos de nosotros con trabajos estables, familias, siendo independientes… algo que en ese momento no nos preocupaba, ni veíamos cercano. Este miércoles volveremos a nuestra esencia y a la música que nos vio crecer.