La Macarena es uno de los barrios más representativos e icónicos de Bogotá. Es conocido, principalmente, por su ambiente cultural y bohemio: confluyen allí, entre otros, restaurantes y librerías, bares y tiendas de diseño, cafés y galerías de arte, lugares que son visitados comúnmente por todo tipo de gente, pero sobre todo por intelectuales y artistas.
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Ha sido también un barrio de “templos” musicales para la rumba, para el baile o para “azotar baldosa”, como se dice en la jerga musical del universo de la salsa. La Teja Corrida fue uno de estos sitios: ahí, hace 34 años, nació una de las agrupaciones más relevantes de la historia de la salsa en Colombia y Latinoamérica: Guayacán Orquesta.
Sobre esto comentó, en entrevista con El Espectador, su fundador y director artístico, Alexis Lozano: “Era un sitio muy salsero, muy agradable, entonces iba mucha gente de la ciudad y de otros lugares del país, también iban muchos extranjeros. En ese tiempo Bogotá no era una ciudad en la que la salsa ocupara un primer lugar, pero digamos que sí había un gran sector de los intelectuales que estaban vinculados con el tema salsero”.
El hecho de haber dado sus primeros pasos musicales a nivel profesional ha vinculado, desde entonces, a Guayacán con la capital del país. Razón suficiente para que los integrantes de esta orquesta hayan querido hacerle un homenaje a la ciudad que los vio nacer como agrupación con lo que mejor saben hacer, que es componer e interpretar canciones.
Desde esa motivación surgió la creación más reciente de este colectivo: Bogotá salsera, un tema cuyo hilo conductor es el agradecimiento y el cariño que estos músicos sienten por la capital colombiana. Es una razón suficiente, pero no la única. Así lo contó Nino Caicedo, compositor de la canción y otro de los baluartes de Guayacán Orquesta: “Alexis (Lozano) fue el que me dijo: ‘Nino: hagámosle una canción a Bogotá’. Me lo dijo saliendo de un concierto, saliendo de Salsa al Parque, y ahí mismo, en las narices, empecé a hacerla, porque venía alimentado de esa alegría, de esa respuesta positiva, de la euforia del pueblo bogotano”.
Sobre este evento, Alexis Lozano también comentó: “Recibimos una gran ovación: había mucha gente en el Palacio de los Deportes. Al final le dije: ‘siento que estamos en deuda con Bogotá. Bogotá se merece que le hagas una canción, él me dijo que sí, y ahí comenzó la cosa”.
El creador y director artístico de Guayacán Orquesta, Alexis Lozano, nació en Quibdó, Chocó, y desde muy niño estuvo vinculado con la música. Sus primeros estudios en este campo los hizo en su ciudad natal. Sin embargo, fue en Bogotá donde comenzó a estudiar de modo profesional. Así se refirió a esta época de formación, otro de los vínculos estrechos que tiene el músico con esta urbe inspiradora del sencillo. “Llegué desde muchachito, a los 20 años, y me hice profesional en el Conservatorio de la Universidad Nacional. Un gran proceso en mi vida: esa es una de las grandes razones para hacerle algo lindo a nuestra capital, para devolverle con cariño, con amor, con alegría y con mucho sabor todo lo que nos ha dado la gente de Bogotá”.
Nino Caicedo -también nacido en Quibdó-, ha sido el compositor histórico de Guayacán (Oiga, mire, vea, Cada día que pasa, Invierno en primavera y Te amo, te extraño, entre otras), por lo tanto, ha sido una “pieza” fundamental en la identidad sonora del grupo. En esta canción hace una especie de crónica musical en la que describe a Bogotá como un ejemplo de transformación, una ciudad que pasó a ser rumbera, salsera, además de acogedora. Al respecto comentó: “Bogotá es la ciudad de todos. Pienso que es el eslogan que se merece: ‘La ciudad de todos’. Una ciudad de colonias, una ciudad que nos abrigó, que nos abrazó”.
Una ciudad que ha evolucionado, claro, y que ha variado en cuanto a la recepción y los gustos musicales, y se ha convertido, según la percepción de estos músicos, en una de las capitales salseras del continente.
“Cuando llegué, en los años 80, Bogotá era una ciudad musicalmente de corte tropical. Se oía la música de Los Melódicos, de Pastor López, de Los Hispanos, de Los Graduados, esa música tropical que se conoce como ‘el chucu-chucu’. Las orquestas de salsa no tenían arrimadero en Bogotá, no tenían espacio. Cuando la canción -Bogotá salsera- habla de ese cambio se está refiriendo a un proceso musical que ha convertido a Bogotá en una ciudad salsera, que ‘antes era fría y le decían la nevera, pero ahora si la vieran es tremenda gozadera’. Ese calor humano que hoy disfruta Bogotá se debe a nosotros los negros, a nosotros que llegamos de otras partes, de las costas, a llevar esa calentura. Mira que hasta la forma de hablar ha cambiado en Bogotá, la forma de vestir, la forma de bailar. Nosotros tenemos que ver con ese nuevo cambio musical en Bogotá: somos sembradores de esta gran cosecha”, aseguró Lozano.
Bogotá salsera es parte de Sin par, disco en el que los músicos han venido trabajando durante más de dos años y cuyo lanzamiento está programado para 2021. Respecto a la próxima producción, Lozano comentó: “En ese álbum vas a encontrar un arcoíris musical. Cada canción tiene un sabor, un color. Cuando es cuchen los diez temas se van a dar cuenta de que tienen realmente una obra de arte; música hecha a mano, con tiempo, con dedicación, con pasión, con experiencia, con profundidad y con mucho talento, así que preparen el corazón y la mente, y compren zapatos para rumbear (risas) y el hígado para ‘chupar’”.
Por su parte, Nino Caicedo destacó: “Cuando empezamos a escribir este álbum, cuando lo hicimos, sentí y sentimos que era lo mejor que habíamos hecho hasta ahora, que habíamos dejado realmente la esencia de nosotros. La gente que ha tenido el placer de escuchar las canciones del estudio repite eso: que es lo mejor que hemos hecho”.
El nombre Guayacán Orquesta es sin duda sinónimo de calidad musical: una carrera de 34 años y más de 20 álbumes que incluyen éxitos como Amor traicionero, Torero, Dormida en mi hamaca, Mujer candela y Muchachita, entre muchos otros, confirman el esmerado trabajo y el aporte significativo que esta agrupación ha hecho a la cultura musical del país. En ese sentido, Alexis Lozano concluyó: “Esto es lo que amamos: nosotros somos músicos de verdad, nosotros no entramos a la música, como otros, porque se dieron cuenta de que la música daba dinero. Nosotros cuando iniciamos en la música, en Chocó, no sabíamos nada de eso, éramos niños, la música era nuestro juego, nuestro espíritu, era nuestra cotidianidad”.