¿Cómo logró posicionarse como uno de los DJs colombianos más reconocidos en el exterior?
Comencé desde los 14 años, de manera muy empírica, en el colegio a través de la emisora. A los 17 años se comenzaron a dar nuevas oportunidades en las discotecas reconocidas de Medellín y de ahí salté a DJ internacionales. En 2011, Markus Schulz, quien en ese entonces era considerado como el octavo mejor DJ del mundo, me dio la posibilidad de ir a Miami a trabajar con él cómo coproductor musical. Fue una experiencia increíble y ahí comenzó mi carrera internacional, haciendo presentaciones en Miami, New York, Los Ángeles, y es ahí cuando me empiezan a llamar de distintas partes del mundo. En este momento estoy en Medellín trabajando mi propia marca.
¿Cuáles son los retos que implica estar en este mundo artístico?
La música es muy distinta y cambia de manera muy constante. Hay artistas que entran y otros que salen. No hay artista que se sostenga siendo el número uno, lo que sí sucede es que puedes ser leyenda y eso hace que te mantengas. Lo importante es crear una base de fans que te sigan y sean fieles a tus producciones.
¿Y cuáles son los desafíos que tiene como DJ y productor?
Los viajes, estar lejos de la familia, de los amigos y de las ocasiones especiales. También el no poder descansar porque siempre estamos de viaje, en ciudad y ciudad, de país en país, con muchos afanes porque se debe asistir a una entrevista en una emisora y luego a una presentación, luego resultan siendo las 4 o 5 de la mañana y ya debes estar en el aeropuerto para cumplir con otro compromiso.
¿Ha sentido en algún momento que los afanes que impone el oficio están acabando con su tranquilidad?
No llego a esos extremos. Tengo la música como base que es algo que me ayuda a mantener el equilibrio, tan necesario en este oficio. Si hay momentos angustiantes, que imponen retos para encontrar una salida, y es ahí donde uno debe tener los pies sobre la tierra para tomar la mejor decisión, sin llegar a extremos.
¿Cuál es su principal propósito como artista?
Busco más la objetividad en lo que estoy creando como músico, busco ser leyenda, dejar un legado musical para las generaciones que vengan. El proceso mío ha sido más lento, ha crecido paulatinamente, mas no estoy buscando fama. Comprendo que la fama es consecuencia de todas las cosas que estoy haciendo, pero no es mi idea principal.
Es reconocido y tiene un gran público en el exterior. ¿Cómo se siente al estar en Colombia y no tener el mismo impacto?
En determinadas partes del mundo me conocen, aunque en Colombia no tanto. En Medellín, donde me encuentro en estos momentos por la cuarentena, algunas personas me han reconocido, pero, para ser sincero, prefiero salir a la calle y pasar desapercibido.
¿En qué escenarios le gustaría tocar?
Hay muchos en los que tengo los ojos puestos pues son festivales de la música en general. También quiero pisar la tarima de los Grammy y ganarme uno de ellos con la ayuda de Dios. He podido participar en Ultra Music Festival de 2014 y 2016, Electric Zoo New York, Creamfields
¿Le gustaría formar una escuela en Colombia?
Más allá de una escuela me gustaría formar cultura, una cosa que es tan importante para las nuevas generaciones en Colombia.
¿Cuáles son sus recomendaciones para los DJ colombianos?
Puedes ser el artista más grande del planeta pero aún sigues siendo pequeño con respeto al resto del mundo. Todos somos pequeños, el único grande es Dios. No podemos creernos los mejores DJ, estando en una discoteca, por grande que esta sea, esta es una instancia menor. Nosotros estamos en el mundo para prestar un servicio a la gente sin necesidad de mirar al otro por encima del hombro.