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El día después de cada elección en Colombia los titulares de los noticieros y las páginas de los diarios vuelven a reseñar el mismo fenómeno: el abstencionismo. Comicios tras comicios se publican los números que confirman que solo la mitad del censo electoral acude a las urnas.
Hay tantas cosas que están mal / Hay otras tantas por cambiar / Pero empecemos por decirnos la verdad / Un total desgobierno / y un pueblo que es ajeno a su mal / si lo permite, su propio enemigo será.
La Ragga Family es una banda de reggae que no les canta a los sentimientos, ni a las mujeres, ni a las cosas lindas. “Ya hay muchas canciones de amor, ya hay mucho pop, ya hay mucho reggaetón. Yo no quiero desnudar mujeres, no quiero figurar, no quiero escribir de mis logros personales y vanagloriarme de que soy exitoso”, dice Luis García, líder del grupo. “Yo voy es a activar a la gente, yo no voy por la foto, no voy por el abrazo. La vaina comienza una vez tú te despiertas y te das cuenta de que esto está mal y que solo tú tienes las herramientas para cambiar este país. Vas a entender el porqué de los desplazados y de la cantidad de temas que preocupan a Colombia”.
Para qué elegirlos si no nos van a escuchar / y todo sigue igual / mientras nos despojan de la tierra y la verdad / y todo sigue igual / siempre nos prometen lo que no pueden lograr / y todo sigue igual / nunca entenderán nuestra real necesidad / Son tanto años viviendo en la total desigualdad.
“Yo soy desplazado de la violencia del Llano. Mi familia vive en Bogotá hace 20 años a causa de lo que viven millones de colombianos. Eso obviamente también como que radica desde muy niño una posición en la que ya me daba cuenta de que había conflictos en Colombia que alteraban la vida nuestra”.
7,2 millones de personas son víctimas de desplazamiento en el país, según el informe del Observatorio de Desplazamiento Interno del Consejo Noruego para los Refugiados. Esto lo convierte en el país con mayor número de personas desplazadas en el mundo. El mismo organismo asegura que en Colombia hay un desplazado cada cuatro minutos.
García vivió la tragedia del desarraigo. El abandonar un territorio, parte fundamental de la identidad, para adaptarse a otros modos de vivir y sentir. La música para la Ragga Family es una forma de contestar a esas acciones violentas. Es también un vehículo para transformarlas y para evitar que vuelvan a pasar.
Yo quiero saber /Para entender / Si es que el Gobierno no nos ve / Si todo está al revés /aquí nadie quiere preguntar por la verdad.
“Saber qué está pasando en este momento en Colombia es muy importante, hay mucha gente que lo toma como ‘ay, sí, se están robando la plata y ya’. Pero es que que se roben la plata es que tu tengas un hueco en la calle, es que te tengas que parar a las 4 de la mañana e ir a pedir una cita médica, es que tu hijo no tenga un plato de comida en el jardín, en el colegio, en la institución educativa a donde va a formarse y forjarse. Somos 33 millones de población votante en Colombia y cada cuatro años salimos 10, 11, 13 millones y medio de colombianos”.
El censo electoral para la segunda vuelta de las presidenciales de 2018 era de 36’227.267 personas. En los comicios solo participó el 53% de los votantes. García cree que la realidad el país merece una mayor responsabilidad de los ciudadanos. “Me rehúso a que los colombianos sean tan indiferentes con el compromiso político y social. Entonces, basado en todo esto, encontrarme con La Ragga Family y poder decirlo a 800 vatios de potencia cada vez que me inviten a cantar, pues yo feliz de poder activar a la gente”.