Los Kankuis y el sentimiento vallenato en guitarra

Desde siempre, este colectivo ha estado formado principalmente por hermanos y primos, liderados por el guitarrista Calixto Mindiola. Ellos, según afirman en tiempos del Festival de la Leyenda Vallenata, estarán juntos hasta que la muerte los separe.

Giancarlo Calderón / Valledupar
27 de abril de 2019 - 07:22 p. m.
En este temporada de la edición 52 del Festival de la Leyenda Vallenata, Los Kankuis realizan hasta cuatro presentaciones diarias.  / Cortesía
En este temporada de la edición 52 del Festival de la Leyenda Vallenata, Los Kankuis realizan hasta cuatro presentaciones diarias. / Cortesía

!La guitarra con su llanto y su aurora,

hermana de mi sangre y mi desvelo, para siempre!”.

Atahualpa Yupanqui 

Este 26 de abril se dio inicio a otra edición, la número 52, del Festival de la Leyenda Vallenata y, como ya es costumbre hace casi cuarenta años, la agenda musical de Los Kankuis está completamente llena. Y es que a pesar de estar activos durante todo el año en el ámbito local y nacional, es esta época festivalera en la que sus guitarras y cantos se escuchan con más frecuencia en Valledupar, ciudad que recibe todos los años a una cantidad importante de visitantes a propósito de su máxima festividad folclórica. (Le puede interesar: La primera parranda: así nació el Festival de la Leyenda Vallenata)

Los Kankuis conocen de sobra este panorama: están preparados para maratónicas jornadas que incluyen, a veces, más de cuatro presentaciones en un mismo día. Así, conscientes de la intensa demanda que tiene su estilo musical, cumplirán cada uno de sus compromisos, y con esto cumplirán también el deseo de mucha gente de escuchar los clásicos vallenatos interpretados magistralmente en guitarra. Las creaciones de los más destacados compositores de este género son el repertorio principal: Leandro Díaz, Rafael Escalona, Octavio Daza, Fernando Dangond, Diomedes Díaz y Gustavo Gutiérrez, entre muchos otros. (Lea también: Festival de la Leyenda Vallenata coronará por primera vez una reina acordeonera)

Apunta Julio Oñate Martínez en su libro, El abc del vallenato, al referirse al auge de los grupos de vallenato en guitarra en los años cuarenta, cincuenta y parte de los sesenta, que: “Fueron desapareciendo por distintas causas aquellos valores que la habían engrandecido, quedando a partir de entonces relegada la guitarra a la función de acompañante, de confidente musical. No obstante, la guitarra nunca desapareció del todo, y silenciosos, secretos, algunos guitarristas aseguraron su continuidad en la música vallenata”. Sin duda, Los Kankuis están dentro esta serie de músicos. (Además: Ozuna y Zion & Lennox estarán en el Festival de la Leyenda Vallenata 2019)

La historia de su creación se remonta al año 1980. En ese entonces, un grupo de jóvenes, familiares entre sí, y nacidos en Atánquez, Cesar, decidió unirse en este proyecto con un propósito concreto: preservar el vallenato tocado en guitarra. “Los Kankuis nacieron en las parrandas que se hacían en mi casa en el pueblo de Atánquez... Cuando los demás descansaban yo me ponía a hacer con la guitarra lo que veía y escuchaba que hacían Hugues Martínez, Juan Francisco Mindiola (mi padre), Fredy Molina, Gustavo Gutiérrez... Ahí poco a poco fui haciendo mi propia escuela, y digamos que ese es el primer germen de lo que después se conocería como los Kankuis”, comenta Calixto Mindiola, cofundador y guitarrista principal del grupo.

Treinta y nueve años después su cometido es más que un hecho consolidado. Gran mérito. ¿A qué se debe?. A que la ilusión juvenil de disfrutar lo que más les gusta y mantener a flote esta pasión sigue vigente. Sobre esto, dice el mismo Calixto Mindiola: “En esto hay muchos factores: lo principal es la calidad de la música; tocamos música tradicional - y marca con énfasis- que no pasa de moda. Lo otro es ser muy profesional: puntualidad, buen comportamiento, buena presentación... En general es estar comprometido con hacer las cosas bien, entregar lo mejor de cada uno”.

Calixto Mindiola, o como es conocido en el ámbito musical, el ‘Cali’, fue guitarrista del ya legendario compositor y cantante Diomedes Díaz durante unos tres años. Con él participó en la grabación de dos recordados trabajos discográficos: Ganó el folclor y El cóndor herido. Más adelante, cierto agotamiento por el ajetreo de las giras del ‘Cacique’ lo hizo replantear en ese momento su carrera profesional y recomponer su camino: toda su energía y talento, entonces, decidió dedicarla a Los Kankuis. Sobre ello señala: “Sin duda fue una gran experiencia, sobre todo porque me mostró lo que es estar en tarima con un grande. Sin embargo, mi propia agrupación me daba la libertad creativa y la independencia suficiente con las que me sentía más cómodo y satisfecho”.

Junto con Calixto están, en Los Kankuis, un grupo en el que todos los integrantes tienen un vínculo familiar: Calixto, Julio, y José Agustín, hermanos; ellos primos de Fredy y William, que a su vez son primos entre sí. “Desde siempre ha sido un grupo formado principalmente por hermanos y primos hermanos: Fredy Martínez en la caja, Julio Mindiola en el canto, José Agustín a veces acompaña con guitarra a veces con el bajo, William Corso también en canto, y yo con la guitarra puntera, principal, que siempre se ha mantenido como mi posición en el grupo”, apunta Mindiola.

En la historia de la música vallenata hay una vieja y sana disputa entre quienes afirman que el vallenato comenzó a interpretarse con guitarra, y los que contrarrestan esta versión con el hecho de que el vallenato se forjó a partir de la llegada del acordeón a tierras guajiras, y de ahí a Valledupar. Al hacerle la pregunta, en este caso casi obligada, de por qué la guitarra y no el acordeón, Calixto Mindiola contesta con un dejo sonriente y cariñoso: “El acordeón es un instrumento que nosotros queremos y respetamos mucho, incluso me salió un hijo enamorado de él, sin embargo en nuestro caso nunca hubo dudas con respeto a la guitarra: siempre fue nuestra predilecta, nuestra consentida”.

Este romance y  emprendimiento ya comienzan a trascender en cuanto a la transmisión de conocimiento y gusto por la música en las nuevas generaciones. Los hijos de Calixto, José Calixto y Juan Felipe, Los hermanos Mindiola, el primero cantante y el segundo acordeonero, son testigos y receptores de primera mano de toda esta herencia musical. Aún así, no ha sido fácil y les ha tocado forjar su propio camino en el, muchas veces, azaroso e impredecible mundo de la música. Tienen detrás de ellos todo un referente de tesón, disciplina y pasión, en el cual mirar con admiración y orgullo para perseverar en su objetivo de ser igual o más grandes que sus antecesores.

Ya cerrando charla con Calixto Mindiola, y al plantearle la idea de que la rutina, después de tantos años, y el posible cansancio por las innumerables presentaciones, fiestas y parrandas, puedan pasarle factura en algún momento, y por esto contemplar la posibilidad del retiro, él es claro y contundente: “ No, este arte es hasta la muerte - y remata con temple y soltura-, no hay retiro a la vista. No es posible”. Palabras precisas que evocan otras arropadas con la melodía del compositor Gustavo Gutiérrez Cabello: “Yo no puedo separarme de las cosas más hermosas, más ligadas a mi vida: como estar enamorado y escuchar de Hugues Martínez su guitarra tan sentida”. Seguramente estos músicos, enamorados sin remedio del sonido inconfundible de las guitarras y los cantos vallenatos, tampoco podrán separarse de esta pasión que los une, y seguirán unidos a este sentimiento que comenzó con  aquella aventura juvenil y que ahora está a punto de cumplir cuatro décadas: al parecer también seguirán el mandato principal de los matrimonios más fuertes en el tiempo: hasta que la muerte los separe.

Por Giancarlo Calderón / Valledupar

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