La música llamada “metal” comprende varios subgéneros que para alguien poco familiar con la distorsión puede resultar confuso. Podríamos decir a manera de breve explicación que el death metal es bastante agresivo, veloz y generalmente saturado en vocales y guitarras. Por su parte el metal progresivo es dado a la exploración introduciendo complejos pasajes instrumentales.
Meshuggah es un conjunto escandinavo capaz de fundir la furia del death metal con el lado cerebral en la aceleración progresiva. El grupo, de cinco músicos, se conformó en 1987, y hoy con una docena de discos publicados internacionalmente es altanamente esperado en suelo nacional por los metaleros —amigos de las propuestas vanguardistas—.
“Estos músicos llevaron al metal a otras dimensiones. Ofreciendo dificultad, matemática y mucha potencia”, enfatiza Andrés Durán, director del Expreso del Rock, espacio radial que desde los años noventa transmitió en la capital los primeros discos de Meshuggah.
“Inicialmente ellos estaban influenciados por Metallica pero rápidamente involucraron elementos progresivos consiguiendo ofrecer algo de avanzada”, indica Durán, en cuyos programas a través de la emisora Radiónica y dedicados a los mejores álbumes dentro del metal mundial, Meshuggah se alzó con el primer lugar en 2022. Aquello por cuenta de su más reciente larga duración llamado “Immutable”.
“Es evidente que el Fredrik Thordendal, quién lidera Meshuggah, está altamente influenciado en los solos por guitarristas como Allan Holdsworth de Soft Machine, entre otros. Por su parte la batería de Tomas Haake suena matemáticamente calculada. Sin duda no es una forma de metal para todos, ya que en Colombia es algo resistido por algunos seguidores de lo más tradicional”, apunta Durán.
La capital colombiana será la primera parada de un tour sudamericano que también comprende actuaciones en Brasil, Chile y Argentina.