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Hubo un tiempo es un disco de evocaciones, un álbum que se realizó entre 2019 y 2021, justo cuando la pandemia puso en espera al mundo. En medio de ese cambio abrupto, la cantautora Mónica Giraldo no dio marcha atrás y continuó con la producción de su séptimo álbum, que ya está disponible en las plataformas de streaming.
La trayectoria de esta bogotana, que realizó sus estudios en Boston, en el Berklee College of Music, es amplia. En 2005 publicó el álbum Muy cerca y en 2008 Todo da vueltas, álbum que le dio la nominación al Grammy Latino en la categoría de Mejor nuevo artista, abriéndole una puerta importante en el mercado musical. También cuenta con las producciones Que venga la vida (2014), Bajo el mismo cielo (2017) y Al oído, The Best of Mónica Giraldo (2019).
Fiel a su estilo, enmarcado en lo acústico y partiendo de la voz y la guitarra, fue como se armó este profundo viaje sonoro que nos habla sobre la importancia de vivir el día a día, sin apegos, cultivando el amor por lo que nos rodea para saber navegar cuando no hay viento.
Inspirada en la vida y en sus viajes por Colombia, Giraldo nos abre una ventana para escuchar cumbia, bullerengue, canciones folk, vals peruano y ese sello inconfundible de una voz sensible que lleva un país metido en el corazón. El álbum se publica en un momento difícil para Colombia, atravesado por una de sus peores crisis sociales, sumado a la desesperanza sembrada por la emergencia sanitaria mundial. Frente a ese panorama desolador, la cantautora nos ofrece el mejor antídoto para reencontrarnos: la música.
“Empezamos este disco con la grabación de Vamos por el Magdalena y seguimos con un folk que se llama Algo va a cambiar. Nunca me imaginé que todo iba a cambiar, pues el mundo entero entró en la pandemia. Justamente la música se volvió importante en ese momento para llevar la emoción y la incertidumbre a un lugar sano y empecé a hacer unos encuentros digitales de música y poesía con Pedro Rapoula, un gran amigo portugués. Sentí que la música no podía parar, así que, con Mauricio Pantoja, productor de Hubo un tiempo, seguimos trabajando y grabando, al paso que nos permitía la vida”, cuenta Mónica Giraldo.
Y sobre el proceso creativo de su nuevo álbum, la artista colombiana sigue contando: “Un viaje a Portugal se convirtió en la canción Todas las cosas, que grabé con la cantautora Mafalda Veiga, y el lanzamiento lo hicimos por YouTube uniendo mundos. Más adelante, un encuentro de bullerengue se transformó en El hechicero, que grabamos entre Barranquilla y Bogotá. Además, un viaje al festival de la cumbia en El Banco (Magdalena) fue la base para la elaboración de Pajaritos de oro y así continuó el proceso hasta llegar a Hubo un tiempo.
Y mientras Mónica Giraldo realizaba la cálida producción sonora de las canciones, fueron llegando a su cabeza escenas visuales que podían respaldar la evolución del registro. Los videoclips, tan importantes en la actualidad, tienen sus propias anécdotas.
“Todo ha sido raro y hermoso... cada canción es realmente dictada por la vida. Hubo un tiempo es verdaderamente un disco reflexivo que invita a reconocer la belleza y la fuerza de la música. Si ustedes oyen El hechicero podrán sentir la fuerza de la voz de Mathieu Ruz, de las nuevas generaciones del bullerengue, con quien cantamos juntos esta canción, pero si se inclinan por Pajaritos de oro se encontrarán con un arreglo de vientos de cumbia lleno de energía del gran Pedro Ramayá Beltrán, aunque si escuchan Todas las cosas, con Mafalda Veiga, serán testigos de la cadencia del portugués en su voz y su poesía”.
Sobre la particularidad de otras canciones de su disco, Giraldo manifestó: “Pescador, lucero y río es una versión hermosa que hicimos con Mauricio Pantoja y sentirán la grandeza de la composición de José A. Morales. Todo este camino de música que nos hace sentir bien en medio de la incertidumbre. Este camino de canciones ha ido sucediendo hasta llegar a mi guitarra y mi voz en el último tema, Hubo un tiempo, una canción que reconoce este momento como algo singular que recordaremos siempre”.
Y como recordar es vivir, hay tres clásicos que se incluyen en esta nueva producción, canciones que están insertadas en el corazón de los colombianos y le dan un peso importante al repertorio por repasar las propuestas de compositores como José Barros, Jaime R. Echavarría y el peruano Mario Cavagnaro.
“Temas como Pescador, lucero y río, Noches de Cartagena y El rosario de mi madre son clásicos que están presentes en la tradición musical de mi familia, una familia paisa en la que se canta con guitarra y voz. Al mundo de los clásicos llegué después de producir el disco La voz de mi padre. Grabar este álbum fue un ejercicio musical que me hizo acercar a lo que yo llamo ‘el sentir latinoamericano’”, asegura Giraldo.
Ese sentir latinoamericano del que habla la ha acompañado durante muchos años. Sus canciones han tejido historias que buscan resignificar el territorio, el valor del arte, el poder transformador que tiene la palabra al ser cantada y ella sabe que tiene un rol en estos tiempos movidos para el país.
“Mi música siempre ha sido un acto de reconocimiento. Creo que hacemos parte de un país diverso y rico culturalmente por la forma como nos mezclamos entre razas para crear lo que hoy es Colombia (indígenas, españoles y africanos). Mi misión será seguir aprendiendo de nuestras músicas, reconocer la tradición para dar un paso adelante que nos acerque más a la Colombia diversa y hermosa que somos”.
Pero no solamente en Colombia se queda el disco. Portugal está presente con Todas las cosas, grabada en colaboración con Mafalda Veiga, oriunda de ese país; y Te digo por eso, junto a la poeta portuguesa Filipa Leal. Es así como se completa un disco maduro, acertado, lleno de detalles y acompañado por las composiciones de Mónica Giraldo, quien acaba de aportar otro un capítulo importante a las músicas colombianas.
Inspiración, reflexión e intimidad son los componentes de un álbum que “está dedicado a la vida, que no es poca cosa”, como lo afirma la cantautora.