Francisco David Rosero Serna, conocido en la industria musical como Nanpa Básico, nunca le ha tenido miedo a expresar sus sentimientos en la música que crea. “Sin ti estoy bien”, “Ya para qué”, “Quiéreme así”, “Una loca como tú” y “Flaca” fueron vivencias que convirtió en canciones. Una apuesta por la honestidad del corazón que lo hizo convertirse en uno de los raperos más escuchados del país, y paradójicamente, en uno de los más criticados.
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Tiene 35 años y cuatro hijos. La separación de Marcela Rodríguez, su pareja más reciente, estuvo colmada de polémicas. En 2024 ella lo acusó en redes sociales por maltrato intrafamiliar y él aseguró que todo fue mentira y anunció acciones legales.
La situación lo inspiró a escribir las 15 canciones de “Duelo”, su más reciente álbum. Una catarsis tras una ruptura que le costó superar y en la que demostró que los procesos no son tan lineales como lo muestran ahora las redes sociales. “Este álbum es un reflejo de lo que he vivido y sentido en los últimos años. Es una invitación a explorar el dolor y las experiencias difíciles, y encontrar en ellas un camino hacia la sanación y el crecimiento personal”, comentó el artista.
“Hasta aquí llegué”, una de las canciones del álbum, junto a Beéle, fue el punto de partida para comenzar a explorar lo que él, con tantos sentimientos encontrados, quería gritarle al mundo. “Antes que me olvides yo te recordaré, fuiste lo mejor que ha habido, pero hasta aquí llegué”, fue la estrofa que encontró para comenzar a desahogarse. De ese ejercicio nacieron canciones que Nanpa interpreta también junto a Kany García, Maisak y Pirlo.
El 9 de agosto de este año, Nanpa Básico se presentará en el Movistar Arena de Bogotá e interpretará las canciones de “Duelo” junto a sus músicos, una noche especial para sus fanáticos en la que buscará dejar el nombre del rap colombiano en alto. En entrevista para El Espectador, el cantante habló, entre otras cosas, sobre el papel del buitre dentro del disco.
Sobre el concepto del álbum, ¿qué lo inspiró?
Entendemos el duelo como un ciclo. Sabemos que hay cinco fases: negación, ira, negociación, depresión y aceptación, y las exploramos desde la información que encontramos en internet, pero siento que eso es muy romántico, y a veces hasta poco realista. La gente no cuenta lo que pasa dentro de esos grandes espectros, y lo que decidí hacer desde mi música fue algo muy honesto. Desde cuando dije “Hasta aquí llegué”, hasta cuando me despertaba extrañando a esa persona, queriéndola, odiándola, con rabia, etc. Creo que eso es lo que nos pasa a casi todos. Me inspiró mi última separación, que fue bastante caótica.
¿Por qué los buitres?
Mi animal favorito es el buitre, porque siempre se lleva lo malo. Dentro del ecosistema cumple un papel importante, y alimentándose de lo que se alimenta, jamás mata. Es un animal muy místico y especial, yo tengo uno, se llama Nea, y fue la inspiración para el concepto de mi álbum, en el que aparezco con buitres a mi alrededor que me están sacando el cerebro. Es como cuando tienes un pensamiento agobiante y piensas “ojalá me saquen el cerebro para no pensar más”. Cada simbología y analogía que se hace visualmente tiene una razón de ser. Para mí, las vivencias más profundas del ser humano son los duelos, y yo conté el mío con total honestidad.
Estas 15 canciones reflejan lo que vivió en su duelo, ¿es fácil para un artista abrirse de esa manera?
La mayoría de artistas no suelen contar lo que les pasa. No tenemos esa apertura de sentarnos a decirlo, así que lo hacemos con música. No todas las personas entendemos la terapia como alguien que se sienta a escucharte o aconsejarte, no digo que esté mal, al contrario, es muy sano, pero mi terapia es escucharme y analizarme para ver cómo estoy. Cuando escribes lo que sientes, luego te lees y dices: “estoy vuelto mierda”, te vuelves a leer en un tiempo y dices: “¿por qué estaba tan mal por eso?”. Esa es mi forma de sacar lo que me duele.
¿Siente que su música acompaña a quienes están pasando por algo similar?
Totalmente. Todo el mundo sabe lo que quiere decir, pero no todos encuentran las palabras correctas para decirlo. Mi música es el puente para expresar los sentimientos, yo creé la forma, y no hay nada más gratificante para que ver a la gente gritando mis canciones, llorando, sintiendo todo eso que no pudieron exteriorizar con palabras. Eso es mágico. He visto adolescentes llorando en mis conciertos y me pregunto quién les hizo tanto daño tan rápido.
¿Hubo alguna canción que, particularmente, le costara mucho escribir?
Varias. De hecho, hubo una que no pude sacar porque era demasiado compleja, explícita, sentimental y preferí no hacerlo. “Oro por ti” me dolió mucho, porque es un paso a paso. Es ese punto del duelo en el que no sabes qué más hacer, así que solo te queda pedirle a Dios por esa persona para que esté bien. Lloré escribiendo todas las canciones, pero en esta lloré más.
¿Le gusta usar las redes sociales para difundir su música?
Las redes sociales me parecen una maravilla. Todo bien utilizado. Siempre hago una analogía con la marihuana, cuando te excedes, la cagas, pero si sabes poner límites, es increíble. Así pasa con muchas cosas en la vida. Siento que las redes son muy positivas siempre y cuando las entiendas como una herramienta para mostrar lo que haces. Cuando esa herramienta se te vuelve un calvario y comienzan las comparaciones y las frustraciones, es momento de bajarle. La gente sufre con las cifras, por eso siento que lo cuantitativo podría quitarle un gran peso a esa frustración, es decir, que tú no veas cuántos likes tiene el otro, ni los streams, etc. Hay personas que escuchan canciones que no les gustan solo porque tienen muchos millones de reproducciones.
Tengo cuatro hijos, y entre más pequeños, le ponen más atención a los números. Me dicen: “papá, pero es que tienen millones de vistas”, y yo por dentro me pregunto qué entenderá mi niño de cinco años, cuando no sabe ni cuánto es un millón de pesos. No lo dimensiona, pero lo relaciona con el éxito y el estatus.
Su música fue muy criticada en algún momento, ¿cree que eso lo sigue afectando?
Afortunadamente, tengo una comunidad muy linda, porque pasé a ser el músico más odiado de este país hace unos años, a ser tan querido por tanta gente. Antes, cuando me tiraban tanto ‘hate’, trataba de entender que las personas lo hacían desde la envidia o la frustración, y nunca trascendía a nada serio, porque además estaban detrás de una pantalla. Mi abordaje ante los malos comentarios ha sido muy tranquilo, me preocupan más otras cosas.
Cómo definiría la esencia de Nanpa Básico y el trabajo por conservarla...
Es un trabajo muy complejo que tiene que ver con la coherencia. Que lo que piensas y lo que dices sea congruente con lo que haces. Eso no viene de mi música, sino de mi humanidad, de lo que profeso y ejecuto. Siempre he tenido mucho criterio, porque crecí en el mundo del rap underground de Colombia, que es un movimiento muy agreste, difícil, donde hay prácticas complejas y bruscas. Entre toda esa movida soy músico, hombre y rapero hablando de duelo. Para hacer eso se tiene que tener mucho criterio, porque no está bien visto, porque los hombres no tenemos derecho a muchas cosas, y menos siendo artistas.
Los artistas no tenemos derecho a estar tristes nunca, ni a mostrarnos vulnerables, porque qué hace una persona que “lo tiene todo” llorando, sufriendo, sintiendo. Nadie nos avisa que vamos a perder ese derecho.
¿Fue difícil empezar a habar de todos estos temas y comenzar a mostrarse vulnerable frente al público en un género como el rap?
Por supuesto. No todo el tiempo tuve este criterio. También fui adolescente, fui joven, tuve 20 años, y a esa edad tu criterio es dócil. A los 20 es donde la gente más dice que nada le importa, y es lo contrario, todo importa demasiado. Ahora es muy difícil que una opinión me afecte. A los 23 o 24 años estaba pasando por el peor hate que he recibido en mi vida. Tenía cuatro o cinco páginas de Instagram dedicadas a hacerme la vida mierda, solo porque comencé a hacer música bonita. Nunca me ha gustado hablar ñero, y lo soy por donde nací y crecí, pero nunca me ha gustado hablar así. A la gente le parecía imposible que esta forma de hacer música fuera exitosa en el rap. Fui un transgresor de todo en este género, llegué a otros países, hice giras solo y la gente del común me reconoció, porque el rap es muy autosegregador.
Dará un concierto en el Movistar Arena el 9 de agosto de este año
Es una oportunidad maravillosa. En 2019 hicimos algo en el Movistar Arena, pero fue solo para la mitad del venue, esta vez esperamos llenarlo todo. Confío mucho en mis fans y en el show, no me da ansiedad que no se llene el lugar, al contrario, no pasa nada. Estaré eternamente agradecido con la gente que vaya. Será una noche muy especial en la que buscaré dejar la bandera del rap colombiano en alto.