Pocos saben sus comienzos con Herencia de Timbiquí …
Así es. En el 2001 nos presentamos en el Petronio. Fue un proceso de años, muy significativo. Herencia se inclinó más por la fusión, y yo seguí un formato más tradicional con Socavón de Timbiquí, que en el 2002 obtuvo tres premios en el Petronio, incluido mejor intérprete vocal.
¿Cómo ve el desarrollo de las fusiones a partir de la música tradicional?
Yo estoy de acuerdo con los músicos que de alguna manera quieren, o queremos, experimentar otros sonidos, comunicarnos con otras escuelas y culturas musicales, es aceptable; pero considero que tiene que ser muy equilibrada la tarea, porque en nuestros territorios ya en este momento hay mucha influencia de las músicas de afuera.
Tenemos que fortalecer la parte de conservar la tradición, motivar a los niños, incentivarlos, crear escuela, fomentar el amor y apropiación de las músicas tradicionales y autóctonas.
Usted es una de las mujeres y las voces más emblemáticas del Pacífico, en una escena donde la mayoría de artistas reconocidos son hombres, ¿cómo lo ha logrado?
Ha sido difícil. En nuestras comunidades las mujeres desempeñamos la labor muy importante de la preservación y la transmisión musical dentro de la comunidad.
Pero cuando nosotras hablamos de dedicarnos a la música como nuestro proyecto de vida y vivir de ello empieza a cambiar todo. Hay cierta tendencia al machismo; dentro de las familias y la sociedad no es tan aceptable que uno se dedique a la música como profesión.
Allá la música es algo muy natural, tanto como comer, bañarse, tanto como la vida misma, entonces no lo conciben como un empleo, como un medio por el cual tú te sustentes.
¿Cómo fue la experiencia de participar en Pazcífico Sinfónico en el Petronio?
La experiencia de estar en el Pazcífico Sinfónico estuvo cargada de diferentes sensaciones; había mucha expectativa pero también mucha tensión en los músicos de la Sinfónica porque no sabían de qué manera iba a reaccionar el público, que incluye mucha gente del pacífico, y que no están tal vez acostumbrados a ese tipo de regalo musical o de propuesta.
Todos estaban un poco nerviosos, pero yo estaba muy convencida de que iba a ser un éxito porque la magia que guarda el ambiente del Petronio Álvarez es única; yo he tenido la experiencia de tocar en muchos escenarios y festivales, y realmente la energía y la sensación en la tarima del Petronio es especial.
La gente reaccionó muy bien …
Yo no esperaba menos. Les encantó la propuesta, cantaron las canciones, me parece que se acogió de una manera muy bonita y se valoró mucho el trabajo que se realizó y el encuentro de esas dos escuelas y dos culturas.
Para mí fue un show cargado de mucha energía, un trabajo que se hizo con mucho amor y así lo recibió la gente.
¿Qué proyectos nuevos vienen?
Viene un nuevo disco que se va a llamar “Curao”. Voy con todo mi “mundil” para donde voy, por eso se llama Curao, trae todo el remedio, la cura para el alma, la esencia; viene desde lo tradicional articulado con otros ritmos; también se está creciendo la Escuela Canalón y viene la gira Arrullando por Colombia.
¿Cómo ve el Petronio dentro de 5 años?
Lo veo mucho más grande, y lo quisiera ver como una plataforma de circulación de la música del pacífico, donde los músicos tengan la oportunidad de mostrar su trabajo, pero también de obtener beneficios.
*Reportera del diario El Petronio, Color de Colombia.