Nino Caicedo: “Oiga, mire, vea” ese estilo de hacer salsa

El compositor de “Oiga, mire, vea”, canción que cumple 30 años de publicada, y de una buena cantidad de éxitos de Guayacán Orquesta, anuncia el lanzamiento del disco “Sin par”.

Andrea Barraza Cabana*
29 de marzo de 2021 - 02:00 a. m.
A los 22 años, Nino Caicedo grabó sus primeras canciones: “Loco, loco”, “Amor humano” y “A dónde va el mundo”. / Archivo particular
A los 22 años, Nino Caicedo grabó sus primeras canciones: “Loco, loco”, “Amor humano” y “A dónde va el mundo”. / Archivo particular

El tercero de los Saturninos de su familia (porque no se llama Nino en la cédula) resultó ser el compositor de una serie de éxitos que han hecho bailar a Colombia y a muchos en el mundo. Hijo de educadores, el séptimo de nueve hermanos, es un hombre de letras porque creció rodeado de literatura en su hogar. Desde antes de poder leer y escribir, sus hermanas le leían todas las noches. Así, el primer contacto que el pequeño Nino tuvo con la palabra fue oral.

Desde niño empezó a componer, pero su cercanía con la música estuvo más asociada al canto. Recuerda escenas en las que se la pasaba cantando de niño. Es la expresión natural de su alma. Contó que siendo niño una de sus hermanas menores falleció y lo único que podía hacer era cantar. A pesar del ruego de sus padres, no lo podía evitar: era el llanto de su alma. Desde ahí supo que la música lo acompañaría el resto de su vida.

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Sus padres fueron personas correctas, respetadas por la comunidad, entregadas al servicio. Nino Caicedo recuerda que durante el incendio de Quibdó en 1966 su papá tenía un equipo de radioaficionado que le sirvió para comunicarse con otras ciudades y solicitar la ayuda que necesitaban. Muchos tenían que pasar por la casa de los Caicedo Córdoba, bien fuera para mandar un mensaje o recibir un mercado, que la señora Andrea, madre de Nino, se encargaba de repartir sin miramientos.

De Quibdó a Bogotá

La inclinación musical se la dio el contexto cultural en el Quibdó de entonces. Con vecinos de cuadra se reunía a tocar la guitarra, cantar, dar serenatas, y entre esos estaba Alexis Lozano. Vivían a una casa de distancia. Crecieron juntos, iban a la misma escuela, a la anexa de la Normal para Varones de Quibdó, donde aprendió a tocar la guitarra y junto con Lozano y sus hermanos empezó a cantar.

No era bien visto por los profesores verlos en corrillo cantando y tocando, con el pelo de colores y camisas extravagantes. Por este motivo lo expulsaron del colegio a él y a toda su cuadrilla de músicos. Tuvo que terminar sus estudios en el Colegio Aurelio Tobón, de Bogotá, adonde lo mandaron sus padres a estudiar cuando tenía quince años.

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En la capital, en lugar de alejarse de la música, se reunió con sus amigos y siguió componiendo y cantando. Comenzó a aparecer en programas de televisión, como Juventud moderna, de Alfonso Lizarazo, en Caracol, y el de Jorge Barón.

En estos espacios audiovisuales conoció la disquera Piera, de unas monjas italianas que se enamoraron de su voz y sus composiciones. A los 22 años, Nino Caicedo grabó sus primeras canciones: Loco, loco, Amor humano y A dónde va el mundo.

Por aquel entonces la música era solo un pasatiempo más. Decidió no nadar contra la corriente y estudió Ingeniería Metalúrgica en la Universidad Libre de Bogotá, graduado con máximos honores. Llegó incluso a ser profesor de Física en la Universidad Javeriana y trabajó para empresas privadas.

Boleta de entrada a Guayacán

Ejerció su carrera durante unos años, pero su amigo Alexis Lozano, que en aquel momento ya había cofundado el Grupo Niche con Jairo Varela, decidió disolver esa sociedad musical y armar su propia organización, con sus ideas, y así nació Guayacán Orquesta.

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Reconociendo el talento de su coterráneo amigo, le rogó durante un tiempo que compusiera canciones para la orquesta, aunque consideraba que el estilo de Caicedo era demasiado romántico para volverlo salsa. Fue con la canción Cocorobé —del cuarto álbum de la orquesta, La más bella (1989)— con la que Nino se lanzó como compositor de la orquesta.

Cocorobé fue todo un éxito en Bogotá y motivado por las regalías recibidas por la canción (más que su salario de ingeniero), resolvió dedicarse de tiempo completo a componer para Guayacán. Así fue como la música lo raptó.

A pesar de su talento y de las súplicas de Lozano, nunca quiso cantar. Su responsabilidad con la orquesta desde el inicio estuvo asociada a la parte administrativa y a las composiciones. A partir de ese momento, Nino Caicedo ha sido el compositor oficial de Guayacán Orquesta. Tiene registradas 137 canciones, aunque ha compuesto unas 500.

En 1996 grabó Nino Caicedo cantando, un álbum de diez canciones, todas compuestas e interpretadas por él. Un capricho de la disquera para tener un registro del compositor cantando. De este disco es el éxito Ella es un mundo aparte, que aún suena entre los fanáticos de la salsa.

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Los grandes éxitos de Guayacán son letras de su autoría. Es el autor de Mujer de carne y hueso, ¿Qué te pasa, estás llorando?, Te amo, te extraño, Mi muchachita, Vestido bonito, Torero, Carro de fuego y el emblemático himno de la Feria de Cali: Oiga, mire, vea, entre muchos éxitos más.

Oiga, mire, vea, al igual que Torero, la compuso sin ni siquiera conocer la denominada Sucursal del Cielo ni una plaza de toros. Lo hizo a través de lo que había oído y leído, lo cual habla de su cualidad particular con las letras.

Su faceta pública

Además de compositor, Caicedo es un filántropo natural. De su madre obtuvo la vena del servicio social. En varias ocasiones ha trabajado por mejorar las condiciones de vida de jóvenes en Cali y contribuir al fortalecimiento cultural. Trabajó por los jóvenes del barrio El Calvario en el centro de Cali, que no sabían leer ni escribir. Para Nino Caicedo esto era impresentable, por lo que debió buscar una forma de intervenir de la vida de estos jóvenes y salvarlos de las calles, las drogas y la delincuencia.

En 2008, fue secretario de Cultura y Turismo del Valle del Cauca, donde además tuvo la oportunidad de dirigir la Biblioteca Departamental. En 2011 fue precandidato a la Alcaldía de Cali y candidato a la Asamblea del Valle, sin éxito.

También fue gerente de la Sociedad de Autores y Compositores (Sayco). Llegó a la asociación como compositor y luego fue postulado para el cargo, sin apoyo político, solo armado con su nombre y el reconocimiento que había ganado por sus letras.

Guayacán, 38 años y contando

Guayacán no ha parado. Ya son 38 años desde su fundación y sus creaciones siguen vigentes. A finales de 2020 el colectivo publicó el sencillo Bogotá salsera, que pertenece al álbum que se estrena este año: Sin par. El 6 de abril se estrena su próximo sencillo.

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Para Nino Caicedo, la salsa no se ha detenido. Con el auge de la música urbana y su fuerte presencia digital, las emisoras echaron de lado la salsa. El maestro dice que los salseros ya están aprendiendo los aspectos digitales y recuperarán el terreno, con Guayacán en primera línea.

*De la Fundación Color de Colombia.

Por Andrea Barraza Cabana*

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