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La razón, su música está creada también para los ojos y satisface tanto a los más puristas y aficionados al tango, como a los que nunca antes lo escucharon con detenimiento.
"Conservamos la esencia y las bases tradicionales del tango, el ritmo, los tiempos y los arreglos, y los fusionamos con la música electrónica y una propuesta multimedia con la que interactuamos permanentemente en el espectáculo", afirman los integrantes del grupo.
Una propuesta experimental que guarda ciertas similitudes con la música de Bajofondo y Narcotango, bandas argentinas que también estuvieron en Colombia este 2008.
"La diferencia básica con ellos es que somos mejores (risas). La verdad es que nosotros nos apegamos más a las raíces del tango, partimos desde lo acústico, con la guitarra y el piano, y le agregamos el bandeoneón, la batería y lo electrónico, este último, plataforma perfecta para generar nuevos sonidos y nutrirse de las raíces".
A su vez, afirmaron que aunque proyectos como Bajofondo los superan en más 500 mil dólares de presupuesto, su búsqueda musical desde los inicios del tango, hasta los ritmos electrónicos de hoy, crean una identidad en su propuesta.
Otros Aires nació en Barcelona, España, de donde Miguel di Génova, vocalista y guitarrista de la banda se trajo todas las influencias propias de la convivencia con una cultura de inmigrantes. De esta alineación también hacen parte Diego Ramos, Omar Massa y Manu Mayol.
"El proyecto comienza en un barrio de inmigrantes, a partir de ese sentimiento de nostalgia característico de la distancia y tan constitutivos del tango. Luego en Argentina se consolida y es ahi donde parte todo lo demás".
Cuando se mira la bitácora de giras, parecen no ser profetas en su tierra, ya que han tocado más en Europa que en Latinoamérica, bueno, sin contar Argentina.
"En Argentina todas las emisoras y medios están inhundados de rock y pop, de propuestas muy similares. El tango electrónico es la oportunidad de disfrutar de nuestra cultura,de llegar a nuevas generaciones, de bailar y disfrutar".
Más de 50 ciudades del viejo continente han recibido su espectáculo. Bogotá por fortuna se sumó a esta larga lista, gracias a la gestión del Café de Buenos Aires y el Teatro Nacional.