Pflanzplätz, innovación y tradición

Reseña sobre la presentación del colectivo suizo Pflanzplätz realizada en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango. La agrupación también visitó Ipiales y Villavicencio, como parte de la Temporada Nacional de Conciertos del Banco de la República.

Pedro Sarmiento*
13 de julio de 2019 - 01:51 a. m.
La banda de música tradicional suiza Pflanzplätz se distingue por ser de formato abierto; esto es, que puede ampliar o reducir su número integrantes, según se requiera.  / Gabriel Rojas © Banco de la República
La banda de música tradicional suiza Pflanzplätz se distingue por ser de formato abierto; esto es, que puede ampliar o reducir su número integrantes, según se requiera. / Gabriel Rojas © Banco de la República

La banda de música tradicional suiza Pflanzplätz se distingue por ser de formato abierto; esto es, que puede ampliar o reducir su número integrantes, según se requiera. Por tal razón, durante su gira por Ipiales, Villavicencio y Bogotá, se presentaron como quinteto y en Bogotá como trío.

De igual forma, sus miembros son pluri-instrumentistas; David Märki es intérprete del dulcimer y el salterio, Andreas Gabriel del fiddle (violín y viola), Thomas Aeschberger de los acordeones suizos (schwyzerörgeli) y del cajón, Simon Dettwiler del acordeón y el trümpi, y Jürg Nietlispach del contrabajo y la folk guitar.

Thomas Aeschbacher, David Märki y Andreas Gabriel fungen igualmente como compositores, aunque la mayoría de las obras interpretadas fueron de Thomas Aesberger.

Como se señaló en el programa de mano, en cada concierto se tocó una selección de las obras listadas allí, por consiguiente, aclaro el repertorio que se interpretó en la Sala de Conciertos en Bogotá: 1. Zänerti y Passhöchi, tradicional; 2. Schwyzer Kultnacht de Thomas Aeschbacher (T. A.); 3. C.M. & Hendrix à Paris de T. A.; 4. Steiner, tradicional; 5. Stüdubärg de Werner Aeschbacher ; 6. Jüützi, tradicional y Z Inneraroserli de T. A. ; 7. Exbalkalp de David Märki; 8. Funky Wha Wha de T. A.; 9. Nidwarldner Jüützi & Ländler, de Andreas Gabriel, 10- Flathbush Waltz de Andi Stateman; 11. Nordic Walking de T. A.; 12. A-Post de Andreas Gabriel; 13. Mazurka de J. Peterer; 14. Torre Canne,  Koole Sause, y Valse à Blackout de T. A.; como bis tocaron Ganz en Alte, una polka-schotisch tradicional.

La música de Pflanzplätz está dentro de la contemporary world music, una categoría del mercado musical que en musicología corresponde al musikfolklorismus (música folclorista), o al folclore de autor.

Más allá de ser una fusión de géneros, encontramos en su propuesta complejos procedimientos de composición que alteran en profundidad las estructuras musicales. Quiero decir, que los rasgos característicos de un género específico se integran a otros, permitiendo identificar a esta banda por su sonoridad y, al mismo tiempo, distinguir elementos comunes entre las obras como particulares que las identifican.

Por ejemplo, en Nordic Walking y en Z Inneraroserli, el salterio hizo las veces de un teclado rockero de la década de los ochenta, cuyo arpegio fue incluyendo alturas de una escala cíngara.

Las acentuaciones irregulares que haría el baterista, fueron alternadas entre el melodeon y el salterio en piezas como Valse à Blackout, Funky Wha Wha y C.M. & Hendrix à Paris, última donde fue evidente que el fiddle imitó el estilo de improvisación de Hendrix en la guitarra.

Las melodías de Hendrix à Paris y Ganz en Alte recordaron a las de la chanson française. Mientras que en Exbalkalp, el fiddle combinó el estilo de arpegio barroco con el tradicional shuffle irlandés.

De igual forma, en Flatbush Waltz, Nidwarldner Jüützi & Ländler y Mazurka, fueron evidentes los giros melódicos y armónicos que nos recuerdan a Chopin y a Liszt. Por supuesto, las melodías modales de la música tradicional suiza del jüützi (similar al jig irlandés) como de la polka, estuvieron también presentes en Zänerti & Passhöchi, Nordic Walking, Ganz en Alte y en Stainer.

A pesar de que las estructuras formales son bastante sencillas (primaria, binaria y ternaria), logran mantener la atención del público gracias a los cambios sucedidos en la instrumentación. Uno de los ingredientes básicos de su sonoridad es la fusión del sonido del melodeon y del fiddle en la ejecución de los pedales (sonidos graves que se sostienen por largo tiempo), siendo tal vez éste uno de los elementos más antiguos presentes en la música tradicional, pues proviene de la antigua práctica del órganum datada desde el siglo XII en adelante.

También la versatilidad del salterio, un instrumento igualmente antiguo usado en medio oriente para la música litúrgica, que aquí hizo las veces de teclado, arpa, e incluso de instrumento de percusión (golpes en la caja y rastrillado de la baqueta sobre el tiracuerdas). Este efecto de rastrillado, que da un sonido similar al de una guacharaca, fue usado durante el bis, cuya sección central me recordó al fandango y al son jarocho, lo cual explicaría su necesidad de uso.

Durante el concierto David Märki, Andreas Gabriel y Thomas Aeschbacher hicieron la presentación de algunas de las obras, en particular David Märki que se esforzó en dar la bienvenida y agradecimientos en español, especialmente por el apoyo logístico y técnico recibido durante la gira.

Pienso sí, que dichas intervenciones pudieron usarse para hacer un cambio de ritmo entre las obras presentadas, pues noté una cierta monotonía en este aspecto. Creo que, esto influyó en que no se diera espontáneamente el encuentro entre los artistas y el público al final del concierto, pues el público fue yéndose poco a poco de la Sala, mismo que ha sido muy receptivo con la programación de este tipo de conciertos, evidente en su asistencia y efusivo aplauso.

* Compositor y musicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, miembro del Círculo Colombiano de Música Contemporánea CCMC.

 

Por Pedro Sarmiento*

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