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Desde el primer instante en el que suena la Intro que incluye Afrodisíaco —título del cuarto disco lanzado al mercado por el grupo Profetas— se siente una atmósfera singular, un sonido urbano con sello propio, mucha cadencia y, sin duda, una agradable sensualidad musical. Con efectos sonoros propios de los géneros urbanos, ecos o voces amplificadas para lograr tal o cual matiz, escuchamos frases cortas, sugerentes, con un estilo fresco y a la vez potente: “Afrodisíaco-síaco-síaco-síaco… ¡Profetas, baby!… Antombo y Pablo… ¡La gente del flow, baby!”. Sabemos, de entrada, que estamos ante una promesa rítmica cargada de sabor; que estamos a punto de comenzar a escuchar —o a bailar, si se prefiere— todo un afrodisíaco musical cargado de flow.
Pero ¿Qué es el flow? ¿Qué quiere decir, en este ámbito, esa palabra que escuchamos repetitivamente y que se ha instalado en el imaginario como una de las más usadas en el universo de la música? Pues más que una palabra, el flow es un concepto que encierra muchas otras palabras y las sintetiza en un vocablo simple, con tanta fuerza como sonoridad. (Lea: El sonido que convierte a artistas en Profetas)
Según indica el diccionario del portal web Definicion.de, “se trata de un vocablo en inglés que puede traducirse como ‘fluir’ o ‘flujo’. En el terreno de la música, sobre todo en el rap, la idea de flow alude al ritmo, la cadencia o la velocidad de un intérprete a la hora de recitar o cantar. Quien tiene flow siente la música y logra transmitir, tanto con su voz como con su cuerpo, esas sensaciones o emociones”.
Pues flow suficiente es lo que tiene Afrodisíaco, lanzado por el dúo, conformado por una voz femenina, Antombo Langangui, y una masculina, Pablo Fortaleza. Voces que se acompañan y complementan dándole un toque de armonía a esta propuesta que siempre ha sido una especie de amalgama musical, llena de juegos vocales e instrumentales, y con una identidad rítmica propia de las regiones del Pacífico y el Caribe colombiano.
La banda Profetas incita al disfrute: una invitación a gozar. Y, además, juega y apuesta por algo que identifica al sonido tanto urbano como folclórico del país, sobre todo en las dos últimas décadas: la fusión; la unión de varios ritmos, de varios géneros, hecho que implica una combinación instrumental particular, según sea el caso y la necesidad musical de cada disco.
En un ambiente relajado y por momentos reflexivo, los músicos de Profetas le contaron en entrevista a El Espectador cómo comenzaron a armar este disco: “El concepto tiene mucho que ver con el mensaje que estábamos recibiendo; siempre mencionaban (los seguidores) como las mismas palabras: ‘Qué delicia la música de ustedes’ o ‘tal canción es la canción con mi pareja’... entonces nos dimos cuenta de que había una serie de elementos que la gente encontraba en nuestra música, aunque no necesariamente lo hacíamos a propósito, entonces esta vez lo hicimos a propósito”, expresó Pablo Fortaleza. “El nombre resume el universo que se encuentran cuando entran a escuchar el álbum. Están canciones con afrobeats, con zouk, con champeta, así que el que se acerque bailando champeta ya conquistó”, agregó Antombo.
Uno de los principales temas del disco, justamente, es de autoría de la cantante: “Ella compuso Cule poco. A mí nunca se me hubiera ocurrido, pero la canción es un hit, le gusta mucho a la gente. Ahí está el equilibrio”, dijo Pablo Fortaleza. (Lea también: Profetas quiere crecer más en Colombia)
Sobre el video que hicieron de esta canción, Pablo profundizó: “Se hizo en Uganda (África), en una comunidad de niños huérfanos con la que conectamos ya hace un tiempo y a la que hemos venido apoyando desde del otro lado del mundo”.
“Mi hermano mayor vivió casi once años en Burundi (África)… Él es boxeador y ha trabajado mucho con los niños y jóvenes, pues siempre le ha gustado trabajar con la comunidad. Con Cule poco yo dije: creo que es bueno conectar esos dos mundos… Es como la champeta que la gente conoce en Colombia, pero también (quería) ir al África y mostrar esa conexión y cómo sin darnos cuenta el baile nos une. Nos une el baile, nos une África”, agregó Langangui.
Quédate también está incluida en el registro. Sobre este tema apuntó Fortaleza: “Resumía un poco más el sonido del disco de pop urbano, pues no queríamos hacer un disco de reguetón y ya. Entonces estábamos explorando sonidos, y empezamos a trabajar con un productor que se llama Makrobeat DJ Tra, quien ha asesorado a Nicky Jam, ChocQuibTown y Buxxy”.
Afrodisíaco cierra con Cicatrices, que es otra de las canciones más sonadas del disco hasta hora. Al consultarlos por sus propias cicatrices, las que les ha dejado su trasegar por la música, no dudan en relacionarlas con cosas positivas. “Las cicatrices son todos los conciertos enormes con todos los fans; las cicatrices están en las redes sociales recibiendo todo el cariño que nos brindan los fans. Escuchar las canciones y decir ‘!wow¡’ logramos el objetivo. La música son las cicatrices ya bonitas. Ya están cerradas las cicatrices: ya son bonitos tatuajes”, comentó Antombo con una sonrisa espontánea.
Pablo, por su parte, reflexiona y, con un dejo de nostalgia, identifica las cicatrices con recuerdos de momentos especiales que le han dejado los viajes por el mundo: “Las ciudades que hemos conocido y las personas en esas ciudades… En estos días nos llamaron, que iban a repetir uno de nuestros conciertos en Alemania; ese día había más de 40.000 personas. Van a hacer veinte conciertos de más de 6.000, 7.000 bandas que se han presentado durante 25 años, es gente muy famosa de todo el planeta y escogieron nuestro concierto pa’ arrancar; eso nos hizo muy felices, pero al mismo tiempo es una cicatriz; es decir, nunca más vas a estar en ese lugar, haciendo ese concierto con esa gente”.
Con entusiasmo, a pesar del momento atípico por la pandemia, Profetas anuncian proyectos que incluyen los videos del resto de canciones (Afrodisíaco, En silencio, Emoji, Efecto mariposa, Escándalo, Soy yo y Escapémonos).
Además, siguen en su propósito de crecer y hacer crecer a otros en la música. Sobre ello, comentó Pablo: “Tenemos una fundación que se llama Huellas y Memoria, y con ella tenemos un montón de proyectos... Hay uno que se llama el AfroBomm, es un show especial que hacemos todos los años. Este 2020 nos va tocar reinventarnos —la famosa palabra—. Estamos asesorando y brindando espacio a nuevos talentos, especialmente a nuevos talentos afro del Caribe y el Pacífico colombiano”.