Dice en la canción que lleva su nombre: “En la industria de la música todo es mentira”. Para algunos eso puede ser pegarse un tiro en el pie, para otros es quizá la contradicción más notable esa de hacer parte de algo que se critica, pero que igual le otorga los privilegios que posee. Pero de contradicciones estamos hechos, y ese porcentaje es tan alto como el del agua que llevamos en el cuerpo.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
En “René”, canción que hace parte de Las letras ya no importan, Residente se expone y se muestra humano, es la representación absoluta del álbum que está promoviendo en esta gira que hoy aterriza en Bogotá, ciudad donde siempre ha habido una sinergia entre el artista y su público, que comparte en muchos de sus lugares, ideas, paisajes y emociones que el puertorriqueño expresa ante los micrófonos y fuera de ellos.
Ya es casi un manifiesto el nombre del álbum, una crítica al estado de la industria (por no decir que del mundo) en la actualidad. ¡Qué importan las letras, qué importa el contenido! Vistas, viralidad, vilipendio de lo importante. Un álbum que no deja de tener todo lo que se necesita para hacer ruido, no bulla, sino un ruido que por estruendoso no es tedioso, aunque puede que sí sea incómodo por su carácter disruptivo.
Christian Nodal, Wos, Ricky Martin, AI2 El Aldeano, Big Daddy Kane y Vico C, entre otros. Este disco tiene varios invitados, incluso Penélope Cruz aparece en el video de “313″, canción que rinde homenaje a Valentina Gasparini, amiga de René Pérez. Tan diversos son los nombres como los géneros que componen este álbum que apunta a lo más humano, que reivindica su condición y también las problemáticas de América Latina, algo que caracteriza a Residente a pesar de sus metamorfosis.
Más o menos irreverente. Curioso resulta que en varios medios lo han tildado de “pendenciero”, pero otra constante de Residente ha sido defender aquello en lo que cree y no escatimar en decirlo. Su última etapa en Calle 13 nos fue dando pistas de un artista que daba un giro hacia lo político, que partía del rap para confrontar lo que no le sonaba bien en su realidad, y fue apareciendo el Residente que vestía con camisetas y rechazaba en sus redes el imperialismo, la guerra en Palestina y la corrupción en América Latina. Residente les recordó a los artistas que sí podían opinar sobre otros terrenos, y eso llevó a que tanto en su país como en el nuestro algunos se atrevieran a levantar su voz de protesta por las crisis o estallidos sociales de los últimos cinco años. Por ejemplo, Ricky Martin y Bad Bunny se manifestaron sobre lo sucedido en Puerto Rico en 2019.
Sobre su postura política, lo han criticado por no manifestarse sobre lo sucedido en Venezuela en los últimos meses. Sin embargo, en una entrevista para Rolling Stone, publicada en 2022, Residente dijo: “La gente se cree que, por ejemplo, yo defiendo lo que pasó en Colombia y no lo que pasa Venezuela, y yo defiendo lo de Venezuela siempre. Lo que pasa es que no puedo meterme en algo que deja de ser una cuestión de la juventud para convertirse en una cuestión partidista. Por ejemplo, las manifestaciones de Cali se veían genuinas de los chamaquitos, si yo veía a un líder ahí medio extraño, yo no me iba a meter. Pero en Venezuela vos tenías no solo a Guaidó, sino a otros ahí metidos. Pero sí, ver a los chamaquitos manifestándose, claro que los vas a apoyar, ¿cómo no los vas a apoyar? Y con el abuso policial que hay, tanto de izquierda y de derecha, está cabrón. Eso no importa el ideal, papi, te dan con el mismo palo, te sacan la misma sangre, y no sirve”.
Días antes de anunciar el lanzamiento de este nuevo álbum, Residente publicó en sus redes este mensaje: “Hace mucho que no salgo... No tengo los mismos ánimos que hace 20 años. Quiero hacer otras cosas hace tiempo. Quiero hacer cine, escribir un libro, quiero no tener que salir de gira, quiero estar con mi hijo mucho más, no quiero hacer entrevistas, quiero volver a dibujar, quiero hacer música por gusto no por necesidad y me quiero despedir, pero no quiero. Entre todas las cosas que quiero y no quiero, sale este disco el 22 de febrero”.
Parece volver al núcleo de su esencia, pues aquí no deja de mirar directamente a los ojos del mundo, pero en estas letras ya no importa la exposición de su intimidad y sus fragilidades, que parecen disiparse cuando el coraje se escapa en sus palabras. Aquí hay una lucha personal, ya no tanto social, que vista en perspectiva también lo es, pues el mensaje final que queda de sus 23 canciones es que hay que reivindicar el derecho a mostrarse tan humano como sea posible, con las luces, sombras y obstáculos que eso implique.