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¿Qué escucharán los seguidores de Zoé en este nuevo álbum?
Este es el séptimo álbum de estudio que lanzamos. Para los que no sepan, el primer disco de Zoé fue publicado en 2001. Ya tenemos dos décadas publicando música y en el caso de Sonidos de karmática resonancia, fue producido por Craig Silvey, un productor norteamericano que vive en Londres (Inglaterra), y es uno de los mixers más reconocidos en el mundo. Nosotros compusimos el disco a finales de 2019 y lo grabamos en una primera etapa con Silvey en enero de 2020. La segunda etapa estaba planeada para abril, pero llegó la pandemia y nos tocó aplazarla.
¿Cómo hicieron para terminar de grabar el disco durante la pandemia?
Eso cambió la historia del disco, porque es la primera vez que sacamos canciones sin tener la totalidad del disco listo, sin tener cómo elegir estas canciones dentro de una totalidad. Nos pareció un gran regalo para la gente y también para nosotros poder refugiarnos en estos pequeños escapes musicales durante los primeros meses de la pandemia, que fueron muy duros para todos.
¿De dónde nació el nombre del disco?
Surgió desde la primera etapa de composición. Al principio fue una búsqueda de León Larregui, el cantante de la banda, sobre la temática del karma, y encontró un término en inglés que quiso adaptar al español y quedó este compuesto de palabras... lo que buscábamos era que el álbum se llamara igual que el primer sencillo que publicamos, que fue SKR.
¿Cuándo pudieron retomar la segunda etapa de grabación de “Sonidos de karmática resonancia”?
En octubre. Nos encontró a todos muy cambiados como personas y como músicos... Creo que cada quien vivió el confinamiento de forma muy distinta; algunos muy aterrados, otros muy tranquilos, pero sin duda le sumó mucho valor al hecho de volvernos a juntar en el estudio a trabajar, nos ayudó a enfocarnos mucho mejor, a apreciar el proceso e hicimos los últimos seis temas del disco, que tienen otro color y otra energía gracias a todo lo que ha sido la pandemia.
¿Qué sonidos componen esta producción discográfica?
En este disco van a poder encontrar las canciones más pop y digeribles de Zoé, pero también van a escuchar temas más oscuros, densos y experimentales. Hay tintes electrónicos, psicodélicos, experimentales, de rock británico, de pop, acústicos y muchos más.
¿Cómo influyó la pandemia en el resultado final del álbum?
Siento que se nota un cambio en esencia más que en sonido... también influyó mucho en la manera como grabamos las canciones. Por el tiempo limitado que teníamos al estar grabando en pandemia, el disco se grabó en vivo casi en su totalidad. Las tres etapas fueron hechas con los cinco músicos tocando al mismo tiempo, y así encontramos la composición, los arreglos, la estructura y el carácter de cada canción.
¿Por qué decidieron que este era el momento indicado para sacar “Sonidos de karmática resonancia”?
No siempre te sientes tan conectado e inspirado, pero cuando los cinco sentimos ese momento, siempre lo aprovechamos. Cuando empezamos a construir los demos, en 2019, nos dimos cuenta de qué tan cerca o lejos íbamos a estar de completarlos... a veces nos toma un año, a veces más. Dejamos que las giras nos dejen enfocar nuestras ideas y las vamos trabajando poco a poco.
¿Qué cambia en este nuevo disco en comparación de los anteriores?
Cambia todo, desde el productor, que es un elemento muy importante en un disco, hasta la grabación, porque, como dije, está grabado en vivo. La ejecución, la dinámica y el elemento orgánico de la música están generados en vivo, no están editados ni manipulados después de la grabación. Está todo hecho desde su captura, con una estética sonora. Las baterías suenan muy transparentes, no hay procesos muy grandes, pero sí hay mucha capa de sintetizador, las letras de León [Larregui] son increíbles en este disco, y finalmente, la madurez del grupo es algo que se va a notar mucho.