Slayer, sin arrepentimientos

El legendario grupo de metal regresa a Bogotá este 3 de mayo en concierto. Tom Araya, su cantante, de origen chileno, examina los cambios de la banda tras la muerte de uno de sus integrantes y la publicación de un nuevo disco en medio de la tormenta política.

Alejandro Bonilla C.
02 de mayo de 2017 - 02:00 a. m.
Tom Araya, vocalista de la banda, de origen chileno. / Cortesía
Tom Araya, vocalista de la banda, de origen chileno. / Cortesía
Foto: katarzyna cepek

La banda Slayer es una de las más importantes en el abecedario de un metalero. Se conformó a inicios de los ochenta como parte del movimiento thrash en la Costa oeste de Estados Unidos junto a otras como Metallica y Megadeth. Pero en especial este cuarteto, desde sus primeros discos, ha mostrado un particular interés por ofrecer algo más veloz con matices siniestros. En 1986 grabaron Reign in blood junto a Rick Rubin, reconocido productor que también puso en el mapa a Red Hot Chili Peppers y The Beastie Boys.

Sin llamar a audiencias que colman estadios, como lo consiguió Metallica, pero con una reputación inquebrantable entre los amantes del género, Slayer ha editado 12 álbumes. Su temario no ha cambiado y, por el contrario, lamentablemente, por estos días recobra fuerza: terrorismo, ataques químicos, genocidios, fanatismo religioso y guerras. ¿Por qué disfrutar con todo esto? Quizá la respuesta la tenga su cantante, nacido en Viña del Mar, Chile, hace 55 años.

“Los chicos aman la combinación del punk con el metal. Ha sido así por años y es algo que ya traspasa generaciones. Padre e hijo, en un buen show de Slayer”, expresa orgulloso el barbudo y canoso artista Tom Araya. Un concierto de Slayer puede ser visto como una auténtica ceremonia para un adepto al metal. Enormes amplificadores, humo y juegos de luces por el escenario acompañan un repertorio de temas afilados que serán cantados por miles.

Repentless (Sin arrepentimientos) es el título de su más reciente disco. Es la primera vez que la banda no cuenta con el guitarrista y fundador Jeff Hanneman, fallecido por fallas hepáticas en 2013. A su vez, el baterista Dave Lombardo, reconocido interprete del instrumento, abandonó el grupo también ese año. Con un complicado panorama, Slayer optó por continuar adelante con Gary Holt, quien venía reemplazando a Hanneman antes de su muerte, más el baterista Paul Bostaph, un viejo conocido. “Gary y Paul son extraordinarios tipos. Gary aportó con solos de guitarra en el nuevo álbum. Paul siempre ha sido un integrante más de la familia. Se siente bien estar con ellos en la carretera”, indicó Araya.

La llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos es un asunto que no ha estado fuera de la agenda de los músicos. Un fotomontaje del presidente estadounidense posando con Slayer causó gran controversia en Instagram. La idea fue de Araya pero no tuvo el beneplácito de Kerry King, guitarrista y de la banda sus comienzos. “Mi relación con Kerry es de negocios”, exclama Araya. La cuestionada foto fue retirada de la red social.

Este miércoles Slayer estará por tercera vez en el país. Las anteriores presentaciones (2006-2011) dejaron una alta nota entre fans y prensa especializada. Sin duda una fecha especial por la nostalgia y culto que genera una banda firme en su sanguinaria propuesta.

Fecha: Miércoles 3 de mayo de 2017 Lugar: Gran Carpa de las Américas. www.tuboleta.com

Por Alejandro Bonilla C.

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