Sr Pablo, va a su manera

“Levitar" EP, el más reciente lanzamiento de Sr Pablo (Juan Pablo Rodríguez Cortés) es la primera muestra de una inquietud que lo acompaña de tiempo atrás: poner sus rapeos sobre 'dembows'.

Sara Kapkin
30 de noviembre de 2019 - 08:40 p. m.
La primera vez que Pablo cogió un micrófono fue para cantar "Es la mujer" de Alejandro Fernández. / Librestylo
La primera vez que Pablo cogió un micrófono fue para cantar "Es la mujer" de Alejandro Fernández. / Librestylo

“No sé, como que yo tenía un camino y había un puente una chimba, yo estaba en un lado y quería llegar al otro, pero cuando estaba pasando por ese puente, a medio camino y de un momento a otro ese puente se empezó a derrumbar y yo no vi otra alternativa que saltar, y cuando salté me empecé a conocer mucho a mí”, dice Sr Pablo, para describir el punto de inflexión de su carrera.

 

 

Pero Pablo nunca tocó el suelo, pues en medio de la caída apareció Levitar, un EP producido en su totalidad por Thomas Parr, en el que Pablo se encamina por una exploración musical que lo intrigaba de tiempo atrás y con la que pretende poner sus rimas sobre sonidos que lo acompañan desde la infancia.

La primera vez que Pablo cogió un micrófono fue para cantar Es la mujer de Alejandro Fernández, en un acto cívico del colegio con el que celebraban el día de la mujer. Ese mismo año, estando en tercero de primaria, se vinculó a la Red Coral Escolar de Medellín.

El rap lo conoció en su barrio, El Socorro, en San Javier, Comuna 13 de Medellín, allí también conoció el dance hall y el reguetón. En su casa escucha desde que tiene memoria salsa, rancheras, guascas, porros, carrilera, y todo lo que cabe dentro de lo que se denomina música popular.

 

 

“Siempre me llamó mucho la música porque era la fiesta y yo siempre fui muy fogoso, de pequeño bailaba con mi mamá en reuniones familiares, cuando fui creciendo me volaba para las casetas en las veredas donde mis tíos tenían las fincas y ya luego como con esas ganas de bailar y de fiesta y de calle, como a los 10 años me le empecé a volar a mis papas en el barrio para ir a las fiestas de los raperos que empezaban después de las 11 de la noche”, recuerda Pablo.

Eso es lo que empieza a notarse en Levitar, esa multitud de influencias musicales, y esa relación suya con la música, entre la fiesta, el baile y la calle. Sobre todo, porque incluye por primera vez el dembow (base rítmica del reguetón) en su repertorio, hasta entonces dentro de los límites del rap.

“El dembow no es solo reguetón, viene de antes, es dance hall. Nosotros estamos haciendo un dembow, pero no tiene nada que ver con el reguetón, o a la final si, porque nos tocó una chimba de época en Medellín, cuando llegó el reguetón y las fiestas. Pero nosotros no estamos buscando hacer ese tipo de música, sino nuestra música con nuestras vivencias, con lo que sentimos y como sentimos la música, no pensando en ir a ponerla en una discoteca para que la gente se lo baile, sino que todavía es el rap como tal, que es muy personal, es muy autobiográfico, es muy de lo que a uno le pasa”, dice Pablo.

¿Y por qué no hacerlo, si en las calles de todos los barrios en los que vivió se encontró siempre con los dos géneros: rap y reguetón? Pablo no olvida el grupo de raperos que se reunía a escuchar pistas y a improvisar toda la noche hasta la madrugada en la esquina de su casa, ni las legendarias fiestas en la casa de Pablo Molina, donde confluían los dos mundos, y sonaban por igual rap y reguetón. 

“Lo primero que yo tuve de rap fue un CD quemado que incluía todo Poesía Difusa de Nach y unos temas de Violadores del Verso y de Morodo. Me influenció mucho la escuela de España, siempre me llamó mucho la atención las metáforas que usaban, la manera en la que escribían, la manera de expresarse”, recuerda Pablo, y asegura que después de eso es que empieza a escribir sus primeras canciones.

Pero no fue hasta el 2011 (o 2012, no recuerda bien) que grabó su primera canción, Por Definir, con un amigo suyo, El Gordo. Más adelante, entre 2013 – 2014, fundó con Jazzy Dec Dope, un estudio casero, donde empezó a trabajar lo que sería su primer disco: Aspectos.

En 2015 y por intermedio de Sison Beats (de No Rules Clan) conoció al experimentado productor Aven Rec y bajo su guía y en su estudio reestructuró lo que llevaba de Aspectos y lo publicó en diciembre de 2016. Aven Rec se convirtió en una especie de mentor para Pablo, y aunque no todas las canciones que ha publicado desde entonces ha sido producidas por él, su música si ha permanecido bajo su influencia.  

“Tenemos mucha música hecha, tenemos dos discos listos en este momento que no van a salir porque tuvimos nuestras diferencias (sobre todo musicales) y cogimos caminos diferentes. Con él tenía cosas súper seguras: una chimba de estudio, un man super talentoso con unos beats increíbles, pero nada, me fui, dejé de pensar tanto en la gente y empecé a preocuparme más por mis cosas, por mi estabilidad, por mi seguridad, por mi felicidad”, recuerda Pablo. En ese momento se derrumba el puente y no le queda otra que saltar.

Ahí se reencuentra con Thomas Parr, a quién ya conocía de años atrás, y en él encuentra su misma inquietud por explorar sonidos. De ahí, de esa exploración sale Levitar, el Ep que acaban de estrenar y en el que Pablo da muestras de por dónde quiere llevar su música.

Pero Levitar es también un manifiesto, el manifiesto de Pablo, en el que reza: "Cada decisión se convierte en camino/ tómalo o déjalo/ tenemos un destino al que acudir/cuida cada cosa que vas a decir/trabajo cada día para ser feliz/no me interesa el resto/ni tener un puesto para presumir/no me hables de dinero voy a conseguirlo/a mi manera siempre ha sido así".

Por Sara Kapkin

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