Tango, ese sentimiento triste que siempre se baila

El espectáculo “Forever Tango”, creado y dirigido por Luis Bravo, exhibe los orígenes del género de arrabal. Con La India como invitada especial, el “show” llega a Colombia después de más de 20 años de presentaciones mundiales.

El Espectador
05 de febrero de 2019 - 02:00 a. m.
Tango, ese sentimiento triste que siempre se baila

El tango es una historia que se puede contar a partir de su danza. Cada movimiento masculino o femenino dentro del estilo de arrabal tiene un significado sensible, de ahí que la tristeza o la nostalgia se puedan representar con expresiones corporales específicas. Más que conceptos, este género destila emociones y ataca directamente a la piel, al corazón de quien lo escucha, lo siente y, muchas veces, lo padece en silencio.

Luis Bravo, violonchelista de formación académica y quien ha interpretado a los más importantes compositores de la música clásica en orquestas como la Filarmónica de Los Ángeles, la Ópera del Teatro Colón o la Sinfónica Nacional Argentina, entre otras, identificó que el tango relataba múltiples historias de amor, desamor, conflictos y desigualdades sociales, pero no había un espectáculo que registrara el nacimiento del género como tal.

“El tango es una historia que puedes contar en tres minutos. Es apasionado, melancólico. Es tierno, violento. Bailas con alguien, pero es tan interno que bailas solo. Más que un simple baile, el tango es música, un drama, una cultura, una forma de vida”, manifiesta Bravo, el responsable de la creación del espectáculo Forever Tango, un show diseñado de manera específica para recopilar aquel núcleo arrabalero que Enrique Santos Discépolo (1901-1951) definió como un sentimiento triste que se baila.

El tango no siempre fue visto con ojos de aprobación en Argentina. Antes de convertirse en el estilo musical por excelencia de una porción relevante del denominado Cono Sur, se lo miraba de forma despectiva, ya que sus orígenes remitían de una vez a las zonas marginales, a la periferia de una ciudad en plena expansión.

Los ancestros del tango hacen referencia a la migración europea hacia el territorio argentino, a los lugares de encuentro de esos foráneos que en plazas extrañas se reunían para sentirse en familia, y elaboran una radiografía porteña de lo que pasaba en Buenos Aires en pleno siglo XIX.

Mataderos abarrotados de inmigrantes europeos, bares de cuestionada reputación, esquinas arrabaleras y burdeles de antaño presenciaron el surgimiento, más bien rústico, de un género musical que fue penetrando sin pedir permiso hasta tomarse los más altos estratos sociales en Argentina.

La aceptación del tango fue de afuera hacia adentro. Colonizó la periferia y luego se exilió para tomarse con el poderío del bandoneón las calles europeas. Más adelante regresó a su país de origen para reinar y ser uno de los principales productos de exportación de Argentina. Esa es la historia que quiere narrar, paso a paso, el músico Luis Bravo con Forever Tango.

“Se trata de un espectáculo que narra la historia del género a través de los pasos de catorce bailarines de tango de alto nivel, el acompañamiento de una orquesta en la que se incluye el bandoneón y la participación especial de una voz solista”, cuenta Bravo sobre su show, que se estrenó en Broadway en junio de 1997.

En Colombia, Forever Tango tendría la participación especial de Diego el Cigala, pero por problemas de salud el cantaor flamenco no hará parte de la gira y en su reemplazo figurará la cantante puertorriqueña La India, quien se suma al sentimiento arrabalero y le pone su voz al tango, ese sentimiento que siempre se baila.

“Forever Tango”. Bogotá, Teatro Mayor, martes 5 de febrero. Medellín, jueves 7 de febrero.

Por El Espectador

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