Valeriano Lanchas: “El público de ópera lo hemos formado entre todos”
El bajo barítono colombiano celebra 25 años de actividad en la música con la interpretación de “Viaje de invierno”, de Franz Schubert, al lado del pianista Alejandro Roca.
Redacción música
Viaje de invierno, de Franz Schubert (1797-1828), es un recorrido musical que sumerge a su protagonista en una reflexión interna para enfrentar una realidad muy cruel. Se trata de una secuencia de emociones convertidas en poesía, un tránsito que se debate entre el anhelo, la resignación y el tormento por un amor no correspondido.
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Viaje de invierno, de Franz Schubert (1797-1828), es un recorrido musical que sumerge a su protagonista en una reflexión interna para enfrentar una realidad muy cruel. Se trata de una secuencia de emociones convertidas en poesía, un tránsito que se debate entre el anhelo, la resignación y el tormento por un amor no correspondido.
Esta pieza para barítono y piano compuesta en 1827 y conformada por 24 poemas de Wilhelm Müller es recurrente en el repertorio del cantante lírico Valeriano Lanchas, quien celebra 25 años de actividad artística.
Lanchas (barítono) y Alejandro Roca (piano) se encuentran de nuevo en Viaje de invierno para darle vida a esta serie de poemas dramáticos y celebrar un aniversario más de actividad de una de las personalidades más importantes de la ópera en Colombia.
Cumple 25 años de carrera artística en el campo del canto lírico. ¿Cómo ha vivido esta experiencia?
Debuté hace 25 años con El barbero de Sevilla en el Teatro Colón. Ha sido una carrera que no ha parado, afortunadamente. He ido poco a poco, y aunque parezca que todos los triunfos han ido muy rápido, ha sido paso a paso. Nunca me he detenido. Siento que cada paso que he completado, desde debutar en un papel pequeño en la Ópera de Colombia hasta cantar el mismo Barbero de Sevilla en el Metropolitan de Nueva York, ha sido un muy bello camino.
¿Qué lo ha marcado en este proceso?
He cambiado muchísimo, pues debuté muy jovencito, con 17 años. Me alegra mucho que cada vez tengo mucho más respeto por mi profesión y cada vez me doy cuenta de lo difícil que es y cada vez me da más emoción y más agradecimiento subirme a un escenario. No he perdido la alegría e ilusión de subirme a un escenario. Había gente que me decía que con los años esta ilusión se iba acabando, que a uno le daba lo mismo, y afortunadamente a mí me ha pasado lo contrario.
¿Qué siente cuando sube al escenario?
Recuerdo una frase que dice Fernando Botero sobre un cuadro nuevo: “Un cuadro es un fracaso y por eso hay que volver a pintar otro”. Eso quiere decir que uno siempre se está midiendo y quiere hacer lo mejor y siempre hay algo que quiere lograr vocal o actoralmente, por ello cada vez que me subo a un escenario tengo una nueva oportunidad de hacerlo mejor.
¿Cómo ha visto el desarrollo del campo lírico en Colombia desde que comenzó su carrera?
Ha sido del cielo a la tierra. Yo solo me acuerdo y les cuento a los cantantes jóvenes cómo era el panorama. Para empezar, cuando yo le decía a la gente en el colegio que quería ser cantante de ópera, me miraban como si quisiera ser marciano y lo normal era que me decían: “Pero ¿y qué va a estudiar?”. Entonces no había nada para estudiar ni como un trabajo oficial. Ahora hay un montón de universidades que tienen canto lírico y la gente se lo ha tomado muy en serio. El nivel ha subido muchísimo. Creo que también han mejorado las herramientas que hoy día tiene un cantante joven, pues está más expuesto al mundo.
¿Cree que con las temporadas de ópera y todas las producciones que hacen los teatros de Bogotá hay más público en este género?
El público de ópera lo hemos formando entre todos y ha habido mucha oferta. También está la ópera que pasan en cine, eso ha sido importantísimo y eso les ha subido el nivel a todos. Pues cuando tú estás solo, es lo que hay, pero cuando hay más compañías haciendo óperas todos tienen que subir el nivel sí o sí para ser competitivos.
“Viaje de invierno” también marca un hito en su carrera: fue la primera obra que presentó junto a Alejandro Roca. ¿Cuáles son sus sentimientos al respecto?
Adoro este ciclo desde jovencito, incluso desde antes de entrar al conservatorio. Estaba fascinado precisamente por lo vi en la Luis Ángel Arango y me quedé fascinado por este ciclo, que son 24 canciones con gran drama en sus poemas. Es un trabajo de toda la vida. En el conservatorio me lo aprendí y en Philadelphia fui el primer alumno que se atrevió a cantarlo entero. Tenía 23 años. Ver cómo me enfrenté a esto con las herramientas que tenía de nuevo… Cada vez es diferente, cada vez lo vuelvo a estudiar de nuevo, cada vez que lo canto encuentro cosas nuevas, encuentro cosas que tal vez antes no tenía las herramientas para ver. Entonces siempre es como la primera vez. Voy a cumplir 20 años de cantarlo en 2020 y nunca he sentido como: ¡ay, otra vez!
¿Cómo ha sido su relación con el maestro Roca en estos años?
Nos conocimos en Barcelona en 2004 y nos contactó mi hermana, porque Juan José Lopera le había pasado unas partituras a Alejandro y mi hermana tenía sus datos y yo necesitaba un pianista, entonces nos conocimos ahí. Trabajamos Tosca y me llevé una muy buena impresión y le vi ganas y mucha seriedad. Entonces le propuse que hiciéramos conciertos, que no solo era un pianista de un día para repasar un papel si no que en realidad trabajáramos juntos. Yo quería hacer otra vez el Viaje de invierno. Lo había debutado en el 2000 y tenía ganas de volver a hacerlo. Más tarde me enteré de que él en 2013 había estado en mi recital de Viaje de invierno en la Luis Ángel Arango, por lo que cuando se lo propuse le hizo mucha ilusión y le metió toda la ficha. Fue una muy bonita experiencia. Fue en Cali en 2015. Después lo hicimos un par de veces más. Luego decidí darle un respiro al ciclo para tratarme muchas cosas.
¿Cuál es la diferencia entre preparar una pequeña canción lírica (lied) y enfrentar un personaje de ópera?
La gran diferencia es que el personaje de ópera es un personaje al que tú le prestas tus sentimientos y emociones e igual estás haciendo de otra persona. Y el lied (canción lírica breve) es totalmente personal, porque no hay un personaje, eres tú. Claro que el Viaje de invierno tiene una peculiaridad y es que es solo una persona la que está contando toda la historia, no son canciones sueltas separadas. Tienes que poner tu propia alma en el asador. Y no todo el mundo está dispuesto a hacerlo y cuesta.
¿Cómo siente que ha cambiado la interpretación de “Viaje de invierno” durante sus años de experiencia?
Muchas palabras de este ciclo después de cierta edad son completamente distintas, por eso vale la pena volver a cantarlo. Ahora tengo más experiencia en el escenario, tengo 25 años de experiencia, pero ya el cuerpo no es igual. Lo que podía hacer a los 20 ya no lo puedo hacer a los 40, entonces ahora empieza uno a usar más la experiencia y menos el tirarse a la piscina, como a los 20 años. Tengo grabaciones de Viaje de invierno de hace 20 años y siempre me pregunto cómo era de loco, cómo uno se va a atrever hacer esto, pero si no me hubiera atrevido a esa edad, ahora ya no lo haría.
¿Cuáles son las exigencias musicales de “Viaje de invierno”?
Dura una hora y diez minutos aproximadamente, se canta todo de seguido y requiere vocalmente que uno sepa muy bien cómo ir dosificando. Uno no puede botarlo todo en las primeras cinco canciones, porque se queda sin fuerzas y sin condiciones para seguir hasta la canción 24, pero tampoco te puedes quedar con nada dentro. Es algo que se aprende de haberlo hecho en público. Cada vez vas descubriendo las partes, en particular cómo asumir las complicadas vocalmente. La memoria es vital, es una hora y diez minutos cantando en alemán sin partitura, pues con la partitura se pierde todo el contacto con el público, se pierde toda la emoción.
¿Cuáles son sus proyectos?
Ahora tenemos El barbero de Sevilla, después voy a abrir la temporada del Palau de las Artes de Valencia, con Las bodas de Fígaro. Acabo de grabar un DVD en el Teatro Real de Madrid de Falstaff de Verdi, que resultó muy bien, y estoy esperando que salga. Tengo también una Tosca nueva en 2021 en el Real de Madrid. Hay mucha ópera, afortunadamente.
Valeriano Lanchas y Alejandro Roca interpretan Viaje de invierno, de Franz Schubert. Martes 21 mayo a las 8:00 p.m. en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo (Bogotá). Información y boletería: www.primerafila.com.co.