Zully Murillo nació el 23 de abril de 1944 en Quibdó, donde pasó su infancia, adolescencia y juventud. De niña acompañaba a su madre a dar clases en las veredas y corregimientos del Chocó, lo que le permitiría enriquecer su narrativa al conocer las costumbres ancestrales y la tradición oral de los campesinos.
“¿Qué mejor que haber aprovechado el entorno del Chocó, toda la riqueza cultural que conocí en mi niñez y adolescencia, para plasmar en mis letras? La vida es pura energía y ahí está la energía sonora”, dijo Zully Murillo al indagar en la esencia de sus composiciones, que resultan siendo una radiografía versátil de una buena porción del territorio del Pacífico colombiano.
“Si las historias no se escriben o se cantan, se olvidan. Son una forma de educar la memoria y la tradición oral”, agregó con conocimiento de causa esta cantadora a la que muchos llaman “maestra Murillo”, por su inclinación musical y su facilidad docente.
Cuando terminó el bachillerato, Zully Murillo viajó a Bogotá para estudiar Matemáticas y Física en la Universidad Pedagógica Nacional, al mismo tiempo que desarrollaba su actividad musical y su gusto por otras artes, como la poesía, la danza y el teatro.
Entre los álbumes que ha grabado están: Cuentos contados cantados, Los pregones de mi tierra, Son de amores y Misa inculturada y más cantares. Las letras que integran estos álbumes encarnan la herencia africana e indígena a la perfección, convirtiéndose en referente de la tradición oral de Chocó, como departamento, y del Pacífico como región muchas veces olvidada y marginada.
Dada su importancia para el folclor del litoral del Pacífico colombiano, Zully Murillo ha sido invitada especial a participar en la grabación de los trabajos de agrupaciones destacadas como La Contundencia, Bambazulú, Bahía, Mamá Julia, Alexis y Su Banda, ChocQuibTown y Explosión Negra, entre muchos otros colectivos que han querido contar con su impronta para desarrollar sus propuestas sonoras.
El lugar de su profesión en su carrera musical
Zully Murillo se dedicó de lleno a la música luego de cuarenta años de servicio como docente en la Institución Educativa Comercial Ciudad de Cali. Sus clases de matemáticas tenían un sello artístico particular de música, danza y poesía. Para ella, “la música y las matemáticas están muy enraizadas”.
“La música tiene métricas, raciocinios, lógica; también es pura física: están los sonidos, las frecuencias… todo está conectado”, manifiesta con convicción para luego asegurar que la riqueza cultural del Pacífico y las matemáticas han sido una inspiración fundamental para crear.
En su cabeza, Murillo ha logrado vincular el carácter estricto de saberes exactos como la física y la matemática con manifestaciones de las artes como la música, el baile y la poesía. Las ha sintonizado con mesura, sabiduría y, sobre todo, disciplina; un elemento infaltable para quien decida emprender cualquier camino y quiera dejar huella en él.
Un encuentro inolvidable
Zully Murillo fue distinguida en el “Homenaje a cuatro cantadoras” en la edición correspondiente al año 2013 de los premios Shock, junto a Leonor González Mina, mejor conocida como la Negra Grande de Colombia; Petrona Martínez y Totó la Momposina, cuyo nombre de pila es Sonia Bazanta.
“Para mí es inolvidable ese momento, nosotras cuatro somos como hermanas de la música. Hubo una energía muy bonita. Recuerdo que íbamos en un carro y todo el trayecto estuvimos cantando tanto tonadas del Caribe como canciones tradicionales del Pacífico. Al final del evento, le di un papelito a cada una para que escribieran un pensamiento sobre nuestro encuentro. Las tres escribieron cosas muy lindas, yo guardo esos papelitos como un tesoro”, aseguró con algo de nostalgia Zully Murillo.
Además, fue distinguida por la Alcaldía de Quibdó como una de las mujeres notables del departamento del Chocó por visibilizarlo a escala internacional y hace unos años recibió la condecoración Orden de la Democracia Simón Bolívar en el grado Cruz Gran Caballero, otorgado por la Cámara de Representantes.
Su relación con el Festival Petronio Álvarez
“El Petronio Álvarez es un espacio de comunión espiritual en el que la gente comparte su energía, sus saberes y construye lazos de hermandad. Durante la época del Petronio yo siento una energía diferente en Cali”, afirma Zully Murillo momentos previos a la realización del Festival de Música del Pacífico, que durante 2020 se llevó a cabo de manera virtual y logró un gran impacto internacional.
La artista chocoana es invitada recurrente a este encuentro sonoro. En 2012, en la edición 16, fue condecorada por el Senado de la República, el Concejo municipal y la Secretaría de Cultura de Cali. En la edición 21, año 2017, recibió el Homenaje a la mujer pacífica, por potencializar y hacer crecer el folclor y la música ancestral de generación en generación.
“Para mí fue muy difícil imaginarme el Petronio Álvarez sin el contacto físico, sin las coreografías tan hermosas que se arman incluso sin ensayarse, sin el batir de los pañuelos tan tradicional en las tribunas. Todo eso genera una energía que sin duda extrañamos en esa edición atípica del 2020; pero, de todas formas, era importante sacar el evento adelante para que la gente supiera que aquí estamos como representantes de la diversidad de las propuestas del Pacífico colombiano”, concluyó Zully Murillo, quien asumió el reto de custodiar una tradición.
*De la Fundación Color de Colombia.