Amanda Garay y los pecados en las relaciones

Con la Conferencia “Durmiendo con el mantenido”, la autora del libro que le da título a la charla busca acercar a las personas para reconocer la problemática social de las relaciones tóxicas.

El Espectador
25 de septiembre de 2018 - 02:00 a. m.
 El libro “Durmiendo con el mantenido”, de Amanda Garay, saldrá en 2019.  / Noé Herrera
El libro “Durmiendo con el mantenido”, de Amanda Garay, saldrá en 2019. / Noé Herrera

¿Cómo nació el proyecto “Durmiendo con el mantenido”? ¿En qué van a consistir el libro y la conferencia?

Este es un proyecto multiplataforma, que se llama Durmiendo con el mantenido y que trata una problemática social de las personas que mantienen a otras, que son compañeros sentimentales y mantienen al otro no solo económicamente, sino también emocional y físicamente. La conferencia va dirigida a mostrarles a las personas por qué no nos podemos ver involucrados en relaciones tóxicas sin darnos cuenta. Cómo entramos en ellas y no nos damos cuenta de que estamos ahí hasta que algunas cosas nos empiezan a mostrar que algo no está bien. Cuando somos conscientes de que estamos en una relación que nos está haciendo daño nos cuesta muchísimo salir.

¿Cómo fue el proceso para la elaboración del proyecto?

Se hizo una investigación y nos dimos cuenta de que tanto a hombres como mujeres les pasa esto y que sucede en muchas partes del mundo. El libro, que saldrá en el primer trimestre del 2019, va a ser publicado por la editorial Penguin Random House y la conferencia será este 25 de septiembre en la Cámara de Comercio de Bogotá a partir de las 7:00 p.m.

¿Es difícil entrar en la vida íntima de las personas?

Es parte de la problemática que la gente reconozca que está en una relación tóxica de este tipo de dependencia. Dependencia económica y dependencia afectiva. Y sobre todo la económica es la que más avergüenza a las dos partes. Si es la mujer la que está sosteniendo al hombres, pues ninguna va a querer poner sobre la mesa que su pareja no hace nada y que ella lo mantiene; en los hombres se ve un poco diferente aunque también el hombre se ve afectado cuando su pareja no colabora y lo podría hacer y sería mejor para los dos. A la gente le cuesta. La parte económica y laboral de un país afecta mucho eso. Por todos es conocido que a la mujer se le paga menos en todas partes, así hagan las mismas funciones.

¿Qué otros factores influyen?

Los otros factores en diversos países pueden ser la guerra, la violencia; los hombres están al frente de la guerra, abandonaron sus hogares o fueron desplazados, entonces las mujeres han tenido que convertirse en la cabeza de hogar. Hay muchos factores. Otro puede ser el desempleo. Yo quiero ser muy clara y decir que hay diferentes tipos de mantenidos. Una cosa es ser mantenido y otra es ser desempleado. Este último es el que no buscó la situación, que lo sacaron por cualquier razón y que no quiere ser desempleado porque es el soporte de su familia y la persona inmediatamente empieza a hacer cualquier cosa para mirar cómo sigue aportando al hogar. El mantenido es el que se queda sin trabajo por cualquier razón o porque renuncia y se va a la casa y no hace el más mínimo deber por hacer algo. Está cómodo, porque no le hace falta y todo se le es suministrado.

¿Las relaciones tóxicas se refieren únicamente al amor?

Relaciones tóxicas se dan en todos lados. Y las conductas que juegan en contra a la hora de relacionarnos juegan para la pareja, para los amigos, para los jefes, para la misma comunidad. Son conductas desfavorables incluso para uno mismo, que las hace sin darse cuenta de que eso le está trayendo inconvenientes. Y eso aplica para todo; lo que pasa es que en la pareja, como hay tanta intimidad y es el día a día, es más intenso aunque menos notorio porque todo eso se enmascara en el amor.

¿Qué otro escenario podría haber?

Hay un tema que es muy interesante y es lo que los psicólogos llaman “necesidades emocionales insatisfechas de la infancia”. Usted no sabe en la edad adulta qué le quedó faltando por cubrir cuando era pequeño. Por ejemplo, el reconocimiento es que valoren que hace las cosas bien, que es una buena persona, que es una persona agradable. A veces cuando uno cría a los hijos se le olvida hacer el reconocimiento y hay personas que carecen de este elemento, y como eso es una necesidad que uno tiene en el inconsciente, cuando uno consigue pareja, no siempre, uno busca de alguna manera satisfacer esa necesidad. Y uno no se da cuenta de que eso es nocivo.

¿Los medios de comunicación y la sociedad alimentan la problemática de las relaciones tóxicas vendiendo ideales falsos o superficiales?

Yo pienso que sí. No sé el grado, pero creo que sí. Y sobre todo en el tema del culto al cuerpo. Los medios de comunicación nos dicen cómo tenemos que ser, quiénes son bonitos y quiénes son feos, quiénes son aceptados y quiénes no. Y eso crea una presión. Los estándares de belleza nos dicen a la mayoría que no somos perfectos. Cuando tu autoestima está solamente en la parte externa, estás perdido, porque eso tarde o temprano se va a acabar. Ni la más hermosa de las mujeres ni el más guapo de los hombres llega a viejo divino.

¿Qué valores se ven transgredidos en una relación tóxica?

Yo me atrevería a decir que en todos los casos prima la baja autoestima, porque tanto la víctima como el victimario, si es que podemos llamarlo así, sufren de baja autoestima. Hay algo que no quedó bien porque para que usted maltrate a otra persona, la manipule y le haga daño, sabiendo que lo está haciendo, es porque hay algo mal en usted. Y si la otra persona permite que la traten mal es porque también hay algo que anda mal.

Por El Espectador

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