Andrés Castro: “Una buena canción debe ser concreta”

El compositor, productor y guitarrista colombiano tiene una nominación para entrar a formar parte del Salón de la Fama de la Música Latina.

El Espectador
16 de abril de 2019 - 02:00 a. m.
Para Andrés Castro, quien ha ganado varios premios Grammy Latino, el común denominador de los compositores colombianos es el punto de partida.   / Cortesía
Para Andrés Castro, quien ha ganado varios premios Grammy Latino, el común denominador de los compositores colombianos es el punto de partida. / Cortesía

Usted está rumbo a tener su nombre inscrito en el Salón de la Fama de la Música Latina, ¿qué representa esto?

Se trata de una nominación, pero representa mucho para mí, porque es muy rico saber que el trabajo que uno hace se está reconociendo en esas extensas jornadas en los estudios de grabación. También creo que representa mucho para Colombia, porque ha sido gracias a las raíces de nuestra música que yo me he podido desempeñar en este ámbito artístico. Creo que más que un aplauso personal, se trata de un tributo a todo lo que representa el país en este momento.

¿En algún momento ha trabajo en pro de conseguir este tipo de reconocimientos y nominaciones?

En la actualidad me he ganado como quince premios Grammy y nunca pensé que fuera a obtener uno de esos galardones. Cuando me dieron el primero, jamás contemplé la posibilidad de que se aproximara el segundo. Ahora, esta nominación al Salón de la Fama de la Música Latina fue totalmente sorpresiva para mí. Yo comencé haciendo música en el barrio, en la escuela, en la iglesia... y luego pasé a auditorios más grandes, pero nunca llegué a pensar que algo así me pudiera pasar a mí. Yo solo sé que me levanto todos los días a escribir canciones y a tratar de hacer música.

Habla usted con frecuencia de las influencias en la música colombiana. ¿En verdad nuestra música está pasando por un gran momento o siempre el país ha comandado la industria latina?

En eso está el factor musical, pero también influye el factor comercial. Cuando yo empecé no había salido en Colombia un artista de verdadera talla internacional, porque el movimiento estaba en pañales todavía. Después, ya cuando opté por profesionalizarme, ya teníamos a algunos exponentes sonando en la esfera internacional. Creo que la música colombiana siempre ha sido importante, sino que no habíamos encontrado la forma de intercambiar esa musicalidad variada con el mundo.

Usted es formado tanto en la academia como de manera empírica. ¿En su cabeza está la división entre la música popular y la música académica?

A los bogotanos nos pasa que tenemos tanta información que se nos mezclan todos los estilos. Al comienzo escuchaba música clásica, después parecía música de Silvio Rodríguez y más adelante me inquietaban los temas de Soda Stereo, así que nos llegaba de todo desde todo lado. Quienes crecimos en la calle, tenemos todo ese conocimiento en la cabeza.

Cuando hizo el primer éxito comercial, ¿su inspiración comenzó a inclinarse por ese tipo de sonoridad de gusto masivo?

Para nada. A mí me marcó, por ejemplo, escuchar a personajes como Rubén Blades, que era exitoso contando historias, también admiré mucho a Joan Manuel Serrat, y el hecho de tener éxito o no yo lo veo de la siguiente manera: una buena canción debe ser concreta y todo debe ser comercial. Yo, por alguna razón, siempre me he inclinado por lo comercial, que no se relaciona ni con lo bueno ni con lo malo necesariamente.

Durante su oficio, ¿siempre se han dado la mano el productor y el compositor o ha habido disputa alguna vez?

Creo que el músico que se la pasa más tiempo en mí es el guitarrista, porque por ahí fue que arrancó todo. Yo utilizo la guitarra para componer, para producir. Lo que me pasa a mí es que desde que estoy trabajando en una canción, de una vez estoy pensando en la producción y me pongo a pensar en el sonido de lo que quiero que sea. Para mí el compositor y el productor se complementan.

¿Qué tienen en común, además de ser colombianos, Kike Santander, Julio Reyes Copello, Mauricio Rengifo y Andrés Castro?

Creo que lo que tenemos en común es el punto de partida, que son las fiestas familiares y la música que tocamos en el colegio. Me parece que de ahí es que nace todo. En Colombia, como digo yo, tenemos una sopa de ritmos contundente.

Después de tantos años en el oficio, ¿qué sigue encontrando en el estudio de grabación?

La primera vez que entré a un estudio de grabación fue al lado de Fernando Garavito, quien hacía música para comerciales. Lo que yo encuentro ahí es que es un lugar en el que se pueden desarrollar todas las ideas y, además, es un espacio en el que uno puede equivocarse, porque ahí es obligatorio experimentar.

¿Le gusta lo que está pasando en el panorama musical?

Me gustan algunas cosas. Apoyo la preocupación por producir un mejor sonido y el acceso a sonidos de todas partes del mundo es ilimitado, eso no pasaba antes. No me gustan casi las letras, aunque tampoco pienso que la música tenga que ser una instrucción de vida.

¿Qué proyectos tiene?

Estoy trabajando en fortalecer mucho más la composición en Miami. En este momento estoy creando un tema que va a cantar Céline Dion y eso me tiene muy feliz. Además, tengo entre manos a un par de artistas del género vallenato.

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar