Camilo Murcia: “Cada torta que hago es una historia que quiero contar”

El colombiano empezó haciendo sus aclamadas tortas en Australia, y ahora, con su empresa By.Aletoso, se ha dado a conocer en el mundo de la pastelería gracias a sus originales diseños y su técnica.

El Espectador
26 de septiembre de 2019 - 02:00 a. m.
Camilo Murcia estudió también diseño industrial en Colombia.  / Cortesía
Camilo Murcia estudió también diseño industrial en Colombia. / Cortesía

¿Cómo nace By.aletoso y de dónde surge esta idea?

Este proyecto se empezó a construir en mi trabajo en una mañana sin mucho movimiento (trabajaba como chef en un café ese día). La esposa de mi jefe me invitó a celebrarle el cumpleaños a su esposo en horas de la noche. Le pregunté que si tenía torta y su respuesta fue negativa, así que le propuse que yo se la hacía. Al día siguiente me contactó alguien que estuvo en dicha celebración para que le hiciera la torta de cumpleaños para su hija. La torta de esa noche fue algo muy sencillo, pero con un inmenso cuidado por el detalle.

Los pasteles que hace no son para nada convencionales. ¿Qué lo inspiró a guiarse por esta técnica y cómo la describiría?

Cuando vi el potencial y posible oportunidad de negocio en las tortas, eso fue lo primero que me planteé. Cómo ser diferente. Hice mi investigacion en el mercado para saber cuál era la oferta y encontré un número significativo de personas y compañías que hacen el mismo estilo de tortas. Unas más altas que otras, diferentes tipos de flores, pero todas con el mismo apellido. O sea, de la misma familia. Encuentro inspiración en todas partes. Un piso, una pared con textura, un vestido, un edificio, una vitrina y el sinnúmero de cosas que me rodean, pero nunca en otra torta.

¿De dónde nacen los diseños? ¿qué lo motiva a crearlos?

Cada torta que hago es una historia que quiero contar; siempre pregunto a mis clientes qué van a celebrar, color favorito de la persona o color que utilizarán en la celebración; en ocasiones me envían la tarjeta de invitación del evento, el vestido de las novias, el color de la flores que utilizarán etc. El 98 % de mis clientas deja el diseño en mis manos, cosa que hace mi trabajo aún más placentero.

¿Qué es lo más complicado a la hora de fabricar un pastel como estos, que tiene tantos detalles?

Yo no lo llamaría complicado; lo que más se requiere a la hora de fabricar un pastel como estos es paciencia. Todo empieza desde el armado de la torta, y como son tortas tan altas necesitan al menos dos horas en el refrigerador para darle estabilidad a la crema de mantequilla. Y así con cada proceso que le quieras aplicar: si vas a pintar, si vas a utilizar aplicaciones, lo que sea, la crema debe estar completamente seca. Y entre proceso y proceso hay horas, yo normalmente las realizo en dos días.

¿Maneja solo sus diseños? O sus clientes pueden sugerirle cómo quieren el pastel…

Sí; basado en las preferencias de mis clientes sin perder la esencia de “torta”. Quiero decir, que con mi perspectiva de diseñador, una torta “tiene” que lucir como torta. No hago tortas en forma de animales, carros etc. Admiro mucho ese trabajo, pero yo lo llamaría arte en azúcar, no torta. Mi pasión es por tortas.

¿Piensa expandirse a otros países?

Expandirse podría ocurrir de muchas formas. Si hablamos de abrir un negocio al público, diría que no, pero si hablamos de llevar un poco de este arte a otros países, sí. Desde Noviembre del 2017, a tan solo seis meses de haber empezado con esta aventura, fui invitado a Singapur a enseñar y compartir un poco de lo que he venido investigando y desarrollando. Desde entonces, las invitaciones no paran.

Por El Espectador

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