Cuando la participación se volvió digital

Luis Ernesto Gómez está convencido de que la tecnología está cambiando las relaciones entre gobernantes y gobernados. Para el economista y politólogo, los ciudadanos se mueven ahora en torno a causas políticas.

El Espectador
30 de noviembre de 2017 - 03:00 a. m.
 Luis Ernesto Gómez es el viceministro para la Participación e Igualdad de Derechos del Ministerio del Interior. /Daniel Álvarez - Shock.
Luis Ernesto Gómez es el viceministro para la Participación e Igualdad de Derechos del Ministerio del Interior. /Daniel Álvarez - Shock.
Foto: DANIEL ALVAREZ

¿Cómo llegó a estudiar tecnología?

Como llegan todos los ciudadanos: siendo usuario. Con tecnología la vida se me ha hecho más fácil, entonces estoy convencido de que con ella serán más fácil las relaciones que implica la democracia entre gobernantes y gobernados.

¿Cuándo empezó a estudiar el tema académicamente?

Soy profesor de las universidades Externado y la Nacional en la maestría de gobierno. Es un tema que tocaba de vez en cuando, pero nunca a profundidad. Hace dos años creé la Corporación Seamos, una ONG que es un tanque de pensamiento sobre democracia digital y a través de éste conocí las experiencias en diferentes partes del mundo, como Wikipolítica en México, el Partido de la Red en Argentina o el Partido Pirata en Islandia. Todas son organizaciones que a través de la tecnología están redefiniendo las lógicas de poder y que son la razón de los fenómenos electorales recientes.

¿Qué está pasando en Colombia en relación con la tecnología y la política?

Aquí se están conjugando varios factores. Una generación insatisfecha, los millennials, que están interesados en política, pero en las causas, no en los partidos. Aparte de esa inconformidad hay un factor indiscutible, que es la manera en que la tecnología está cambiando la forma en que se hacen las cosas. Un ejemplo es la consulta del Partido Verde que fue protagonizada por ciudadanos organizados a través de la red.

En su libro “Googlecracia” habla de la influencia de la tecnología en la forma de hacer política.

Mi tesis central es que, así como hace diez años nadie tenía un teléfono inteligente o pagaba sus cuentas por internet, en máximo cinco años la irrupción de la tecnología en la política va a ser tan cotidiana como lo es ahora en el transporte.

Dice que dentro de cinco años. ¿Pero hasta ahora qué ha cambiado la tecnología en la política?

El ejemplo más claro es la consulta anticorrupción. En temas de movilización digital hay causas animalistas, casos que son aislados por ahora, pero que en el resto del mundo se convirtieron en nuevas formas de partidos. Como ahora viene un proceso electoral, tendrán un rol importante.

¿Cuál va a ser ese rol?

Lo obvio es que las redes sociales tendrán un rol determinante en la forma en que los ciudadanos se informan e involucran en las campañas. Si hay audacia por parte de los candidatos como la hubo en el Reino Unido, las redes y la tecnología pueden convertirse en una forma de organizar a los ciudadanos a través de propósitos. Ese es el caso también de “En Marcha”, en Francia, que permitió que a través de una plataforma las personas eligieran a sus candidatos e invita a los ciudadanos votar en tiempo real las decisiones que tomarán.

El primer capítulo de su libro habla de las causas que mueven a los ciudadanos en Colombia. ¿Cómo las identificó?

Seleccioné las que más visibilidad han tenido y con las que he trabajado de cerca. El libro es un diálogo con ellos, contar sus historias, hay muchas causas que de pronto no vemos de manera evidente como la ambiental, que refleja lo que está pasando en más de 130 municipios con las consultas mineras o en Santander, con el Páramo de Santurbán. Hay fenómenos que toman más relevancia que demuestran que los ciudadanos están pensando en temas que se salen de la política tradicional.

En su libro también habla de la desconfianza de las personas en la clase política. ¿Cuál es el papel de la tecnología en este ámbito?

Hay dos tendencias. Partidos políticos que utilizaron la tecnología para cambiar su relación con el ciudadano como los partidos Pirata, el Laborista y En Marcha en Europa, que lo que hicieron fue invitarlos a tomar decisiones de partido creando una participación en tiempo real y devolviendo el poder a los ciudadanos. La otra tendencia es que la tecnología se convierte en el mecanismo para la revolución porque, si los partidos no se mueven, los ciudadanos transforman realidades por su cuenta.

¿Cuál es su definición de “Googlecracia”?

Es una era de la democracia donde los ciudadanos recuperan el poder a través de la tecnología y donde el poder de la gente es más grande que la gente en el poder.

 

Por El Espectador

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