“Dogman” no es un héroe, es un ser humano

El director de cine italiano Matteo Garrone, reconocido por llevarse el premio Cannes en dos ocasiones con sus películas “Gomorra” y “Reality”, habla sobre su nueva producción, que se estrenó este jueves en salas de cine de Colombia.

El Espectador
27 de septiembre de 2019 - 02:00 a. m.
Matteo Garrone nació en Roma en 1968. Su película “Dogman” se llevó el premio Cannes a “Mejor actor” el año pasado.  / Cortesía
Matteo Garrone nació en Roma en 1968. Su película “Dogman” se llevó el premio Cannes a “Mejor actor” el año pasado. / Cortesía

¿De qué trata la historia?

Es una historia que toma como referencia el asesinato del boxeador Giancarlo Ricci en 1988. No es solo una película de venganza, aunque sí juega un papel importante, ya que no es solo una variación del tema de la lucha entre los débiles y los fuertes. En cambio, es una película que, aunque a través de una historia “extrema”, nos confronta con algo que nos concierne a todos: las consecuencias de las decisiones que tomamos diariamente para sobrevivir, de la brecha entre quiénes somos y quiénes pensamos que somos.

¿Por qué quiso hacer una película como Dogman?

Bueno, pensé que la historia de Marcello Fonte, el protagonista de la película, era muy interesante de contar. Es un personaje con muchos conflictos internos, pero al mismo tiempo es dulce, comete errores, y también es débil en ciertos aspectos de su vida. Visualmente fue una historia que me dio mucha inspiración. Yo solía ser pintor antes de ser director de cine, así que tuve herramientas para hacer que se viera muy bien artísticamente hablando. Empecé a trabajar en este proyecto hace 14 años, y con el paso del tiempo siempre cambiaba el libreto y aprovechaba cada oportunidad para hacerlo mejor.

¿Por qué decidió dejar la pintura a un lado y convertirse en director de cine?

Decidí entrar en el mundo del cine vente años atrás, porque quería tratar de contar una historia en una película corta solo para ver cómo me iba y cómo me sentía. Sentí una gran conexión entre la pintura y el cine, porque los dos son artes visuales, pero son muy diferentes entre sí y ambos me encantan. Debo reconocer que no soy tan rápido haciendo películas que pintando, no he dejado de hacerlo, lo disfruto mucho.

¿Cuál es su parte favorita de Dogman?

La historia de Dogman es muy simple, trabajé durante mucho tiempo en este proyecto y finalmente decidí hacerlo; gracias a eso conocí a estos jóvenes actores que son increíbles, como Edoardo Pesce, Nunzia Schiano, Adamo Dionisi, Francesco Acquaroli, entre otros, y Marcello, por supuesto, porque juntos decidimos dibujar estos personajes amables, no violentos, que tratan de ser amados por lo que son. Es la historia de un hombre que se adentra en un mundo hostil y pierde su inocencia, y al mismo tiempo es una historia de amor. Creo que mi parte favorita es ver cómo está en constante conflicto consigo mismo y cuáles son las decisiones que ese conflicto le obliga a tomar. Dogman no es un héroe, es un ser humano como cualquiera.

¿Qué papel juega la historia de Giancarlo Ricci en esta historia? Es una biografía de él?

No. Él fue una inspiración, yo reinventé su historia y le di otra perspectiva diferente, pero no tiene nada que ver con su vida personal; fue un lugar del que partí para comenzar a crear. No sé mucho sobre Ricci, lo único que sé es la historia que su supuesto asesino contó a los periodistas, y quiero ser muy claro en esto porque no quiero que la gente piense que es una película biográfica, porque no lo es; es una historia completamente diferente.

¿Cuál fue el reto más grande de dirigir Dogman?

La verdad fue una película que fluyó, no tuvimos problemas grandes a la hora de hacerla, el equipo de trabajo siempre fue armónico y muy productivo. Tuvimos la capacidad de grabar varias escenas en un día, de comer delicioso, además teníamos el mar muy cerca. Todos la pasamos muy bien y nos hicimos grandes amigos.

Sus películas “Gomorra” y “Reality” fueron premiadas en Cannes. ¿Cómo se sintió esta vez con “Dogman” en el Festival?

Esta es la cuarta película que presento en Cannes, pero aun así la emoción siempre está presente, me hace muy feliz poder presentar mi película en un espacio tan importante como este. Es hermoso poder mostrarle tu trabajo a la audiencia y ver que tiene una aceptación enorme, que se ríen, que lloran… eso me llena de satisfacción y es una de las cosas más importantes para mí, tanto en lo personal como en lo profesional.

Por El Espectador

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