El oficio de fortalecer familias

Cinco décadas atrás, 22 parejas se unieron para apoyar la infancia. Comenzaron con un hogar para niñas de casas del Distrito que terminó convirtiéndose en una fundación para acompañar la reconstrucción de los hogares y las adopciones.

El Espectador
18 de febrero de 2018 - 10:43 p. m.
Beatriz de Sokoloff mantiene el contacto con algunos de los primeros niños y niñas que fueron dados en adopción. / Óscar Pérez - El Espectador
Beatriz de Sokoloff mantiene el contacto con algunos de los primeros niños y niñas que fueron dados en adopción. / Óscar Pérez - El Espectador

Beatriz de Sokoloff mantiene el contacto con algunos de los primeros niños y niñas que fueron dados en adopción.

Los hombres tenían un club deportivo de caza y pesca. Un día resolvieron hacer una labor en favor de los niños y nos llamaron a las esposas para que hiciéramos parte del proyecto. No sabíamos en qué nos íbamos a meter y nació Pisingos. Queríamos trabajar con niñas dándoles protección. Conseguimos 22 que estaban en instituciones de la Alcaldía, porque no existía Bienestar Familiar. Las llevamos a vivir a una casa, les dábamos lo que necesitaban e iban a estudiar. Íbamos a hacer las tareas con ellas y tenían los juguetes que querían.

¿Por qué ese hogar se convirtió también en un espacio para la adopción?

Fueron creciendo, hacíamos el papel de protectoras, siendo mal criadoras en el fondo, y un día nos sentamos a reflexionar sobre lo que estábamos haciendo. Una compañera propuso empezar en la adopción y pedimos licencia en el ICBF, que se acababa de crear. De esa época tengo niñas que ya son abuelas; todavía hablo con ellas. Muchas fueron reintegradas a sus familias; otras, dadas en adopción a través del Bienestar Familiar, porque no tenían a nadie.

¿De dónde viene el nombre de Pisingos?

Pisingo es un pato de cacería. Ese era el nombre del club de caza que tenían los hombres y por eso se lo dimos también a la fundación.

Es la única integrante de esas parejas que sigue activa. ¿Cuál ha sido el secreto para perseverar?

El amor que les tengo a los niños y la necesidad que siento en mí de apoyarlos, la obligación de ayudarle a la gente a fortalecer la familia, mejorar sus hogares y subir el nivel en los ámbitos psicológico y afectivo de estas personas.

¿Cómo han cambiado las necesidades de los niños y las niñas en los 50 años que ha estado en Pisingos?

Hace 50 años, una niña no tenía las necesidades que tiene en este momento. Ahora piden muchas cosas materiales. Nosotros jugábamos con bolas y papelitos. Todo era mucho más fácil.

Muchos niños y niñas fueron adoptados por extranjeros. ¿Por qué impulsaron este tipo de adopciones?

En Colombia no había cultura de adopción, nadie sentía la necesidad de hacerlo o no sabía que existía esta posibilidad, por eso muchos niños iban al exterior. Ahora adoptan más colombianos que extranjeros y la familia del país tiene prioridad respecto a las personas de afuera.

¿Por qué ha promovido la adopción?

Al fortalecer y reconstruir la familia se puede evitar la adoptación, por eso tenemos programas para trabajar con los padres y los niños y robustecer sus vínculos. Considero que la adopción, que la adoro y he visto resultados fantásticos, es una solución muy importante para un problema muy grave, que se llama no tener papá y mamá.

Cumplen 50 años en agosto. ¿Qué significa celebrar tantos años de labor?

Para mí, la mitad de mi vida o más. Cincuenta años es mucho tiempo.

Debe tener muchas anécdotas de los procesos con los niños. ¿Cuál es la más significativa?

¡Cuál de tantas! Un día apareció una señora buscándome. Tenía seis niños y me dijo: “Vengo a entregárselos”. Eran de todas las edades y ella decía que no podía vivir con ellos. Finalmente encontré que los tres mayores le “estorbaban”. Llamé a Bienestar Familiar para pedir el permiso y recibimos a una niña y dos niños. Ellos me contaron que la mujer tenía un nuevo novio —el cuarto que viviría con sus hijos— y él le había dicho que para estar juntos debía salir de ellos.

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar