La “sanación con cristales” de Andrea Cuéllar

Se conectó con las gemas cuando era pequeña y encontró en ellas un mundo de espiritualidad y energía. Lo que comenzó como un “hobby” se convirtió en su estilo de vida, una forma de buscar el bienestar con la ayuda de minerales.

El Espectador
30 de enero de 2018 - 03:00 a. m.
La amatista es uno de los cristales favoritos de la bogotana Andrea Cuéllar. / Gustavo Torrijos - El Espectador
La amatista es uno de los cristales favoritos de la bogotana Andrea Cuéllar. / Gustavo Torrijos - El Espectador

¿Cómo llegó al mundo de los cristales?

Desde pequeña me comenzaron a gustar, sin saber el porqué. Soñaba con ellos, los veía, pero el contacto no era muy fuerte. Siempre me interesó saber qué hay más allá de lo físico y leía libros muy espirituales que mi papá tenía. Es una conexión que he tenido, experiencias de percibir cosas, energías y ver más allá. Me ha gustado conocer un paso más adelante de lo tangible y lo que tenemos.

¿Por qué cree en los cristales?

La decisión no es creer en los cristales, sino que a través de lo que he experimentado se convirtió en una certeza que he tenido al trabajar con ellos. Dormía con cristales y cada vez que usaba uno, las conexiones, las sensaciones físicas y los sueños eran diferentes. Cada cristal tiene una vibración muy particular. Soy terapeuta y veo mucha diferencia al hacer una terapia con cristales que una sin ellos, porque estos permiten llegar más rápido a niveles inconscientes, activan y movilizan más la energía.

¿Qué experiencias de transformación a través de los cristales ha visto?

Hay muchas cosas a nivel emocional que han estado muy presentes, otras que están relacionadas con la parte física. El cuarzo rosado me ayudó a abrir la energía intuitiva y el citrino a mejorar los problemas con mi estómago. No es solo la acción del cristal, sino el trabajo que se hace con ellos a conciencia. Tenía endometriosis, decidí no seguir el camino de la medicina convencional y acudir a un ginecólogo homeópata que me ayudó a trabajar con los cristales para comprender qué había guardado con esa enfermedad y sanarla.

También ha tenido experiencias con sus pacientes.

He conocido varios casos de tratamientos de enfermedades físicas como el cáncer, que con el trabajo de los cristales han podido reducir los tumores y mejorar la salud. Personas que deben hacer quimioterapia, al tomar el agua de los cristales y trabajar con ellos, han disminuido los efectos adversos. A nivel emocional también son muy buenos, en mi libro cuento la historia de una paciente que trató la depresión con ellos.

En su libro dice que los cristales van más allá de lo esotérico.

Los cristales son minerales que estuvieron miles de años debajo de la tierra. Fueron extraídos con un color determinado, que viene de los minerales que convergen dentro de él, y la forma que tienen es conocida como “geometría sagrada”, porque no fue tocada por la mano del hombre. Cristal se le llama a la estructura más ordenada de la materia, es un elemento cuyos átomos están perfectamente ordenados y ese orden perfecto les da una vibración y energía especial. Los cristales tienen una vibración (movimiento de la energía) y una frecuencia (cantidad de veces que se mueve en un tiempo). Científicamente, todo dentro de ellos es energía.

¿Por qué organizó los cristales en su libro según los chakras del cuerpo humano?

Cada chakra es un nivel de conciencia, hacen parte del sistema energético del cuerpo. El primero es de la conciencia, de la supervivencia, cómo afronto la vida; el segundo, la creatividad y la conexión con los demás; el tercero, el poder personal; el cuarto, la energía del amor; el quinto, la expresión; el sexto, la intuición, y el séptimo, la conexión con lo divino. Son aspectos vitales para la vida en la tierra y se pueden tratar con cristales.

¿Qué han significado los cristales en su vida?

Han sido mi sostén, esa herramienta que acompaña mi camino, me ayuda a tomar decisiones y permite que me conecte con lo que soy.

¿Qué hace que una persona se conecte con un cristal?

La energía que hay entre ella y el cristal. Estos lo escogen a uno, puedes ver decenas de ellos, pero siempre habrá uno que te llame más la atención y es una elección que se hace desde la energía que cada uno necesita.

¿Por qué invita a la gente a conectarse con los cristales?

Son una herramienta fácil de conseguir, que podemos llevar a todas partes y que nos conecta con el origen, lo que somos en nuestra esencia.

 

Por El Espectador

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