María Carolina Hoyos: “Perdonar es el mejor negocio”

Su madre, Diana Turbay, fue asesinada por Pablo Escobar en 1991, y su relato reflexiona sobre el proceso que tuvo que realizar para lograr sanar su dolor.

El Espectador
17 de abril de 2019 - 02:00 a. m.
María Carolina Hoyos nació en Bogotá en 1972. Es comunicadora social y periodista de la Universidad Javeriana. / David Schwarz
María Carolina Hoyos nació en Bogotá en 1972. Es comunicadora social y periodista de la Universidad Javeriana. / David Schwarz

¿De qué trata este libro?

Cuando a mi mamá la secuestraron tenía 17 años, y cumplí 18 cuando estaba en cautiverio a manos de Pablo Escobar. Cuando volví a ver a mi mamá en la clínica, ella acababa de morir, y le juré que nunca iba a volver a sonreír. En ese momento no tenía motivos a la vista para sonreír de nuevo, la persona que más había amado en mi vida se la había llevado el narcotráfico de la peor manera. Mi libro trata justamente de cómo le incumplí esa promesa a mi mamá, y lo incumplí porque he reído una y otra vez.

¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Se le dificultó?

Sí, mucho. Cuando tú escribes tu historia sin ningún tipo de Photoshop, sin edición alguna, en un computador, es muy duro. Varias veces quise acabar con la idea de escribir, porque es muy doloroso uno ver reflejados todos esos sentimientos sin maquillaje, pero realmente es una muy buena catarsis. Fue liberador, el proceso no fue tan fácil, pero para mí fue muy importante porque parte de mi idea de escribir era compartir un método de cómo enfrentar cualquier dolor, no tengo mi vida resuelta, soy como cualquier parroquiano con problemas, y sufro, pero sí resolví no detenerme en el dolor. Me di cuenta de que siempre sigo los mismos pasos para enfrentar cualquier dolor, desde el asesinato de mi mamá, perdonar al asesino de mi madre, hasta cualquier otro problema como la separación con mi marido y todos los problemas que uno tiene en la vida.

¿Cuál fue la inspiración para escribir este libro?

Soy periodista, no soy experta en catarsis ni nada, pero dije: “Voy a escribir un libro y a compartir mi manera de lidiar con los problemas”, lo que nunca me imaginé fue lo que pasó después de compartirlo. He encontrado que la ley de la compensación existe, he recibido tanto apoyo y cariño, mucha gente me ha dicho que le ha servido este método, y esa ha sido una de las cosas más gratificantes que me dejó haber hecho este libro. En las redes sociales es impresionante ver las cosas que me han escrito, sentía que estaba aportando, pero la gente me ha aportado a mí mucho más. La gente empezó con su proceso de perdonar, y ese es el mejor negocio posible, poder sanar.

¿Por qué quiso que Juan Gossaín escribiera el prólogo de “Desde el fondo del mar”?

Él fue muy cercano a mi mamá, al igual que su esposa, y desde que comencé mi carrera me sentí muy cercana a ellos. Un día le dije a Juan: “Estoy escribiendo un libro muy importante para mí y quiero que tú seas el prologuista”; y me dijo: “Ya no estoy escribiendo prólogos para nadie, pero para ti, claro que sí”. Le mandé el libro, él fue el primero que lo leyó y un tiempo después me mandó su prólogo, que es absolutamente especial.

¿Por qué decidió relacionar este proceso con el buceo?

Cuando tenía 14 años me fui con mi papá a la costa en unas vacaciones y él se dio cuenta de que ya los adolescentes a esa edad iban a la playa y podían estar en fiestas, o aprender a tomar licor, así que decidió meterme en el mundo del buceo, porque es un deporte en el que no se puede tomar, ni fumar, ni trasnochar, ni nada. Él cumplió con su objetivo, porque ni tomé, ni fumé, ni salí, pero nunca se imaginó que lo que estaba haciendo realmente era conociendo la pasión de mi vida, hay gente que muere sin conocer una pasión, pero tuve la posibilidad de conocerla teniendo solo 14 años, y el buceo es como la vida.

Usted da ciertos “tips” que pone en práctica para su vida y su proceso de perdón, ¿cómo los descubrió y los organizó?

La primera cosa es que cuando uno tiene un problema es como en el buceo, que uno siente que se queda sin oxígeno, que se va a morir, y uno en ese momento no encuentra ni la salida, ni sabe qué hacer, simplemente piensa en que se va a morir. Las señales del buceo las organicé de acuerdo con mis sentimientos y lo que empecé a vivir. Cada capítulo del libro es una señal del buceo que explica cómo se aplica para la vida y cómo se va generando un método coherente para resolver los problemas.

¿Cuál fue la parte más difícil de escribir este libro?

Hubo momentos muy difíciles a la hora de escribirlo, de hecho, lloré demasiado, pero uno tiene ángeles que lo agarran para que uno no se rinda. Siento que tuve ángeles en el camino que no me dejaron desfallecer.

¿Qué le dejó la experiencia de ser la autora de “Desde el fondo del mar”?

Primero, entender que la ley de la compensación existe, eso es algo muy importante; segundo, creo que me deja la sensación de que, de alguna manera, estoy haciéndole un homenaje a mi madre, es una manera de recordarla, de honrar su dolor, y también me dejó la satisfacción de que, desde mi imperfección, quedo con una tranquilidad enorme de compartir lo que sé, lo hice porque sentí la necesidad de poder compartir con otros que tienen problemas y que sufren como lo hacemos todos los seres humanos.

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar