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¿Por qué es importante ver la economía desde un punto de vista social?
La economía es una ciencia muy perfecta. Se ha cerrado mucho al ámbito cuantitativo, dejando poco espacio para los otros aspectos del ser humano, que para mí son fundamentales. Con la idea de “capital social” que he ido desarrollando, el concepto de responsabilidad social de la empresa privada o de la responsabilidad en general del ciudadano, estoy invitando a la economía a tener un enfoque interdisciplinario.
¿Qué mensaje da para ese saber?
Soy economista, pero hay que abrir el enfoque de los grados universitarios. Hay que tener un espectro más grande para poder vivir todo lo que pasa en materia económica. Factores como el capital social, la conciencia cívica, la capacidad de articularse para hacer cosas juntos en una sociedad y aumentar la confianza entre unos y otros. Está demostrado, cuantitativamente, que todos estos factores son determinantes en lo que pasa en la economía. Mi propuesta es tener una visión más integral. Desarrollo económico no es sólo crecimiento económico.
¿Qué es para usted el desarrollo?
Desarrollo en general, además del crecimiento económico, es darle la posibilidad a la gente de desenvolverse y potenciar sus cualidades humanas para alcanzar lo que llamamos felicidad. La idea de medir si la población de un país es feliz o no se ha ido extendiendo. Hay ciudades con mejor balance que otras, y eso tiene que ver con esos factores que menciono.
¿Cuál es la relación entre la economía y la responsabilidad social empresarial?
Es una relación total. Dependiendo de si la empresa privada es responsable o no, le pasará algo a la gente. Un ejemplo: realizar productos que sean malos para la salud es irresponsable y puede desencadenar en una epidemia de obesidad. Un país como México tiene el 80 % de la población con sobrepeso y el 40 % es obeso. La comida rápida y las gaseosas afectan seriamente la salud de la gente, y eso es irresponsabilidad.
¿Qué es responsabilidad?
Son empresas que sienten que su obligación es hacer cosas por la sociedad, pero no pequeñas cosas o filantropía, sino ayudar a las políticas públicas, en alianza con la sociedad civil, las ONG y los medios, para crear campañas, por ejemplo, para reducir la deserción escolar o la discriminación de género.
Hay una delgada línea entre la responsabilidad social y la filantropía. ¿Qué las diferencia?
Hay tres tipos de empresas. La primera es narcisista: no le importa nada de lo que pasa alrededor, sino maximizar su lucro. La segunda son las filantrópicas, que usan su dinero para causas de interés público, y eso es muy meritorio. Pero la tercera, que es una forma superior, es una empresa con responsabilidad social, que tiene entre sus políticas aportar, no sólo dinero, sino tecnología, capacidad diferencial y más, haciéndose socia de los planes de desarrollo, haciendo inversiones de impacto y buscando una organización útil socialmente.
¿Qué hace una empresa socialmente responsable?
Trata bien a su personal, no tiene discriminaciones de género, trata bien a los consumidores, no contamina el medio ambiente. Además de hacer inversiones sociales a largo plazo y tratar de mejorar la sociedad.
Dijo que para que una empresa sea responsable debe pagarle bien a la mujer. ¿Cuándo será equitativo?
Según los cálculos, van a pasar 180 años antes de que la mujer tenga un sueldo equitativo, pero eso depende de lo que hagamos. Tenemos que movilizarnos. No es un tema sólo de las mujeres, sino de la humanidad. Es quizá el sector más oprimido del género humano por circunstancias como el sueldo, el doble trabajo: labora y aún está vinculada a las tareas del hogar. Es obligación ayudarla.
¿Cómo ve el manejo que hacen las empresas latinoamericanas de la responsabilidad social empresarial?
Hay indiferencia. Pero la filantropía va creciendo y eso es positivo, porque implica que la empresa está prestando atención al entorno que la rodea. El deseo es que estén cada vez más cercanas a la responsabilidad social empresarial.