“Me siento bien siendo útil para la audiencia”: Manuel Teodoro

Es el director y conductor de “Séptimo día” el formato que cumple quince años de estar al aire. El periodista reflexiona sobre sus historias y dice que algunas pudieron contarse mejor.

El Espectador
01 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.
Manuel Teodoro dice que un especial sobre la adopción en “Séptimo día” es la historia a la que más elementos le cambiaría.  / Cortesía Caracol Televisión
Manuel Teodoro dice que un especial sobre la adopción en “Séptimo día” es la historia a la que más elementos le cambiaría. / Cortesía Caracol Televisión
Foto: JULIANALOPERA

“Séptimo día” lleva 15 años, ¿recuerda cómo se le ocurrió la idea de hacer un formato como ese?

La idea comenzó en 1995 mientras trabajaba como reportero para una estación de televisión en Nueva York. Allí mi tarea era realizar crónicas y notas más largas de lo que se acostumbra en un noticiero tradicional. Luego me di cuenta de que mientras contaba pequeñas historias respondiendo quién, cuándo, dónde... en ese tiempo también podía concentrarme en responder por qué. Para los periodistas el por qué es una mina de oro, es un manjar. Y así surgió la idea.

¿Y cómo la trajo a Colombia?

Una productora de Caracol Televisión cuando todavía no era canal me llamó a preguntarme sobre lo que hacía yo en Nueva York y le conté todo lo que podíamos hacer con una historia de más de siete minutos. En esa época no se exploraban ese tipo de programas periodísticos y nos arriesgamos a presentarlo. La intención era lograr audiencia e interés y, por fortuna, es lo que ha sucedido con las tres historias que seleccionamos cada semana para Séptimo día. Más tarde incorporamos el tema de la denuncia, que es el fuerte del programa en la actualidad.

Es el programa más visto durante los fines de semana, ¿qué representa eso para usted?

Para mí es clave la palabra “audiencia”, porque antes de decidir qué historia vamos a realizar o a producir, nosotros pensamos mucho qué es útil para el público que nos ve un domingo a las 9:00 p.m. También sabemos qué temáticas no resultan atractivas para nuestras audiencias de estratos 2, 3 y 4, que son personas muy prácticas a quienes les interesan los temas que afecten sus bolsillos y que tengan que ver con la salud. Nosotros somos respetuosos de eso y por eso logramos que cada domingo la audiencia regrese a estar con nosotros.

¿Sintió el cambio al dejar de ser presentador de noticias para pasar a ser el conductor y director de un espacio como “Séptimo día”?

El cambio fue total. Sentarse a leer un telepronter tiene una cierta responsabilidad, pero otra cosa es adquirir una responsabilidad editorial con todo lo que eso implica en términos legales y periodísticos. Yo lo que siento en el programa es que tengo una única oportunidad cada semana de demostrar que lo que hago tiene sentido. Me siento bien siendo útil para la audiencia.

¿Cómo ha construido la credibilidad a lo largo de todo este tiempo?

Creo que la mejor forma de construir la credibilidad es respetando el derecho que tiene la gente a saber la verdad. A veces lo logramos y otras veces no. Me gusta formularme preguntas difíciles cuando una persona llega a denunciar a otra y hay que contemplar que existe otro lado de la historia. Tal vez a la gente le gusta que en el programa no tomamos partido y escuchamos todos los lados.

¿Se arrepiente de haber presentado alguna historia durante estos 15 años de “Séptimo día”?

No me arrepiento de historias que hemos presentado, aunque sí creo que algunas narraciones pudieron haber sido distintas. Ninguna historia de Séptimo día ha sido perfecta y todas han podido ser mejores, eso está muy claro. Cuando yo veo el programa al aire los domingos, me hago muchas críticas constructivas. Los periodistas somos seres humanos y estamos sujetos al mejoramiento. Hemos cometido errores, pero parece que no graves porque estamos todavía al aire después de 15 años.

¿Cuál es la historia que más complicaciones legales le ha traído?

Hace unos cuatro años hicimos un gran especial sobre la adopción. Siempre habíamos abordado en Colombia el tema desde el lado amigable, pero nunca se había mostrado el otro ángulo, el que termina no siendo feliz. En ese desarrollo mostramos que había bebés que habían sido raptados y tuvimos muchos aciertos, pero nos quedamos cortos en exhibir las bondades de la adopción y esa sensación quedó en el público. Tal vez esa es la historia que hubiera contado diferente dentro de Séptimo día.

Por El Espectador

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