Néstor Cardona Gutiérrez: “Lástima que la televisión no sea en olores”

Periodista, publicista y poeta, actual director de “Congreso y Sociedad”, en el Canal del Congreso, fue el realizador del programa inaugural de la televisión en colores hace 40 años: el 1.º de diciembre de 1979.

El Espectador
19 de diciembre de 2019 - 02:56 a. m.
Néstor Cardona Gutiérrez es pereirano y  reside en Villa de Leyva.  / Archivo particular
Néstor Cardona Gutiérrez es pereirano y reside en Villa de Leyva. / Archivo particular

¿Cómo recuerda el 1.º de diciembre de 1979?

Una fecha muy especial para mí y un día histórico para el país. Se inauguró en Colombia la televisión en color y me tocó en suerte la responsabilidad de realizar el primer programa transmitido bajo ese sistema, algo que se anhelaba hacía mucho tiempo. La televisión en colores nos permitió ver el mundo como es. Nos estábamos demorando un poco en implementarla.

¿Cómo y quién le asignó esa responsabilidad?

Yo trabajaba desde comienzos de ese mismo año como realizador del programa Aquí Colombia, un documental semanal sobre la vida y costumbres de las regiones, para la Compañía de Informaciones Audiovisuales, que era la programadora del Estado, creada tres años antes, en 1976, para producir el noticiero oficial, Telenoticias. Fue mi primera incursión en la televisión, pues mi escuela había sido la radio. La oferta me la hizo el periodista Marcos Jara, gerente de la programadora, con quien habíamos cubierto para dos cadenas radiales la campaña presidencial de Julio César Turbay Ayala. Acepté y luego vino lo del color.

¿Cómo fue la inauguración de la televisión en color?

En realidad, no fue un evento preparado con mucha anticipación, ni se hizo con una producción fastuosa. Aun cuando un año antes, el Gobierno había autorizado mediante decreto la compra de los equipos y la adopción del sistema estadounidense NTSC, la fecha inaugural no estaba en la agenda de nadie. El país vivía momentos de mucha tensión social: eran épocas del Estatuto de Seguridad y las sensaciones colectivas eran de temor e incertidumbre. El presidente llamó a Jara y le dijo, a muy pocos días: “Hay que inaugurar la televisión en color el 1.º de diciembre”. Y nos puso en carreras. Yo creo que fue una decisión política para enviar un mensaje positivo al país.

¿Cómo se diseñó el programa?

No había tiempo ni presupuesto para una programación memorable. Decidimos que sería interesante que el país conociera el interior y los lujosos salones del Palacio de Nariño, al cual recién se había trasladado la Presidencia de la República. Obviamente, hubo una breve alocución del jefe de Estado, y lo demás fueron entrevistas con personajes emblemáticos, danzas y expresiones culturales de las regiones, reeditadas del programa semanal que yo realizaba. Fue una producción sencilla, sobria y decorosa, dadas las circunstancias, que duró dos horas al aire pero necesitó largas horas de edición y montaje.

¿Y cómo vivió usted ese día?

Con mucha excitación y emociones encontradas. Hubo mucho nerviosismo, que no se fuera a presentar alguna falla técnica durante la emisión. Había mucha ansiedad: sentíamos que estábamos haciendo historia y estaba la expectativa de 25 millones de colombianos. Todo salió bien la noche de ese sábado y se inició una etapa de gran transformación en la televisión colombiana.

¿Cuál fue la primera imagen en colores que apareció en la televisión?

El rostro de Marcos Jara, un recordado periodista huilense que falleció hace pocos años, presentador y director del especial; el del presidente Turbay, y el mío, un joven reportero de la época que hoy es abuelo, pinta canas, superó el sexto piso y sigue haciendo televisión.

Usted arrancó haciendo periodismo en “El Fuete”, en Pereira, un periódico medio en serio y medio en humor. ¿Fue esa su verdadera escuela?

Y la de muchos. Allí se forjaron humoristas de la época muy importantes. Cuando yo lo codirigí con mi padre, a comienzos de los 80, vinculé a los grandes caricaturistas de la época, como Grosso, Yayo , Naide. En El Fuete nació El Taller del Humor, que tiene desde entonces un gigantesco pabellón en la Feria del Libro. Ah, y en él publicaron sus primeros monos dos célebres caricaturistas pereiranos: Matador y Mheo, ganadores de numerosos premios de periodismo. Yo escribí en El Fuete desde los 11 años; me hice reportero de Todelar en Pereira a los 18; me vine para Bogotá la noche que Carlos Lleras nos mandó a dormir, el 19 de abril del 70, para embolsillarse las elecciones que había ganado Rojas Pinilla, y aquí he ejercido el periodismo desde entonces.

¿Alguna anécdota especial de la televisión en color?

Algo curioso: la población no estaba muy bien informada sobre el sistema. Asumían que bastaba encender el televisor y ya. aparecían las imágenes a pleno color. La verdad es que era necesario adquirir un nuevo televisor, apto para conectar al sistema, y muchos ciudadanos se sintieron decepcionados. La llegada del color tuvo un fuerte impacto en la economía familiar. La venta de televisores en la Navidad de 1979 se disparó seguramente a niveles estratosféricos. Doña Gloria Valencia de Castaño solía decir en su programa Naturalia, que mostraba la fauna y los exuberantes paisajes de Colombia: “Lástima que la televisión no sea en colores”. Hoy, viendo los excelentes programas de cocina y gastronomía, a mí se me ocurre decir: “Lástima que la televisión no sea en olores”.

Por El Espectador

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