¿Tiene alguna solución la salida del aire del Canal Caracol en Venezuela?
Por lo que hemos visto, de parte del gobierno no hay ninguna. Tenemos toda la disposición y esperamos que algún día la señal de Caracol vuelva a estar al aire. Cada vez las señales generan más incertidumbre, también sacaron a RCN Televisión de una de las cableras y a nosotros de las dos donde salíamos al aire. No parece haber nada que indique que el gobierno de Nicolás Maduro cambie de opinión, por lo menos en los próximos días.
¿Qué opina de los argumentos del gobierno de Nicolás Maduro para sacar del aire a Caracol?
No quiero controvertirlos. Lo único que quiero decir es que lo lamentamos porque Noticias Caracol solo ha hecho su trabajo: hacer un periodismo decente, serio y transparente frente a este y todos los hechos. En el caso de Venezuela inclusive hemos buscado al mismo régimen para que dé su versión y, por supuesto, nunca nos han atendido. Queremos mostrarle a nuestro país y a Venezuela qué es lo que está pasando.
¿Cómo se vivió en Caracol esa tensión que derivó en que los sacaran de los cable operadores de Venezuela?
No hubo una comunicación oficial, todo fue a punta de rumores. Si acaso, una versión de Conatel en la que indicaba que nosotros estábamos incitando a la violencia y los discursos de Maduro. Hace unos días le dedicó una parte significativa a Caracol Televisión y a otros medios colombianos diciendo que mentíamos frente a lo que estaba pasando en Venezuela. Si esos son sus argumentos, los rechazamos y no los compartimos.
Reporteros sin Fronteras dice que más de 50 medios de comunicación han sido censurados en 2017 en ese país.
Es que en Venezuela la libertad de expresión es tan abundante como la comida. No tiene sentido, se volvió algo exótico, invisible como las garantías y la democracia. Lo que me temo es que con el paso de los días eso se va a agudizar y dejará a una sociedad sin un canal para informarse y un medio para expresarse. Colegas venezolanos me explicaban que también restringirán las señales de internet.
Internet es una salida, pero también hay dificultades.
Claro. Uno va a Venezuela y la internet es muy mala. Algunas personas nos contaban que para ver el noticiero o los partidos intentaban por internet, pero es una solución bastante precaria frente a los obstáculos que pone el régimen de Maduro.
¿Recuerda una situación similar en su experiencia como periodista?
Nunca. Ni siquiera en Cuba. Recuerdo que cuando estuvimos allá hace cuatro años para la visita del papa Benedicto XVI, ellos mejoraron la señal. Venezuela está pasando por un momento dramático de aislamiento de un régimen a su pueblo que no permite que se informe. En ningún cubrimiento me había tocado una situación tan dolorosa y tan arbitraria.
¿Cuál es la salida a esta situación que vive la libertad de prensa en Venezuela?
Muy difícil, porque los colegas de Venezuela pueden tener toda la disposición y la ética para contar las cosas, pero si no tienen dónde y son perseguidos, es difícil. Creo que en la historia reciente de América Latina no se ha visto una situación parecida en que se coarte la libertad de expresión. No lo digo por Caracol, sino por los mismos colegas que tienen restringida su forma de trabajar y también son agredidos.
Hubo una colega de Caracol Radio a la que cogieron en una marcha. Los periodistas deben salir con chaleco antibalas. Se ve un poco caricaturesco desde acá, pero vaya y hágalo allá. Los pueden matar en una refriega y nadie responde… Eso es terrorismo de Estado. Son intimidados con llamadas y mensajes amenazantes.