Rey Ruiz y su media mitad en la salsa

El músico nacido en Cuba Rey Ruiz lanzó su sencillo “Vengo”, que contiene dos versiones, urbana y salsa. Con este tema busca abrirse paso en el gusto de los jóvenes, además de reinventarse como artista. / Cortesía

¿Por qué escoge “Vengo” como tema emblemático en este momento?

Estaba buscando una canción. Quería hacer algo urbano. La canción nació pensando en algo urbano, no para convertirme en un artista urbano, porque no lo soy, pero sí para llegarle a un público más joven. Me llegó la idea de la canción, le agregué unas cositas, la música es mía, y junto con Daniel Samper Cruz, artista dominicano, la terminamos. Es en ese momento cuando empezamos a realizar la canción en urbano. Ese proceso nos tomó un año largo.

En ese tránsito entre lo urbano y la salsa, ¿la canción adquirió nuevos matices?

Sí. Lo urbano es mucho más binario, más simple, y tiene que haber alguien que lo sepa hacer. En cambio, en la salsa solo cierro los ojos y me sale.

¿Esa experiencia de escribir una canción con otra persona es habitual en usted?

No soy un compositor de oficio, soy compositor de musa, y cuando llega, llega algo, pero casi todas mis canciones son de compositores. Cuando uno no hace esto como oficio, uno no sabe cómo hacerlo, y eso es lo más difícil.

¿Siente que ha cambiado la salsa desde el 2000 hasta la actualidad?

Dependiendo del artista, de lo que cante. Es lo mismo. Por ejemplo, esta canción ha hecho para mí la diferencia, porque los arreglos no se parecen a los que se hacían antes. Estaba buscando la forma en la que la gente la baile y se le encienda la sangre. En cambio, las canciones anteriores son mucho más románticas y livianas. Ahora la música es mucho más agresiva.

¿Cómo ve la evolución de la salsa a través de los años?

Siempre se ha buscado el mejor fruto que se le pueda sacar a la canción. Antes era a la parte sonora y las letras eran mucho más superficiales. Se les daba prioridad a los sonidos bestiales de los instrumentos. Eran canciones más emblemáticas, con un estilo antiguo. A partir de la salsa romántica se encontraron letras como si hubieran sido canciones de baladas o pop, pero incluidas en la salsa. Las canciones románticas en vivo se convierten en algo más fuerte, más pegadas.

¿Para hacer un tema exitoso en términos comerciales en la actualidad hay que incorporarle elementos del género urbano?

No tiene nada que ver una cosa con la otra. El género urbano últimamente ha tenido más espacio radial, en televisión, mucho más público, y marca la pauta, pero mi generación no ha muerto porque yo haga el género urbano, todo lo contrario, tenemos espacio, y sobre todo ahora con esta canción.

Usted estudió música en La Habana y se formó desde la academia. ¿Cómo aprovecha un músico de la academia que no hace música culta, la creación de música comercial?

El aporte que da la academia es el conocimiento. Uno no va con los ojos cerrados, porque sabe para dónde va. El cuento de la música es como si hubiera sido un pilar que te da confianza en ti mismo para poder hacer otros géneros.

Algunos artistas que se dedican a géneros populares dicen que la academia les quita la espontaneidad. ¿Es verdad?

No tiene nada que ver una cosa con la otra. Nosotros estudiamos en la escuela para ser concertistas. Yo estudié para ser concertista, pero un año antes desaprobé. Esa era mi especialidad, porque era más percusivo que musical, por eso considero que el conocimiento que te da la música de conciertos se aprovecha para hacer música popular. Lo que aprendí en la escuela me ayudó en términos generales, que me han dado la facilidad para hacer mi música.

Su disco debut sale en 1992 y resulta ser muy exitoso, lo que genera la impresión a la gente de que la carrera musical en la salsa es fácil. ¿Fue realmente así?

No, primero fueron muchas cosas las que influyeron para que ese disco fuera exitoso. Uno, buena composición; dos, excelentes arreglos; tres, la producción en el estudio. Además, si no hubiera contado con la ayuda de Jorge Luis Piloto, gran compositor, que me indicó lo que tenía que hacer, no hubiese salido ese disco como lo conocen. Después está la casa disquera, que le da todo el empuje posible.

¿Qué enseñanzas le dejó su primer disco y cómo las ha aplicado a su carrera musical?

Lo que se aprende con el primer disco nunca se deja de usar. El ser intérprete es algo que se va aprendiendo desde el principio. Una cosa es cantar en medio de la calle y otra es grabar. Igualmente, el conocimiento que se adquiere se va mejorando y lo moldeas a tu manera.

Las diferencias pueden ser abismales para un cubano entre el son y la salsa. ¿Qué tan grande es la frontera entre esos dos géneros?

El son es el cimiento. La salsa se dio de todos los colores habidos y por haber, se le cambiaron los instrumentos, se le agregaron más, se hicieron varios arreglos y de letras, que la llevaron a ser más comercial. La música es del que primero tenga la idea de hacer algo diferente.

¿Cuál es su relación con temas que han sido muy exitosos y tan solicitados por el público, como es el caso de “Mi media mitad”?

Son canciones que no se pueden tapar, porque te identificas con ellas hoy, mañana y siempre. En las relaciones que tienen los muchachos en la actualidad viven las mismas situaciones que nosotros y todo lo que se parezca a lo que están pasando lo tienen esas canciones, por eso vale la pena llevarlas a la vida actual y siguen siendo tan populares. Gracias a esa canción tengo una gran vida artística.

¿A qué salseros escucha?

Me gustan Willie Rosario, la Sonora Ponceña, gente que era de antes, como Oscar D’León y el Gran Combo de Puerto Rico, que me enseñan.