Sabina Villagra, una pariente cercana de Mafalda

La curadora, que trabajó de la mano con Joaquín Salvador Lavado (Quino), creador del personaje, habla acerca de la exposición “El mundo según Mafalda”, que estará en Bogotá hasta el 6 de octubre. La muestra se exhibe en Unicentro.

El Espectador
23 de agosto de 2019 - 02:00 a. m.
La curadora de la exposición “El mundo según Mafalda”, Sabina Villagra, es la directora del museo para niños Barrilete, en Argentina. / Laura Vannesa Navas
La curadora de la exposición “El mundo según Mafalda”, Sabina Villagra, es la directora del museo para niños Barrilete, en Argentina. / Laura Vannesa Navas

¿Cuáles son los requisitos que debe tener una exposición para que usted sea la curadora?

Dirijo un museo para niños desde hace muchos años y empezamos a trabajar distintas temáticas para contarles a los más chicos acerca de íconos culturales. La idea es transformar las obras de los artistas para que los niños se apropien de ellas. Hay muy pocos espacios creados para los niños.

¿Cómo surgió la exposición sobre Mafalda?

La exposición surge al buscar clásicos artísticos de Argentina y luego contemporáneos, que hace gente joven muy talentosa, entonces se crea un evento para niños, pero eso no quiere decir que no sea profundo ni serio. Creo que se debe percibir si el artista tiene algo bueno para mostrarles a los chicos y un mundo diferente, eso es lo que más me gusta que tengan los artistas.

¿Durante el proceso de curaduría de esta exposición encontró algo nuevo en el personaje de Mafalda?

Todo el tiempo. Estuvimos trabajando en la exposición durante un año y medio, en el diseño del montaje y lo que es la muestra, además de estar pendiente de cada una de las piezas. Mafalda es un mundo, además tiene una gran simpleza en su trazo y todo el universo que hay alrededor de ella es inagotable. Nosotros hicimos un recorte, por la temática que queríamos mostrar.

¿Considera a Mafalda como un clásico?

Sí. Mafalda está vigente desde los años 60 y tiene muchos seguidores, además es una locura analizar ese fenómeno. Mafalda encarnó costumbres conformistas de los argentinos en los años 60 y es increíble que en más de 26 países quieran al personaje.

¿Qué hace que Mafalda sea universal?

Tiene que ver con la genialidad de Quino, el autor, quien supo encarnar los estereotipos humanos, que le llegan a la gente, que hace que se vean reflejados. Además, tiene un universo muy completo y muchas personas se sienten identificadas, igualmente los temas de los que habló Mafalda trascienden épocas, como la visión de la mujer, el medio ambiente y la paz.

¿Cómo vivió en su infancia el boom de Mafalda?

Soy bastante contemporánea con Mafalda. Y me pasó algo muy curioso y es que al investigar para la exposición me devolví en el tiempo, es decir a mi infancia. Además, la clase media argentina estaba muy estereotipada y me siento muy identificada, porque me pasaban las mismas cosas de las que habla Mafalda. Investigar sobre Mafalda fue como viajar en un túnel del tiempo.

¿Qué tanto tuvo que ver Quino y Mafalda con la edificación del barrio San Telmo alrededor de su aura bohemia?

Es un barrio muy particular y en una época era muy visitado por escritores, ilustradores y artistas, es un lugar muy bohemio. La idea que tenían era homenajear a los personajes importantes que vivieron en ese lugar y se hizo un pasaje de la historia del cómic, lo que ayudó a darle una identidad a ese sitio.

¿De qué manera vivió Quino su relación con su tira cómica de Mafalda?

Por mucho tiempo se separó de Mafalda. Quino es un gran humorista gráfico y Mafalda es un capítulo de su trayectoria, además es la única tira que hace en secuencia. Entonces, en cierto momento luchó por ella, pero se separó un poco de su obra y luego se reconcilió con Mafalda.

¿Considera que situaciones que se planteaba Mafalda ya han sido resueltas?

Haciendo una observación general todo sigue igual, porque ella muestra al mundo como un elemento frágil. Hemos tenido avances, pero con muchos retrocesos y hay muchas heridas que siguen abiertas, por eso es tan actual.

¿Recuerda su primera mirada profesional a Mafalda?

Cuando era pequeña la leía y al trabajar en varios proyectos en los que estaba involucrada me hacía reír y entender muchas cosas, además tuve diferentes etapas de entendimiento de Mafalda.

¿Cómo recuerda a Mafalda durante su infancia?

La leía y me encantaba su actitud de protesta. Me llamaba mucho la atención su atrevimiento.

Muchos productores de programas y eventos infantiles dicen que crean lo que les hubiera gustado ver en su infancia... ¿ese es su caso?

Sí. Siempre busqué proyectos que a mis hijas les hubiera gustado ver y lo ponía a prueba con ellas. Muchas cosas de las que habló tienen relación con cosas que viví. En el museo que dirijo todo lo hacemos manualmente y no usamos la tecnología, porque esas herramientas han hecho que se pierdan muchas cosas en los niños.

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Por El Espectador

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